La Nueva Na'vi 2 | Neteyam Sully

CAPITULO 6: "LO HAREMOS JUNTOS"

Los meses pasaban, la relación de Aleia y su anciana vecina era mas fuerte, debido a la interrupción de su esposo no pudo saber que era lo que le tenia planeado decir y la anciana tampoco mostro interés en retomar esa conversación por lo que pensó que no era tan relevante. La Mit'kante encontró cierto apoyo en ella, pudo conocer quien era su pareja, un caballero ya de edad muy respetuoso y cariñoso con su esposa, le parecía tierno que su matrimonio permaneciera y se sintiera el amor que ambos se tenían, esperaba llegar a estar así con Neteyam algún día.

Cada mañana o tarde, dependiendo el día, tenía una conversación con la mujer, pero cuando el Omaticaya llegaba la anciana se tornaba seria y hacia todo lo posible por ignorarlo o contestaba con un tono de desagrado y de mala manera al joven lo que le provocaba cierta incomodidad a la pareja. Neteyam no entendía el porque y solo pudo asociarlo a que quizás era porque interrumpía sus charlas o simplemente no le caía bien.

Con todo el tiempo que pasaba nunca falto una indirecta o comentario desagradable de Nasha, era como si estuviera atenta a cada llegada de la pareja o del Omaticaya para salir a molestar, como si fuese esa su labor en el clan. Neteyam algunas veces detenía dichos comentarios y otras veces los ignoraba tratando de mantener la calma para que Aleia y él bebe estuvieran bien.

En las noches, debido al sueño que tuvo, podía sentir el movimiento de su esposo levantándose de su cama para salir del hogar. No era cada noche que el salía, pero si la mayoría. Decidió no alarmarse ni reclamarle nada pues esa conversación ya la habían tenido, su respuesta era que salía a pensar, respirar y tener un como mas de espacio. Aleia no lo considero tan malo al punto de ya ni siquiera despertarse en medio de estos movimientos.

Su hijo seguía moviéndose y deteniéndose solo cuando Neteyam se lo pedía, era como si su voz tuviera total poder en el y la de Aleia no fuera nada. Agradecía a su esposo cuando lo hacía, pero de todas formas se sentía algo celosa por la obediencia de su hijo a alguien mas que no sea ella pues se suponía que debían tener un lazo mas fuerte al estar el en su vientre. Los movimientos cada vez aumentaban más y eran más seguidos, se metía entre sus costillas y pateaba sus órganos ahí adentro, pero ¿Qué podía hacer? Solo tenía la opción de esperar a que este se calme cuando Neteyam no estaba o pedirle a su esposo que la ayudara. Esa noche su hijo no dejaba de moverse por mas que lo pidiera, esta vez, por primera vez en todo su embarazo no había obedecido una orden de su padre lo que le pareció bastante extraño.

-Está muy inquieto- decía la mujer sobando su gran prominencia

-No se porque no me hace caso- dijo Neteyam quien estaba a la altura de su estómago viéndolo fijamente

-¿Se perdió ese poder?- pregunto graciosa-¡Autch!

-Te dio por hacerte la bromista- respondió con una sonrisa su pareja

-Ya cállate- contesto la mujer rodando los ojos antes de recibir otra patada- ¡Hijo!

-El esta de mi lado- volvió a hablar el Omaticaya ganándose una mirada de su esposa- Quizás si te recuestas e intentas dormir se detenga

-No podre dormir si me sigue golpeando

-Intentalo quizás funcione- Aleia suspiro antes de obedecer a su pareja, como pudo se recostó en la cama colocándose de costado para ser abrazada por el Omaticaya quien puso sus manos sobre su vientre dando ciertas caricias como si eso calmara a su bebé.

Luego de unos minutos, los movimientos no cesaron mas bien se intensificaron, la Mit'kante no podía dormir debido a las patadas de su hijo, era ya bastante tarde y su día había sido agotador, claro que tenia sueño, pero así no podía dormir. Su pareja en cambio dormía plácidamente pues podía escuchar sus tiernos y suaves ronquidos en su oreja, ella estaba sufriendo y el descansaba a gusto. No fue que sintió una extraña sensación de humedad en su intimidad que la hizo abrir los ojos enormemente, seguido de esto sintió como liquido se fugaba mojando sus piernas y su alrededor.