The Boy at The Window

Frances Strikes Back

Capítulo 27.

Frances strikes back. 

Desde que su esposo cobardemente se quitó la vida las cosas no han sido fáciles para ella y sus hijos, no obstante no ha olvidado un solo día su promesa de venganza, no por ser una dolida viuda o una sumisa esposa que cumple todo lo que su hombre dice. (está de sobra decir que ella siempre llevo los pantalones en casa.) Sino porque desea hacer pagar a aquellos destruyeron su estatus, sin importar sobre quien deba pasar o a quienes deba utilizar a su favor. 

Y la temporada social era su ocasión ideal. 

Si bien es cierto que su situación era el tema de moda para la sociedad londinense pocos eran los que se atrevían a decir algo frente a ella pues para nadie era un secreto su habilidad para el combate y que nadie podía presumir de haberla vencido o al menos de haber sido un buen rival por lo que todos preferían mantener sus cuellos lejos del filo de su espada. 

Una de sus primeras paradas en el contraataque era en la casa de uno de sus más cercanos amigos, Aleister Chamber quien sabía le tendería la mano sin dudar. 

Vestida con su más elegante atuendo negro incluido el velo qué denota su reciente viudes se presentó en el baile qué se llevaba a cabo esa noche llamando la atención de todos los allí presentes como solo ella sabía hacerlo. 

-Frances querida. - se acercó el rubio noble a la mujer. -Que honor tenerte aquí esta noche. Y que pena que sea en esta situación. - toca el velo. -Una belleza como la tuya no puede estar siempre detrás de un velo negro. - 

-Oh Aleister… Yo también detesto esto, pero tengo que seguir el protocolo. Aun cuando Alexis no lo valga. - 

-Es verdad querida. No puedo decirte que lo lamento porque eso sería mentirte. Alexis nunca estuvo a la altura de una mujer como tú. - 

-Tarde me libre de él. - 

-Mucho… Debiste ser mi esposa, no la de ese insignificante. - sonríe. 

-Aún no es tarde…

§§§§

-¿Consideraste mi oferta, Aleister? - preguntaba la respetable viuda observando desde la cama al sujeto que se vestía luego de un rápido encuentro. 

-Bueno Frances querida. Es cierto que la hemos pasado muy bien pero… Cómo sabes nunca me he casado, por ello no tengo un heredero para mi título y fortuna. Pasar una vida como marido y mujer a tu lado no sería funcional para mi. No obstante tu tienes una hija que heredó tu belleza. Concédeme su mano y yo sacaré a tu familia de la ruina. - 

-¿Mi Elizabeth? - 

-Así es querida. Si lo piensas mi trato… 

-Es basura Aleister. Tu mismo lo has dicho mi hija heredó mi belleza, pero no sólo eso, también mi fuerza y mi inteligencia. Mi hija es una mujer que está para ser la siguiente reina de Inglaterra, así que Aleister querido, si quieres la mano de mi niña espero que estés abierto a negociar… 

§§§§

-¿¡QUÉ!? ¡MI HERMANITA NO PUEDE CASARSE CON UN VEJETE CÓMO ESE! - gritaba Edward, el heredero, tan pronto supo la decisión de su madre. 

-¡A MI NO ME LEVANTES LA VOZ! - gritó la marquesa soltando una gran bofetada a su hijo logrando tirarlo de la silla donde se encontraba sentado. 

-E-es qué no tiene sentido… 

-Es por el bien de la familia y dado que tu eres igual de inútil qué tu padre, nuevamente las mujeres de esta casa tenemos que dar la cara. Es mi última palabra Edward. -