8 | Creencias absurdas

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La historia llegó a 600k de lecturas y eso significa una cosa: MARATOOOON
Gracias por darle una oportunidad a Jamie y Emilia, espero que estén disfrutando la historia tanto como yo disfruto de escribir a estos personajes. Gracias por estos 600k, las quiero

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31 de diciembre

Con mis padres todavía de vacaciones en Asia, mi idea principal era recibir el año nuevo en compañía de Chester. No tenía planes de alterar eso, ya que me había estado haciendo a la idea de ello desde hace tiempo. Pero todo se vio alterado cuando Callie e Ivy, mis amigas, se enteraron de mis intenciones de permanecer en la soledad de mi apartamento y se auto invitaron aquí, para festejar las tres juntas.

La verdad es que no me importaba estar sola, pero a ellas les pareció algo terrible. Sobre todo porque piensan que ya pasé navidad sin nada de compañía. No les he dicho acerca de la propuesta de Marco ni sobre la travesía con Jamie, en un principio pensé que me mirarían mal y pensarían que estaba loca y luego, simplemente me olvidé. No es como si ellas hubieran estado en la ciudad para ese entonces, habiéndose ido a sus pueblos natales con sus familias a festejar, tampoco cambiaba mucho la perspectiva al decirles que, en realidad, no pasaría navidad sola.

Para ser sincera, comparto amistad con dos personas que manejan el mismo grado de locura, o más, que yo. Por lo que llegamos a un acuerdo en conjunto para recibir el año. Las condiciones fueron: usar un vestido, pero sin maquillaje y, gracias a todos los cielos, sin zapatos de tacón. Si fuera por mi, me hubiera quedado con el pijama que me coloqué luego de salir de la ducha, pero han sido bastante insistentes al respecto de "estar formales". No comprendo dónde ven la formalidad en un atuendo que se compone de un vestido con pantuflas, pero no las juzgo, por lo menos no me hicieron asesinar a mis pies con tacones.

Termino de acomodar el vestido que he elegido, uno blanco, porque esa fue otra de las condiciones para esta fiesta privada de tres personas, y acomodo los tirantes en mis hombros. Es bastante sencillo, corto y sin muchas vueltas. En realidad es un vestido veraniego que apenas me cubre el trasero, pero estaré en mi apartamento con calefacción y dos personas que me vieron en peores condiciones que ésta. No voy a esforzarme demasiado por parecer bonita.

De hecho, el blanco, definitivamente no es mi color. Mi piel es demasiado pálida y mi cabello demasiado claro como para lucirlo correctamente. El blanco es un color que queda a la perfección con los bronceados de playa o bonitas pieles naturalmente morenas, algo con lo que yo no he sido bendecida. Mi piel es demasiado blanca, tanto que hasta broncearme resulta difícil sin terminar roja como un tomate en el intento. El día en que me case, si es que llega, no tengo idea de cómo haré para que el vestido de novia no luzca horroroso en mi.

Tomo mis pantuflas de siempre y las coloco en mis pies, son oportunamente blancas y acolchonadas, algo que mis dedos disfrutan. Luego me dirijo al tocador, en donde tomo un peine y acomodo mi cabello que es un desorden pálido encima de mi cabeza, intentando hacer de él algo que no parezca un nido de pájaros. Cuando finalmente lo consigo, camino fuera de mi habitación, tomando dirección hacia el living.

En una de las repisas he dejado el atuendo especial de Chester para esta noche, él también se merecía recibir el año elegante. Así que ayer, mientras volvía del trabajo, me detuve en una tienda de mascotas en donde he conseguido un collar con un lindo moño negro que le quedará precioso. Eso si logro ponérselo y salir viva de ello.

Dulce Mentira NavideñaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora