Me encuentro en una cafetería ubicada en el centro de Seúl, no es de los sitios a los que suelo entrar pero… no había algo más cerca, porque, seamos francos, ¿quién en su sano juicio le gusta tomar café mientras lee?, esta moda en Corea es extraña, hace 3 años cuando vine la primera vez no vi ninguna o realmente no tome atención al respecto… y hoy heme aquí tomando café mientras hojeo una revista de fianzas, prefiero la revista a un libro, digamos que los libros no van conmigo, y quien iba a pensar que en las páginas centrales de la revista me encontraría a JK… tan serio, tan pulcro, tan malditamente guapo como aquella noche, porque si, al señor Jeon Jungkook le gustan las escorts latinas, y mientras leo los importantes logros de este respetable señor, mi mente vaga a aquella noche, en ese entonces trabajaba en el club Halu, cerca de 청량리역 588 (Estación Cheongnyangn) que se encuentra en el distrito rojo de Seúl, esa noche de septiembre, ha sido la mejor noche de mi vida…
Tres años atrás…
Esa noche en particular me tocó aparador, gracias a que Jia se resfrío ese día, así que me encuentro parada ahí, las luces neón del escaparate no me permiten ver muchos detalles del exterior, pero si logro notar un auto negro con vidrios polarizados que se pasea lentamente por la calle, supongo que ha de ser de esos señores extraños o algún viejo ricachón que no encuentran consuelo en su casa, veo como la ventanilla del coche se baja y logro ver un par de ojos asomarse cuando el auto se detiene frente a mi escaparate, el auto se detiene y aquellos ojos desaparecen al subir la ventanilla, del auto desciende un hombre alto vestido de negro, supongo que ha de ser un guardaespaldas o algo por el estilo, a través del saco se puede delinear el arma que lleva escondida, no pregunten por que lo sé, gajos del oficio supongo, en este trabajo y en este país se ve de todo, el tipo se dirige dentro del establecimiento y lo veo hablar con el Sr. Min que es el “encargado” por no decirle padrote de todas las chicas del escaparate y de las chicas que trabajamos en el club que se encuentra en la parte de arriba de las vitrinas, aunque la entrada principal de este se encuentra del otro lado de la calle, después de unos minutos el tipo regresa al auto desaparece calle abajo, un par de minutos después llega otra de las chicas a decirme que suba a arreglarme para que regrese al club que ella se quedara en el escaparate el resto de la noche, no entiendo por que pero no protesto mucho, realmente prefiero el club se gana más, digamos que los clientes del club son… ¿diferentes?, con más dinero, pues después de todo el club es de los mejores en el distrito, sin perder más tiempo me dirijo a cambiarme y a retocar mi maquillaje, una vez lista me dirijo al club donde el Sr. Min me dice que me esperan en el cuarto de juegos, cuando entro al lugar me encuentro con esos ojos negros que vi a través del escaparate, casi me voy de espaldas cuando puedo ver a quien pertenecen, es un hombre alto, bien formado que lleva un traje gris Oxford que le sienta de maravilla, es joven y no como esos viejos aguados que suelen venir, me quedo muda por un momento cuando me pregunta si hablo Coreano, yo solo atino a asentir con la cabeza y el me pide que me acerque a él
– ¿Te gusta el sexo rudo? - me pregunta y he ahí cuando supe que jamás olvidaría esa noche.
Estoy demasiado perdida en mis pensamientos para darme cuenta de su pregunta, de pronto me jala y me sienta en su regazo – Te hice una pregunta.
-Sí- le respondo.
- Perfecto, nos entenderemos bien entonces-, y me muestra una hermosa y tierna sonrisa que contrasta con los oscuros y lascivos ojos negros que me miran con mucha atención, el me levanta de sus piernas y se pone de pie, se acerca a mi rostro y me besa tiernamente mientras con sus manos recorren mi cuerpo y me toma de las manos llevándolas a mi espalda, me empuja con su cuerpo hasta llevarme a otro lugar de esa habitación que se encuentra llena de juguetes y aditamentos extraños, es la primera vez que me encuentro aquí, regularmente los clientes prefieren cosas más clásicas, quien diría que este joven y hermoso hombre tendría tendencias BDSM.
Me recorre hasta llevarme a una barra que se encuentra suspendida del techo toma cada una de mis muñecas y las aprisiona en las orillas de la barra, y hace lo mismo con mis pies y los fija a los grilletes que se encuentran en el piso.
