17| Del uno al diez

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17| Del uno al diez.

— ¿Y qué tal fue la clase de yoga?

Levanté la mirada hacia Amelia quien acomodaba sus gafas antes de darme una pequeña sonrisa.

Esta era mi tercera consulta y ya no me sentía tan nerviosa como la primera vez, me sentía más cómoda.

— Me fué muy bien de hecho, mejor de lo que esperaba.

— Eso es bueno.

— Sí, también hablé con alguien, una chica.

Amelia asintió antes de cruzar las piernas con delicadeza.

— ¿Fue igual de difícil que siempre?

— No, creo que se me hizo más fácil entablar conversación con ella, aunque fue algo muy breve.

— Eso es un avance.

— ¿Tú crees?

Amelia se quedó en silencio un momento antes de sonreír de manera distraída.

— Creo que todos tenemos nuestro propio ritmo, Maddy. He tenido pacientes que se recuperan en tres meses pero también otros que lo hacen en dos años. No es una competencia, la única meta es contigo misma.

Quise decir que eso me sonaba a la típica frase motivacional que grababan en una taza la cual usarías toda tu vida pero nunca harías caso sobre lo que dice.

Me guardé mi opinión porque se supone que esto es algo serio, aún así sonreí al pensarlo.

— Así que… —volvió a hablar Amelia antes de que me perdiera en mis pensamientos— ¿Cómo va esa relación con Dereck?

Me sobresalté al escuchar lo que había dicho. Yo había mencionado a Dereck en la última sesión pero aún es extraño hablar sobre él.

— No hay ninguna relación, solo nos estamos conociendo.

— Vale —asintió— Pero han estado pasando mucho tiempo juntos ¿No?

Esta vez fui yo quien asintió con la cabeza llevándome una mano a la nuca y apartando la mirada.

— ¿También fue difícil hablar con él al principio?

— No… creo que no tanto. —apreté los labios antes de volver a hablar— Todo con él es rápido e intenso, no tuve que pensarlo mucho para saber que me gustaba.

Me sonrojé un poco y Amelia sonrió.

— Entonces te gusta.

Asentí.

— Y te gusta estar con él.

Volví a asentir.

— ¿Por qué es diferente con él?

No entendí al instante su pregunta y tuve que repetirla muchas veces en mi cabeza para poder encontrarle sentido.

No sabía por qué era diferente con él, es extraño, como si no me fuera difícil hablarle o simplemente estar callada a su alrededor, todo era muy natural cuando estábamos juntos; no hay ningún plan, no hay nada, solo se me es más fácil estar con él más que con nadie.

— No lo sé —fue lo que terminé diciendo porque en realidad esa era toda la respuesta que tenía para darle.

— ¿Alguna vez habías tenido esa cercanía con alguien más?

— No después del… incidente.

Amelia levantó la mirada de su libreta con el ceño algo fruncido.

El amor y las constelaciones Donde viven las historias. Descúbrelo ahora