𝟏𝟖│𝐒𝐎𝐌𝐄𝐓𝐇𝐈𝐍𝐆 𝐐𝐔𝐈𝐄𝐓

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𝐀𝐋𝐆𝐎 𝐓𝐑𝐀𝐍𝐐𝐔𝐈𝐋𝐎




𝕮𝖆𝖕 𝟏𝟖

ADVERTENCIA DE CONTENIDO:
« lenguaje explícito, +18 smut »

Recomendación:
escuchar música "hot"
mientras lees 😇.



Después de acompañar a cada uno de mis amigos a cada maldito juego del parque de diversiones inmensio, estaba exhausta, pero no voy a negar, que aquel día estaba siendo super. No sabía que hora era, pero el cielo estaba más que oscuro, con las estrellas brillando a su máxima expresión. 

Ahora nada más, solo me faltaba acompañar a mi novio, Tom. El estaba muy malhumorado, como ya de casi era de costumbre, El parque estaba desierto, solo para nosotros. 

Después de salir de la casa embrujada, mire a Tom sentado solo en un banco, con los brazos cruzado, su cara de culo, y con un notable fastidio en su rostro. 

— Tom — le grité a lo lejos, junto a unas palomitas que me había comprado Bill en manos. Logré que volteara. Rodó los ojos. — ¿Y esa cara de pocos amigos? — me senté a su lado, comiendo un par de palomitas.

— Estamos en una cita, y me dejaste con mi soledad. — gruñó. 

— ¿Yo?

— ¿Quien más? ¿Georg? — se rió irónicamente. 

— Perdón. — suspiré y me arrimé más a su lado. — ¿Quieres? — le ofrecí palomitas, y el me ignoró, mirándome de reojo, con el ceño fruncido. — Yo sé que quieres. — sonreí, y le puse la bolsa de palomitas aún más cerca de su cara. El me miró y después a la bolsa. 

— Vale, yo sé que te pondría igual que yo, si te dejara sola en una cita. — metió su mano en la bolsa de palomitas, para después sacarla con la mitad de su contenido en su mano. — Nuestra primera cita, ¿sabes? — habló con la boca llena, moviendo sus manos exajeradamente. 

Reí. — Pero, tú mismo me dijiste que te daba miedo ir a la casa de terror — volvió a reir.

— ¿Qué? Yo no te dije eso. — negó repetídamente con la cabeza. 

— Tienes memoria a corto plazo. — afirmó. 

— Habló la que tiene memoria de foca. — Intenté no reir, y mantener su enojo ridículo. Rodé los ojos, y me arrebató la bolsa llena de palomitas. 

Tom gruño, y comió las últimas palomitas que tenía en mano. Hubo un silencio entre los dos, mientras la música escalofriante de la feria sonaba, la de circo, ¿sabes? Ruruururuururururuu

Que miedo. 

Mientras observaba a la nada, esperando que Tom hablara, por que yo ni iba hablar hasta que el lo hiciera, vi como rebuscaba algo en su bolsillo.

¿Un anillo de bodas?  Ya lo sabía. Si, Tom, no hay dudo acepto ser tú esposa. 

Vi una caja de cigarrilos roja de su bolsillo.

— ¡¿FUMAS?! — pregunté, idignada, no por mi idea anterior, claro, sino por que el olor aa cigarro, para mí, era el peor olor de este planeta. 

Tom volteó a mirarme con gracia, al escuchar la indiganción en mi tono de voz. — Sí. — respondió indiferente. Sacó un cigarro, y lo colocó en la comisura de sus labios. — ¿Quieres? 

— No. — respondí, con notable disgusto en mi cara. — Sin humo. 

— Extraño. Tu banda favorita se llama "Cigarrilos después del sexo" — se rió, como si tuviera sentido lo que acababa de decir. 

— ¿Y eso que carajos tiene que ver? — bufé.

— No sé. — Sacó el encendedor, listo para encender el cigarro, pero se lo quite de la boca. Me miró con indignación. 

— No fumes al frente mío. O solo, mejor no fumes más. — gruñí. — ¿Qué te hace amar tanto el cigarro? Su olor es asqueroso, y supongo que su sabor debe serlo también... — miré el cigarro en mis dedos. 

Tom se rió de mí. — No has probado uno en tú vida, ¿cierto? — ladeó su cabeza, divertido. 

— Bueno....no, nunca — respondí con firmeza. 

— ¿Y te gustaría? — cuestionó, hablando lentamente, mirando mi ojo izquierdo, después el derecho y por último mi boca, rápidamente. 

Estaba segura de que no quería probar uno nunca. Mis pulmones estaban bien cómo estaban. Pero ¿cómo se vería Tom fumando? ¿O enseñndome a fumar?

Entrecerré mis ojos, para poder hacer la imagen mental aún más clara. Podría decir que alguna vez si fume, y con el lujo de que Tom fuese el que me enseñó, o que al menos me mostró cómo se hacía. 

Mi mirad volvió a verlo a el, y el me miraba con cierta burla en sus ojos. Levantó sus cejas. — ¿Entonces? En pocos días cumples 18. — soltó una risita nasal. 

Cerré los ojos y los abrí con fuerza. Me daba curiosidad. — Si. Quiero probar. — Tom sonrió. — Aunque, lo de mi edad no tiene nada que ver. — reí. 

— Que ilegal. — hizo una mueca, irónico. Se acomdó en el banco, y se arrimó más hacia a mí, con cierta coquetería. Tomó mi mano, y suavemente, quitó el cigarro que le había arrebatado hace unos segundos. 

El, ya todo un maldito experto, tomó el cigarro entre sus dedos, y lo puse en la comisura de sus labios otra vez. — Ayúdame a encenderlo. — dijo con el cigarro entre sus labios. No sé cómo esa frase tan insignificante. hizo que me emocionara internamente, queriendo besármelo ahí mismo, y continuar lo de hace unas horas. 

Tom me miro esperando que lo ayudara, ya que yo estaba en medio de un viaje astral, imaginando cosas no tan amables. 

Tom elevó sus cejas, y apoyo su cabeza en su mano, sonriendo con el cigarro en labios, esperándome. El sabía. El sabía que se veía bien. Estaba apunto de sacar mi celular, y tomarle una foto. 

Tartamudeé algo que ni yo entendí, y tomé el encendedor. En cendí el encendedor (irónico, pero si). Laa llama salió inmediatamente de este, era de color violeta flamante. Sorprendida, lo acerqué, mientras Tom me miraaba, con ojos tan profundos, penetrantes, como si me comiera con la mirada, mientras seguia encendiendo su cigarro. 

La llama morada, iluminó el rotro de Tom. Que imagen tan buena acabo de presenciar. 

— ¡Puta madre! — me acababa de quemar el dedor por andar babeando. Pero al menos logré encender el cigarro. 

Tom se rió de mí. Separó el cigarro de su boca, y por su naríz expulsó todo el humo de este. 

Aún mirandome. mientras le daba otra calada a el cigarro, me sonrió. — Acércate más. — me pidió, suavemente, expulsando el humo por la boca. 

Tragué saliva, y relamí mis labios temblorosos. Me arrimé aún máas, pegando hombro con hombro, conectando nuestras miradas. El me sonreía, mientrs separaba otra vez el cigarro de su boca. Volvió a hacer el triángulo con la mirada. 

Ojo izquierdo, ojo derecho, y boca. 

Volví a tragar saliva, sintiendo un revoltijo en el estómago. Intenté verme algo natural, cuando estaba llegando al punto de explotar. 

— Más. — pidió, en un susurro, logrando sonar sensual. 

¿Cómo qué más? Un poco más, y le tragaba la boca, pero, ¿cuál eral problema, exctamente? ¿Premio o premio? 

Solo dime que me quieres besar *guiño, guiño*

Sin dudarlo me acerqué más. Nuestros rostros estaban a pulgada de distancia. Intenté que mi mirada no se desviara a sus labios, pero era algo inevitable. Podría odiar el cigarro y toda esa mierda, pero, lo atractivas que se veían las personas fumando, o mejor, lo atractivo que se veía Tom fumando. 

(Enamorada x28372)

— Ahora, — suspiró suavemente, y pasó su mano libre por mi mejilla. — abre la boca. Despacio. — pidió con total seriedad. Ya lo hizo una vez, y siempre usa ese tono para el doble sentido. Grave y muy sexi. Para después hcerse el inocente, y decir que yo soy la malpensada en cada comentario que digo. 

— ¿Tom, qué vas a ha....

𝕯𝖎𝖘𝖈𝖔𝖛𝖊𝖗 𝖙𝖗𝖚𝖊 𝖑𝖔𝖛𝖊 | Tom Kaulitz Where stories live. Discover now