La Nueva Na'vi 2 | Neteyam Sully

CAPITULO 26: "NO LO LOGRARE"

El tiempo paso rápido, ni cuenta se dieron cuando estaban celebrando junto a su familia el primer año de Darek. Los Sully se habían reunido en la carpa de Jake y Neytiri para celebrar al único nieto y sobrino quien iba a dar inicio a la nueva generación. En esa misma reunión Lo'ak y Tsireya dieron la buena noticia de que el pequeño Darek tendría un primo con quien jugar dentro de meses, la cara de Neytiri no podía reflejar más emoción y Jake no podía verse mas orgulloso, la carpa estaba llena de felicidad y celebración.

Dos meses después, la pareja había dejado a su hijo con los abuelos para poder salir y compartir tiempo privado para ellos, además de celebrar su primer aniversario de casados. Volaron sobre el Ikran dando varias piruetas en el aire hasta llegar a su típica isla en donde pasaron una romántica velada para continuar con una alocada noche.

Los días seguían pasando, no había problemas ni discusiones ni nada que interfiera con sus labores y momentos familiares. Increíblemente, Nasha no había molestado dentro de todo este tiempo, es mas casi ni la veían pues al parecer solo salía para conseguir comida, quizás al final había entendido que nada podía separar a la pareja o simplemente se canso de intentarlo todo. Lo importante es que ella no era problema ahora y el matrimonio parecía estar mas feliz y en paz que nunca, Neteyam a veces tocaba el tema directamente o lanzaba comentarios al aire sobre tener otro hijo, específicamente una niña, pero Aleia solo negaba al hecho de quedar embarazada otra vez, si quería, pero quizás dentro de un tiempo más.

Un dia se encontraban realizando sus clases típicas en sus respectivos grupos, enseñaban con total calma y hasta con cierta felicidad, un orgullo aparecía al ver a sus estudiantes cumplir con todas las expectativas. La sonrisa de los cuatro maestros fue eliminada al oír el grito de los pescadores y guardianes de la zona limite informando que habían visto al gran barco demonio y sus naves acompañantes por los alrededores, rápidamente y sin pensarlo actuaron.

-Te dije que llegarían algún día- hablo Neteyam corriendo a un lado de su esposa

-Hay que acabar con esto- respondió saltando al agua mientras que el Omaticaya se vinculaba con su Ikran

Al llegar a la zona de batalla y observar a sus contrincantes, no fue para nada difícil subir sus armas para atacar, también los Na'vis de clanes cercanos estaban presentes debido a un botón de emergencia que los científicos habían creado este ultimo tiempo para dar la notificación sobre el inicio de una nueva batalla. El clan ceniza también había regresado y al parecer mas fuerte, pero no imposible de vencer.

Aleia veía a su alrededor y sabia que todo estaba en buenas manos, su grupo arrasaba con el enemigo, no sabe cómo ni porque, pero ya se dirigía al gran barco como si se tratara de un imán. Quería exterminar a cada demonio que ahí se encontraba sin importarle que ella fuera el mayor blanco.

Al subir a él, camino sigilosamente por el pasillo asesinando silenciosamente a los pocos soldados y científicos que por ahí pasaban. Aprovechaba a transformarse para seguir avanzando sin ser vista, no fue hasta que vio un cuerpo reconocido escondido detrás de unos barriles que la hizo entrar en alerta. Como arte de magia y gracias a sus poderes termino estando detrás de ella.

-¿Qué haces aquí?- pregunto en voz baja, casi susurrando, pero llena de enojo. Un grito salió de la boca de esta conocida la cual fue silenciada inmediatamente por la mano de la Mit'kante- No debes gritas- dijo mirando a su alrededor- si vienes aquí debes saber que hacer

-Lo sé- contesto la Metkayina apartando su mano- voy a demostrar que puedo ser una guerrera igual o mejor que tu

-Por favor Nasha- rodo los ojos cruzando sus brazos- ¿Por eso estas aquí? Esto es peligroso

-He estado entrenando- informo haciendo que Aleia arrugara su cara- por eso no he sido vista, he entrenado al interior de mi carpa y creo estar lo suficientemente lista para estar aquí- Aleia suspiro dando una mirada a su alrededor para asegurarse que nadie se acercara