Se pasea hasta quedar detrás mío y tira de mis pezones, y mientras se endurecen y se extienden bajo su toque experto, desaparecen todos los pensamientos de los pantalones y el placer repunta libidinoso y agudo en mi vientre. Inclino mi cabeza hacia atrás contra él y gimo.―Sí ―exhala y voltea mi cabeza una vez más, atrapando mi boca en la suya, retira el sujetador, después de rasgar mi vestido y los interiores.
—¿Te gusta?, Sonríe. —A mí también —dice y se inclina para besar mi frente —Inclínate hacia abajo nena —murmura en mi oído—, Oh… mi cuerpo está prácticamente inmóvil, mi trasero en el aire, totalmente vulnerable, y completamente suyo.
—Nena, luces tan hermosa.
— Llámame Je…, no me deja terminar de decir mi nombre por que calla mi boca con un beso.
– No quiero saber tu nombre, no es necesario, me dice con su voz ronca en mi oído, y escucho el rasgado del papel aluminio. Desliza sus dedos desde la base de mi columna hasta mi entrepierna y se detiene un momento sobre mi trasero. —Cuando estés lista.Quiero tanto esto desde que te vi en el aparador-. Su dedo se mete en mí. Jadeo en voz alta y me siento tensa bajo su suave sondeo — Quiero poseer cada pulgada de ti. Eres mía esta noche.
Sus palabras me hacen gemir, cuando sus dedos se mueven arriba y giran hacia un territorio más familiar, momentos después, me la está metiendo.—¡Augh! Suave —grito, y se detiene.
—¿Estás bien?
—Suave… déjame acostumbrarme, se mete lentamente en mí, luego se sale lentamente, me llena, se extiende en mi interior, dos, tres veces, y no puedo hacer nada, las correas que atan mis manos y mis pies me impiden moverme, —Sí, bueno, creo que estoy bien —murmuro, disfrutando de la sensación, él gime, y aumenta su ritmo. Moviéndose, moviéndose… implacable… hacia adelante, hacia adentro, llenándome… y es exquisito encuentro una extraña sensación de alegría en mi desamparo, alegría en mi rendición hacia él, y en el saber de qué puede perderse en mí de la manera en la que le gusta. Puedo hacerlo. Me lleva a esos oscuros lugares, lugares que no sabía que existían, y juntos los llenamos de luz. Oh sí… ardiente, brillante luz.
Me dejo ir, enorgulleciéndome de lo que está haciéndome, encontrando mi dulce, dulce liberación, mientras me vengo de nuevo en voz alta, gimiendo, quisiera decir su nombre, pero no lo sé, Y De pronto se detiene, vertiéndose en mi interior. —Maldición —grita y colapsa a mi lado.
Sus dedos con destreza desatan las correas, y masajea mis tobillos y luego mis muñecas. Cuando ha terminado y soy finalmente libre, me toma en sus brazos y me dejo ir, exhausta, me deja recostada en diván rojo de aquella extraña habitación me cubre con los restos de mi vestido, lo veo vestirse y quedar tan pulcro como entró en ese lugar, como si nada hubiera pasado me deja una considerable suma de dinero sobre la mesa junto con una tarjeta, voltea a verme y me dedica esa hermosa sonrisa – Fue in placer, si algún día necesitas algo llámame, jamás olvidaría tus ojos… y se dirige a la puerta nunca más lo vi aparecerse por ahí…
En la actualidad….
-Señorita… - me dice el encargado de la cafetería, -¿Gusta usted más café?-
-No gracias, necesito la cuenta-, tomo mi bolso y saco una tarjeta, donde claramente se puede leer:
Jeon Jungkook y un número telefónico el cual marco con algo de nerviosismo, del otro lado esa voz que hace tres años no escuchaba contesta-Si, diga…
-¿Recuerdas el club Halu? Del otro lado se escucha un silencio y …
-Claro nena, jamás olvidaría tus ojos….
Escrito por: jennikkaram
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Peccati Ardente
RandomMi cuerpo arde con solo verte. El deseo crece con solo olerte. ¿Qué pasará si me tocas? ¿Qué será de mí? Placer es lo único que quiero, pero soy selectiva, quiero que me lo otorgues tú. ...Recopilación de Oneshot...