Repeat.

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Capítulo 21.

Repeat. 

-Po-por favor… Mi alma. - habla muy bajo. 

-¿Qué tiene tu alma? - 

-T-te la daré si la salvas… 

…. 

Quizá no fue su mejor idea de negocio, no cuando esa misma era lo único que aún era suyo. Pero por ver a Lizzy a salvo de los horrores de Michaelis y los suyos valía la pena. 

Menos de dos minutos después vio a Sebastián salir con su prima dormida en sus brazos por lo que de inmediato corrió hacia ellos. 

-E-ella, ¿Está bien? - 

-Sí, sólo está un poco cansada. Tuve que ponerla a dormir para poder hacer que olvide lo que vio allí adentro. - 

-Gracias. - hablo sincero. 

-No agradezcas, ese fue el trato. -

-Claro, el trato… - suspiro. -¿Seguro no va a recordar nada?- 

-Nada, cuando despierte solamente va a recordar lo que pasó en los minutos previos a tropezar por culpa de un calzado deficiente. ¿Te parece? -

-Sí, eso está bien. - respondió aliviado. 

-Acompáñame, la llevaré a su suite, seguramente querrás despedirte de ella. - 

Despedirse… Era algo que no imaginaba que podría pasar pronto, amaba a Elizabeth y deseaba una vida a su lado, una familia. 

Y ahora su final llegaba mucho antes del principio… Vaya patética que era su existencia…

-Tienes 2 minutos para despedirte. Cuando vuelva con su familia no quiero verte aquí. - sentencia el demonio antes de salir de la habitación. 

Desde hace mucho el no había llorado. Juraba que después de la muerte de sus padres ya no le quedaban lágrimas por derramar. Sin embargo allí estaba llorando impotente por su decisión. 

Justo cuando aclaró sus sentimientos por Lizzy iba a perderla. Al menos podría morir tranquilo sabiendo que ella tendría una vida feliz. 

Siguiendo sus impulsos beso los labios de la chica sin importarle nada más, tan solo se quedó allí buscando transmitirle en ese contacto todos sus sentimientos por ella. 

Morir no le asustaba, desde el accidente de sus padres se sentía listo para ello, su verdadera preocupación era el dolor que le causaría a ella por abandonarla. 

-Te amo… Por favor no lo olvides. - susurró en su oído antes de salir de la habitación y correr a encerrarse a la suya. Ajeno a todo lo que vendría. 

§§§§

Recuerda haber entrado a su habitación, más no el momento en que se quedó dormido. 

Al levantarse de la cama notó que estaba con la misma ropa que utilizó el día anterior por lo cual empezó a desvestirse para cambiarse e ir a tomar sus clases.

Minutos después caminaba por los pasillos del hotel con una extraña sensación en el pecho, recordaba haber ofrecido su alma y a Sebastián salvando a su prima, pero no recordaba el momento en que el demonio lo aceptó. 

¿A caso se había convertido en su alimento y esa tranquilidad en el hotel era sólo una ilusión? 

No quiso quedarse con la duda por lo que a riesgo de ser regañado fue hasta la oficina donde el demonio ya estaba trabajando como siempre. 

The Boy at The Window Donde viven las historias. Descúbrelo ahora