VII - Un Targaryen es capaz de todo si tiene...

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❝ 𝐀 𝐓𝐚𝐫𝐠𝐚𝐫𝐲𝐞𝐧 𝐢𝐬 𝐜𝐚𝐩𝐚𝐛𝐥𝐞 𝐨𝐟 𝐚𝐧𝐲𝐭𝐡𝐢𝐧𝐠 𝐢𝐟 𝐡𝐞 𝐡𝐚𝐬... ❞

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Algunos días después...

El majestuoso castillo jamás había estado tan inquieto, segundo tras segundo se podían escuchar los acelerados pasos de la servidumbre que no solo tenía la responsabilidad de la comida, sino de la decoración y el recibimiento de los prestigiosos invitados.

Todo debía estar meticulosamente colocado, después de todo era la boda del gran rey Viserys, y la dulce Lady Alicent. Aunque Rhaella difería con algunas definiciones, diferia con el hecho de que Alicent fuese dulce, no era malvada, de hecho comenzaba a sospechar la ingenua muchacha seguía las ordenes de su antipático padre, Otto Hightower. El hombre no estaba contento con la inesperada aparición de la princesa Rhaella, y menos con un bebé en sus brazos, una criatura que era la promesa del Norte. Además sabía la influencia que ella traía a Rhaenyra, aunque la heredera no era fácil de convencer pero si se notaba que era más propensa a seguir los consejos de su tía postiza.

—Alteza...— Una voz desplazó a Rhaella de vuelta a la realidad, era Amina.

—Pasa. — Dijo con tranquilidad la de cabellos blancos acomodándose la bata de seda roja que le cubría la mayoría del cuerpo.

La puerta se abrió y la joven doncella inclinó la cabeza ante la autoridad de su princesa. —Hemos llegado hace unos minutos, Alteza. Lord Rodrik desea ver al pequeño Rodwell lo antes posible.

—Pues Lord Rodrik debería venir en persona. —Apuntó con sarcasmo la Targaryen antes de mostrarle el vestido que usaría en la boda que solo estaba a horas de distancia.

Amina se puso manos a la obra, preparando el tocado y las joyas que Rhaella usaría, además aprovechó para acariciar las manos tan pequeñas de Rodwell. El bebé era muy tranquilo, tanto que a veces la princesa creía que no era algo ordinario que tal vez los Dioses la habían premiado por quien sabe qué gran hazaña.

—¿Qué tal ha estado el viaje?— Quiso saber la jinete mientras alzaba a su pequeño.

—Muy bien, princesa. —La doncella comenzó a lustrar los zapatos designados para el gran evento. —Hemos visto como un dragón peinaba las nubes en dirección al castillo.

𝐓𝐇𝐄 𝐁𝐋𝐀𝐂𝐊 𝐃𝐑𝐀𝐆𝐎𝐍 | Daemon Targaryen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora