HILO FINO (JHS)

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Me ata...Nunca volé más alto desde que a tus pies me arrodillo.

Estaba agotada de esta situación, me encontraba sentada frente a mi ahora prometido, Kim Seokjin. Jin es un hombre alto, atlético y bastante atractivo, si tan solo no fuera machista o yo no sirviera de moneda de cambio para padre, tal vez sería una esposa devota.

-Listos para ordenar? .- La mesera con la que mi prometido coqueteo desde que llegamos ya me estaba molestando, no disimulaban y lo peor es que ella sabía quién era yo. Ella, Victoria aunque le queda mejor, perra arrastrada.

-Para mí un corte, ya sabes cuál me gusta y para la señorita su ensalada de siempre.-

-Algo de beber?, Un vino tal vez.-

-Además de bella, adivina. Si por favor, y para la dama una margarita sin licor.-

-Enseguida.-

Siempre era lo mismo, todos los viernes mi chófer me llevaba a ese restaurante de cortes argentinos, la dueña era Glo, una amiga mía que conocí por internet al buscar latinos en Corea, ella vino por una mejor vida y yo por padre, soy producto de un desliz en su sagrado matrimonio, mi madrastra una mujer abusiva que me hacía besar el piso por dónde ella caminaba, no fue culpa mía, tampoco de madre, ella no sabía que padre era casado e infiel.

Madre murió cuando yo tenía 10, viví con mis abuelos maternos hasta que padre viajó a Colombia por mi, al inicio pensé que me amaba pero al final lo entendí todo.

Desde que llegué a Corea era maltratada por mi madrastra, su nombre es "Olivia" y aunque es de familia Coreana y muy nacionalista, ella se presenta de esa manera, pocos saben el nombre real.

Al llegar a Corea entendí que mi destino era casarme con algún rico Ceo, mi papá tenía una empresa nacional grande pero quería expansión internacional, por eso soy su moneda de cambio. Ingrese a colegios, tenía clases extracurriculares después de clases, durante el verano; todo para ser la esposa perfecta, el objetivo, comprometerme con Kim Seokjin, heredero del imperio Kim, tenían desde Boutiques elegantes hasta completos de hotel de los más caros en el país, padre y Kim Namjoon eran mejores amigos y socios en algunos negocios, yo lo veía como un verdadero papá, siempre me cuido y protegió de todo, al final, sería su nuera y desde joven me inculcaron decirle papá, aunque yo me refería a él como papi. Y así, me comprometieron con él desde los 15 años.

Iré al baño, no comas si no estoy en la mesa, es de mala educación.- solo baje la mirada mientras él decía eso, no se me permitía hacer algo que a él lo molestará o los golpes en casa serían feos, todos impartidos por Olivia.

Deberías dejarlo, tómalo como el consejo de una amiga.- Glo, como yo la llamaba se acercó mi para decirme eso, al igual que para distraerme, yo sabía lo que hacía mi prometido en el baño con la mesera, como dije antes, era una zorra.

-¿Todo bien?.-

-Perfecto señor, le preguntaba a la joven como estaba su velada.-

-Lo que ella opine no importa, debería preguntarme a mí.-

-Me disculpo, provecho.-

-Cómo siempre, haciendome pasar vergüenza, apresúrate a comer, tengo prisa por salir de aquí.-

No habían pasado ni 10 min, de su regreso, cuando pidió la cuenta, justo cuando ví a la mesera despedirse, mi ensalada no la terminé, odiaba comer éso, pero no importa, él tenía prisa por una segunda ronda con esa chica.

Ya sabes que hacer Lee a su casa, sin desviarse o te buscaré.- siempre amenazaba a mi chófer, decía que yo parecía una puta queriendo cogerme a todos frente a mí, amenazó a mi padre que si la noche de bodas no había sangre anularía el matrimonio y no tendría acceso a sus contactos, Lee era gay para empezar.

Peccati ArdenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora