CAPITULO 23: "EL EMPUJÓN"

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Los días continuaron y ambos volvieron a sus labores habituales, mientras que la pareja parecía tener cierta distancia Ao'nung y Elfí cada vez estaban más cercanos o eso era lo que la Mit'kante y el Omaticaya veían en los entrenamientos.

Había veces en que los padres peleaban por mínimas cosas debido al estrés y la situación en la que estaban atravesando, pero nada que una conversación tranquila no solucionará. En ocasiones Aleia decaía por recordar todo lo sucedido, a su mente pasaban las imágenes y comentarios que la hicieron quebrarse y querer irse de la carpa alguna vez, era una pelea interna que debía controlar si no quería ocasionar más problemas. Su estado de ánimo cambiaba al ver llegar a su esposo con muchas flores entre sus manos o algún regalo especial o simplemente con frases bonitas que le daban aliento a sonreír como solía hacerlo.

Trataba de confiar en él, trataba de dejar esos pensamientos malos lo más lejano posible, trataba de estar bien para su esposo e hijo, aunque a veces fuera difícil por los comentarios que lanzaba Nasha cada vez que pasaba cerca del lugar. Eran cosas tan hirientes como "Ahí va la que perdono una infidelidad" "Mira ya le salieron cuernos" "¿Qué se siente al tener una pareja infiel?" "Neteyam vendrá mañana a la misma hora de siempre" "No eres ni serás suficiente para él" y muchas más que es mejor no recordar.

Su castigo seguía en pie, no permitía que se le acerque tanto ni tener contacto ni siquiera para tocar su cabellera, tampoco lo besaba solo en ocasiones en las que se despedía y regresaba a casa, pero era un beso pequeño y rápido como si fueran unos niños. A la hora de dormir también tomo su distancia, no habría abrazos cariñosos, ni apoyarse el uno en el otro y tampoco tener sus manos unidas como solían hacerlo alguna vez, simplemente dormían espalda con espalda o tomando una distancia. De verdad estaba castigando al pobre Omaticaya que ya había hecho bastantes intentos para acercarse a la joven buscando algo más que una simple mirada, él quería contacto, quería sentirla, sentir el toque de su piel. Por eso, cada vez que tenía la oportunidad se acercaba siendo rechazado, en especial por las noches cuando ambos trataban de dormir.

-Ellos dos están más juntos que nunca- comento mirando a su compañero hablar animadamente con una de las entrenadoras del grupo femenino en vez de ayudarlo

-Si, eso lo he notado- contesto su esposa mirando hacia la misma dirección- ¿Crees que ya la invitó a salir?

-Por su manera de actuar- pensó un momento analizando a su amigo quien aún mantenía actitudes que demostraban leve nerviosismo- no, aún no lo hace

-Llámalo- pidió la mujer- debe ayudarte con el entrenamiento- Neteyam dio un silbido captando la atención de ambos Metkayinas

Al terminar el entrenamiento, Aleia se acercó a su mejor amigo para cuestionarles algunas cosas pues hace mucho no le decía nada y ella quería información.

-¿Qué tal?- sonrió al ver que Ao'nung la miro- Hace mucho no se de ti

-Si, perdón es que he estado...

-¿Distraído? ¿Ocupado? ¿Teniendo citas? ¿Compartiendo tiempo con tu novia? ¡Uuuh!- decía moviendo sus manos, el chico arrugó su frente mientras negaba con una sonrisa

-Solo nos hablamos en los entrenamientos Al- contesto subiendo sus hombros- y un poco más cuando la voy a dejar a casa, pero fuera de eso no hay nada nuevo. Recuerda que también tengo que estar con mi padre por todo eso de tomar el cargo como Olo'eyktan

-Pero eso es por las mañanas- recordó la mujer- en las tardes, después del entrenamiento, tienes libre

-Si, pero...-rasco su nuca nervioso mientras guardaba silencio unos segundos- no sé cómo decirle que salga conmigo- admitió, Aleia sonrió al ver que Elfí se aproximaba hacia ellos, Neteyam hacia lo mismo pero desde la dirección contraria

La Nueva Na'vi 2 | Neteyam SullyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora