RECONCILIACIÓN (KTH)

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Taehyung

Había tenido una de las semanas más difíciles en la empresa, tuve que hacer varios viajes al extranjero para resolver los problemas de allá también.

No veo la hora de terminar todo esto y llegar a casa para así poder resolver las cosas con mi esposa, antes de tener que viajar al extranjero tuvimos una pequeña discusión como todos los matrimonios, me dio tanto coraje tener que irme y no poder resolver nada. No sabía nada de ella desde ese día, eso me tenía más que enojado.

De mala gana seguí revisando los documentos que tenía enfrente, solo me quedaban unos cuantos después de que los firmara se los pasaría a Jimin para que él sea quien esté al mando y así yo poder tomarme unas vacaciones junto a mi esposa.

Quería ir a verla, pero imagino que debe de estar al topé en el hospital, lo que menos quiero es ser un estorbo para ella. Así que tengo que esperar unas cuantas horas más.

-Pase - hablé al escuchar unos toques en la puerta.

-Señor Kim la sala de juntas ya está lista para la reunión que pidió que organizara. - dice mi asistente luego de entrar, mierda se me había olvidado que le pedí eso.

Doy un suspiro cansado y me paro de la silla tomo la chaqueta de mi traje, y me dispongo a salir.

****

Eran las tres de la tarde y la reunión había finalizado, intenté comunicarme con mi esposa, pero su teléfono estaba apagado. Los chicos estaban furiosos conmigo porque en lugar de ir directo a mi casa llegué hasta aquí.

Le dije a mi asistente que se fuera a comer ya que nos habíamos pasado de hora, yo por mi parte no tenía apetito. Unos golpes se escucharon en la puerta.

-Pase - hablé de mala gana.

-Vaya, señor Kim, veo que está de mal humor será mejor que vuelva en otro momento - nada más abrí la puerta y  mi mujer ya está sacando sus garras. 

Iba vestida con una minifalda azul mostrando sus hermosas piernas y un top blanco que Dios…. hacía que sus pechos se vieran más grandes, su hermoso pelo caía en cascada por su espalda, no llevaba tacones solo unas zapatillas bajas, típico de ella. Aun así, se ve hermosa.

-Cariño, pensé que estabas en el hospital. - la seguía viéndola fijamente.

-Mire señor Kim - avanzó caminando sexualmente sin despegar su mirada de la mía - Tenemos dos opciones para resolver nuestro problema. - dejó su  cartera encima de la silla enfrente de mi escritorio, puso sus manos encima de este y se inclinó hacia mí, miré sus hermosos pechos.- Uno; seguimos con la discusión y buscamos una solución a lo que pasó -miré sus apetecibles labios que necesito besar con urgencia y después a sus pechos que deseo chupar y lamer hasta saciarme de ellos - Dos; me coges duro contra este escrito mientras tus empleados desean ser nosotros - trago con dificultad a escuchar su pedido, joder con solo esas palabras podía sentir como mi amigo se empezaba a endurecer. - ¿Qué dices? -sonrió coqueta.

Me removí en mi silla, si señores está es mi mujer, mi pequeña, por la única que pierdo la cabeza. Intenté ponerme de pie, pero ella me lo impidió. Rodeó el escritorio y se paró enfrente de mí.

-Nena - mi voz salió ronca de la excitación y solo eran las palabras que ella me había dicho. 

-Sabes - dijo en tono coqueto, tomó mi corbata y me hizo levantar de la silla - Estos días que no has estado no me he alimentado bien - me guío hasta el sofá que está en una esquina -Y tengo hambre - me sentó de golpe. !!!MIERDA !!! tuve que tomar fuerza de voluntad para no perder los estribos y no lanzarme sobre ella y enterrarme en ella de una vez, la necesito como el aire para respirar.

Peccati ArdenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora