The Boy at The Window

He's back

Capítulo 33

He 's back.

Cuando recibió aquella invitación al baile en el Jahim debió sospechar que la gran sorpresa que se mencionaba en la hoja debía ser algo completamente desagradable, sin embargo allí iba por 2 motivos, el primero saber dónde se encontraban las cenizas de Ciel, y el segundo… vengarse, mandar a Sebastián de regreso al infierno de dónde nunca debió salir.

También llevaría las cenizas de su primo a un lugar bonito, lejos de Londres dónde ella lo cuidaría hasta el fin de sus días.

Bastante sencillo, ¿No?

Pues todos sus planes se quebraron frente a sus ojos cuando lo vió descender por la escalinata principal, tan imponente, tan gallardo, tan él…

Un mes antes…

Cuando Elizabeth por fin pudo escapar de su hogar corrió hasta el hotel para aclarar todo, más fué demasiado tarde, en el jardín cubierto por una sábana se encontraba un cuerpo, que tomando en cuenta el tamaño solamente podía corresponder a su amado Ciel.

Con la esperanza de que no fuera así se acercó a él y lo destapó solo para notar que en efecto quien descansaba ahí era su primo y a juzgar por las marcas en su cuello su muerte no fué rápida, sino larga y agónica.

-Ciel… Perdóname… - rogó la rubia llorando sobre el pecho del joven. -Vine a aclararlo todo, pero es demasiado tarde y lo lamento… Aún así voy a limpiar tu nombre para que puedas descansar en paz, amor mío…

-¡Usted!- mucho antes de que Elizabeth pudiera reaccionar se encontraba siendo jalada de su rubia cabellera lejos del cuerpo y terminó arrojada de forma descuidada. -¿Cómo se atreve a pisar mis tierras luego de todo el desastre que causó? ¿No le parece suficiente con haber terminado con la vida de 2 inocentes?-

-¿Dos?-

-Uno, es Ciel.- levanta a su hijo del piso. -Y el otro… El otro le sugiero que busque un servicio funerario.-

-Alto… ¿De qué habla?-

-Le sugiero que vea usted misma, será la última vez que le permita entrar a mi hotel. Ahora sin Ciel aquí sepa que no voy a tentarme el corazón, le daré la muerte que merece si vuelvo a verla.- sin decir más el demonio se fué caminando con el cuerpo de su hijo en brazos, ignorando a la peste rubia que causó tal alboroto. 

Se quejaba de Alois, pero ciertamente Elizabeth era mucho peor.

Lizzy por su parte cuando los perdió en el horizonte pensó en irse, más su curiosidad fue mayor y terminó por entrar al hotel. 

Como si algo la llamara fue a la alcoba dónde dormía su primo solo para encontrarse con la grotesca escena del cuerpo de su hermano destrozado frente a una pared.

-Edward… No… Tú no tenías… Perdóname hermano… Por todo, por débil, por tonta… por esto… Te juro que nada va a quedar así, todos pagarán, Michaelis… Incluso nuestra madre, todos pagarán, lo juró por tu memoria y la de Ciel…

§§§§

Hoy se cumplía un mes desde que su hermano y su primo habían muerto, un mes desde que se alejó de su madre luego de todo lo que ambas causaron. Un mes en el que ha dolido existir.

En este mes Elizabeth había aprendido a sobrevivir sola, ¿Cómo? Servía café en un lugar cerca de los muelles, la paga no era mucha, pero era suficiente para tener un techo y algo de comida y en días especiales como hoy, comprar flores para los hombres que más había amado.