9 de febrero
Recojo mi cabello en una coleta alta para que no moleste durante el día y acomodo mi bata de laboratorio, suelto un largo suspiro antes de entrar al área de trabajo común, a sabiendas de quién estará allí y a lo que deberé enfrentarme en esta mañana, que sospecho será demasiado larga.
Armándome de valor para el interrogatorio que me espera, abro la puerta y, por supuesto, lo primero que veo es a Marco de espaldas, trabajando en su sector.
Con pasos lentos me acerco a él, mientras las luces demasiado intensas queman mis ojos cansados. Anoche, luego de que Jamie cancelara nuestra salida, me quedé hasta muy tarde en videollamada con mis amigas, lo que se sintió como una pésima idea cuando tuve que levantarme hoy temprano y solo había dormido unas escasas cuatro horas.
Ya hay algunas personas en el laboratorio, pero no son tantas como para que debamos ir a otro sitio a tener esta conversación. Marco se encuentra un poco más alejado del resto de los trabajadores, lo que lo hace aún mejor. La verdad es que no me da vergüenza que me oigan, pero a la vez tampoco me interesa que gente con la que debo compartir espacio de trabajo se entere de mi vida amorosa.
—Hola Miki —saludo llamándolo por el apodo que odia, pero que se ha convertido en mi mejor forma de venganza, antes de encontrar una que lo moleste más que un tonto apodo. Todavía tengo esa cuenta pendiente con él.
En realidad, pensándolo desde la perspectiva actual, sabiendo todo lo que sucedería luego de la última navidad, algo que la Emilia del pasado no tenía idea, podría estar agradeciéndole a Marco por la brillante idea de sugerirme ser la pareja falsa de Jamie. Pero eso es algo que no haré ni viviendo setenta vidas. Solo lograría aumentar el ego de mi amigo y eso es algo que nadie quiere.
Si Marco no hubiera pensado en mí como la opción correcta para Jamie, quizás nunca lo hubiera conocido. Pequeño detalle. Pero Marco no tiene que saber cuán feliz estoy de que Dalia quisiera emparejar a mi novio con alguien a quien a él no le agrada y tuviera que conseguirse una mujer que aparentara ser su novia. Quizás los giros inesperados del destino hayan conspirado a mi favor por una vez.
—Te estaba esperando —dice girándose para darme toda su atención, sin darme un saludo inicial—. Tienes que contarme todo —de repente frunzo el ceño, creyendo que se refiere a Jamie y yo siendo novios, pero sus siguientes palabras me hacen entender el motivo de su curiosidad—, ¿Cómo fue Suiza? No respondiste ninguno de mis mensajes, ¿me estás ignorando?
Abrumada por su intensidad, decido tomar un banquillo cercano y sentarme con él. Probablemente debería comenzar a trabajar, pero el jefe de laboratorio no llega hasta dentro de veinte minutos, así que me permito de este tiempo de vagancia.
—No te estoy ignorando, pero mandaste cincuenta mensajes seguidos, ni siquiera llegué a leerlos.
—Eso duele —se lleva una mano al centro del pecho y yo le doy una mirada de ojos en blanco como respuesta.
—Antes de que sigas preguntando —prosigo, sin dejarlo continuar con su interrogatorio—, todo ha ido bien. Y no —continúo, adivinando lo que preguntará—, todavía no me han elegido. Pero pronto comenzarán las pruebas físicas, eso quiere decir que estamos un poco más cerca del final.
—Eso es genial —comenta con una sonrisa que me contagia a mi—. Ahora que he cumplido con mis deberes de amigo, alegrándome por ti, haz lo tuyo —me hace una seña con la mano y la confusión me invade al no entender lo que me pide—. Cuéntame qué pasó con Jamie.
Cuando le dije a Marco que Jamie me acompañaría a Suiza en su avión privado, casi se desmayó.
Desde el momento en el que fue conocedor de esa noticia, ha estado insoportable -más que de costumbre-, insistiendo en que me aventurara a explorar terrenos desconocidos con Jamie y que luego le contara todo con lujo de detalles. Así que, por el bien de su salud cardiovascular, sin querer ocasionarle un infarto soltando la bomba, iré despacio. Me preocupo por él, después no quisiera verlo despotricando sobre que no le cuento todos los detalles de las cosas que hago.
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Dulce Mentira Navideña
Roman d'amourEmilia no sabía que el hecho de que su familia se fuera de vacaciones en fechas festivas y que su imposibilidad de subirse a aviones, harían de su navidad algo mucho mejor de lo que ella esperaba. Porque cuando la propuesta de fingir con Jamie llega...