Profecía incompleta

Capítulo 25 Lily Evans

    —Gracias por venir Severus. —Dijo Lily al tiempo que se sentaba junto a él en el bosquecillo cerca del río al que iban cuando se hicieron amigos.

    —¿Para qué querías verme Lily? —Le pregunto Snape mientras se paraba haciendo que Lily se diera cuenta de la ropa que estaba vistiendo su amigo, era nueva y hecha a su medida, nada que ver con la ropa que había estado usando toda su vida.

    —Quería hablar contigo... —Empezó a decir Lily cuando fue interrumpida por Severus.

    —¿Querías o quieres? —La cuestiono con voz dura mientras por su cabeza pasaban todos los recuerdos relacionados a Lily y se arrepintió al instante, si esta iba a ser la última vez que hablaba con ella no quería que se separan en malos términos como lo hizo su yo futuro—. Discúlpame Lily, pero estoy algo molesto contigo desde que te la pasas defendiendo a esos idiotas, tú eres mi amiga o eso creía.

    —Severus sigo siendo tu amiga y soy yo la que tiene que disculparse si te hice sentir que ya no somos más amigos. —Se disculpó Lily mientras tomaba su mano y lo jalaba para que se sentara a su lado—. Si no me he acercado a ti como antes es para que no te acosaran pero Marlene Mckinnon me dijo que te siguen molestando así que lo único que logre es que pensaras que ya no quiero ser tu amiga y te juntaras con personas como Avery que es un mortifago si sigues siendo su amigo te convencerá de unirte a Tu Quien Sabes y compartirás sus ideas malévolas contra los muggles y los sangre sucia.

    —Gracias por explicármelo Lily. —Le dijo Severus al tiempo que apretaba su mano—. Y sus ideas no están equivocadas. —Al sentir que Lily quiso soltar su mano la sujeto con fuerza y rápidamente siguió hablando—. Lo que está equivocado es su método para hacerlas realidad, también deberían ser un poco más realistas pero la esencia es correcta.

     —¿Severus cómo puedes decir eso?

      —Soy mestizo Lily y mi vida no ha sido fácil por causa de un padre que odia lo que es mi madre y lo que soy yo, tu eres nacida de mundanos y no la tienes más fácil que yo, es cierto que tus padres no te golpean, pero que me dices de las palabras hirientes y el desprecio que te da tu hermana, las heridas que te deja son peores que los huesos rotos que me ha dejado mi padre. ¿Crees que somos los únicos que vivimos eso, no crees que eso debe de cambiar?

     —Es cierto que no somos los únicos que han vivido eso, pero en verdad piensas que matando es la forma en que se hará un cambio como pregona El que no debe ser nombrado.

     —No, pero fue el único que vio lo que está mal con nuestro mundo y trato de hacer algo para cambiarlo aunque sus métodos no fueron los correctos y ahora los cambios que quería lograr no verán la luz jamás.

     —Severus me da gusto ver que no te han convencido, si nos unimos a la orden del fénix lograremos detenerlo y el profesor Dumbledore con sus influencias podría hacer que los cambios que se necesitan en el mundo mágico puedan lograrse.

    —Lily no me uniré a los mortifagos, pero jamás me uniría a la orden del fénix. —Y viéndola a los ojos continuó mientras pensaba—. Su hijo tendrá sus hermosos ojos verdes. Si tú te unes a la orden me obligaras a unirme a los mortifagos.

     —¡Severus porque me dices eso! —Exclamo asustada.

     —Porque será el único modo de protegerte. —Severus la mira muy serio.

     —¡Protegerme! —Exclamo sorprendida—. ¿Por qué dices eso?

     —Lily ¿sabes lo que es la legeremancia y la oclumancia? –Le pregunto Severus en lugar de contestarle.