Profecía incompleta

Capítulo 37 De Muggles a mágicas parte 1.

   En el castillo no se hablaba de otra cosa más que del magicroq al punto que los profesores Flitwick y Mcgonagall les preguntaron a Lily, Mary, Dorca y Marlene si podían hacer una demostración a lo que las chicas dijeron que sí.

    Buscaron a todos los jóvenes que estuvieron en la reunión de los Lestrange para formar al menos dos equipos mientras los profesores de encantamientos y transformación trabajaban en el campo, las escobas y bolas que necesitarían para jugarlo.

    Para el fin de semana se llevó a cabo el juego, pero nuevamente la suerte no estuvo al lado de James Potter ya que les hizo falta un jugador y Lily se ofreció a apoyar al maestro que escogieron como árbitro para hacer de ese modo el juego más justo.

    A James no podía importarle menos el juego, pero con Lily haciendo de árbitro no le quedó otra más que jugar limpiamente por lo que el magicroq tuvo gran aceptación entre profesores y estudiantes.

    Los profesores Flitwick y Mcgonagall estaban encantados por el interés que los alumnos estaban poniendo en sus clases al punto que estaban presionando a Dumbledore para que llevara la solicitud de volver al magicroq un juego oficial en Hogwarts ante el consejo escolar.

    Era cierto que el partido que habían jugado los profesores con Flitwick y Mcgonagall como los capitanes de sus respectivos equipos habían sido sorprendente de ver y el que quedaran empates no le había extrañado a nadie, ahora James no solo tenía que oír a sus compañeros hablar del dichoso magicroq también a los profesores que hablaban de otro partido para desempatar.

    James no podía entender porque todos estaban perdiendo la cabeza por un juego tan tonto, él no sabía lo que era querer ser parte de algo porque ya lo era al ser miembro del equipo de Quidditch y magicroq era lo que les ofrecía al resto del alumnado en especial a aquellos que no eran buenos en el manejo de la escoba, pero lo eran en encantamiento y transformaciones o como en el caso de la profesora Mcgonagall que por la lesión que sufrió en su juventud jamás podría volver a jugar al Quidditch.

    Él se encargaría de que ese jueguito pronto desapareciera por lo que busco aliados en los otros miembros de los equipos de Quidditch y en los amantes del mismo para unirse y boicotear su instauración en el colegio.

***

     —Les presento a Porpentina Scamander y a su hermana Queenie Kowalski. —Las presentaba Giselle Bones al resto del club de lectura—. Acaban de llegar de los Estados Unidos donde han estado viviendo hasta ahora. Son amigas de nuestra familia por eso me permití invitarlas.

    —Por favor llámenme Tina. —Pidió la esposa de Newt Scamander—. Tenía muchas ganas de conocerlas, Giselle ha hablado mucho de ustedes.

    —Bienvenidas Tina, Queenie no solo al club de lectura también a la casa Black. —Walburga fue la que hablo ya que esa tarde les tocaba reunirse en su casa—. Me temo que mis sobrinas Andromeda y Bellatrix no podrán acompañarnos esta tarde...

    —Oh pobrecita, espero que pronto este bien. —La interrumpió Queenie que a pesar de los años y de lo que había vivido al lado de Grindelwald aun tenia momentos en que decía en voz alta lo que veía en la mente de las personas.

    —¿Cómo...? —Empezó a preguntar Walburga para luego exclamar—. ¡Eres una Legeremante!

    —Sí. —Dijo Queenie mientras se enteraba de la reacción de todas las integrantes aunque más de alguna se cuidó de que lo que pensaba no se le notara en su exterior—. Soy una Legeremante de nacimiento.

    —Bueno no tienes que preocuparte por ninguna de nosotras. —Le dijo con una sonrisa Walburga que por ser una Black siempre había sido duramente juzgada—. Aquí nadie te juzgara. —Ante sus palabras las mujeres de la fracción obscura asintieron rápidamente seguidas por las de la fracción neutral y luego por las demás menos por Euphemia Potter—. Entonces empecemos... —Walburga se interrumpió cuando Kreacher se dejó ver en la puerta luciendo indeciso.