MI CUÑADO (KSJ)

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Mí vida había comenzado bien, tenía al esposo perfecto, un hombre de buena familia, amable y bondadoso, Kim Jiho.

Nos habíamos conocido hace más de 2 años cuando había llegado a Corea de intercambio en la universidad, su familia tardo un poco en aceptarnos, decían que nuestras culturas chocarían tarde o temprano en la relación, además sus padres eran muy conservadores, la primera vez que me vieron con un vestido ceñido al cuerpo casi se infartan.

Pero llegaron a acostumbrarse o mejor dicho, se resignaron a mi forma de ser, Jiho tiene un hermano que me odia, el a diferencia de sus padres jamás me aceptó, decía que las extranjeras no encajaban con los coreanos, siempre que tenía oportunidad soltaba un comentario venenoso.

Kim Seokjin y yo nos odiamos a muerte, Jiho y yo nos casamos al siguiente año, yo apenas con 24 años y el con 26.

Seokjin también estaba casado, su esposa es una chica muy linda y muy tímida, según Jiho, Jenni se crío junto a ambos, forjando así una linda amistad, que con el tiempo se fue enamorado de Seokjin y terminaron felizmente casados.

Este es el mayor de los dos con 28 años, pero muchas veces parecía de 15 por su forma de ser, más cuando se trataba de molestarme, nos mirábamos muy poco gracias a Dios.

Pero ahora tengo una semana viéndolo todos los días y cada uno de ellos, me hace la vida de cuadritos, el tema principal, es que Jiho y yo aún no podemos tener un bebé, pero… ¿Cómo podría quedar embarazada si mi esposo casi nunca me toca?

El tema me tenía sensible, me sentía no deseada por mi esposo, ya olvidé las innumerables veces que trate de seducirlo, siempre termino llorando en el baño.

Hace días se sentó conmigo y me dijo que lo disculpara, que había sido criado para ser un caballero con su esposa, y no debía tocarla por ese mismo respeto, sentía según el que no era correcto, que así había sido criado y le era muy difícil cambiar su forma de ser.

He tratado de aceptar lo que me a dicho, pero… Siento que hay algo más.

Estamos en casa de sus padres, toda la familia reunida y feliz por un mes… No sé cuánto podré aguantar, me siento triste y Seokjin no ayuda, lo odió tanto.

-Hola mi amor, te estuve buscando, voy a salir con papá a hacer unas compras, cuando vuelva saldremos a pasear tu y yo solos, ¿Está bien? – me soltó un beso en la mejilla y no se por que me dolió que no fuera en los labios.

-Está bien, nos vemos después Jiho. – trate de sonar lo más feliz que pude pero creo que no me salió bien.

Me quedé sola en la sala de estar miré por la ventana como mi esposo y mi suegro se alejaban de la casa.

-¿Cómo está la mujer más feliz de esta casa?... Deberías ver tu rostro, parece que se te murió tu perro. – soltó una carcajada llena de burla.

-Buenos días para ti también Seokjin, tan lindo como siempre, con permiso. – quise alejarme de el, sus comentarios mordaces hacían más grande la yaga en mi corazón.

-Te lo dije desde que tuvieron la absurda idea de casarse, tarde o temprano lo suyo iba a fracasar. – me detuve apenas terminó la frase, una molestia profunda se apoderó de mí.

-¡¡¿A sí? ¿Y porque estás tan seguro de eso?... ¡¡¿Dime qué defecto viste en mi como para que tú perfecto hermano no quiera estar más a mi lado?!! – para este punto mis ojos estaban cristalizados y no podía más.

-Fácil… Para empezar mi hermano es un idiota y tú… – sin darme cuenta, me había acercado demasiado a el, y al final el término por acortar la poca distancia entre nosotros, me tomo por los hombros y me miró con burla. – Tu eres una mujer que no va con el… Una mujer…. Caliente como tú, estoy seguro que el no puede darte lo que necesitas, ¿Me equivoco? – alzó una ceja mientras sus ojos miraban lo míos con intensidad.

Peccati ArdenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora