CAPITULO 9: "CANALLA"

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Aleia tomaba a su hijo entre sus brazos mientras veía que no paraba de llorar, intento amamantarlo, pero no era lo que él quería, tampoco parecía estar mojado u otra cosa parecida. No sabía exactamente que hacer por lo que comenzó a caminar de un lado a otro mientras hacía cierto movimiento con sus brazos para menearlo.

-Hijo del corazón- comenzó cantando mientras seguía con dichos movimientos- deja ya de llorar -continúo viendo como su bebé se iba calmando al oír su cantico- junto a ti voy a estar y nunca más te han de hacer mal- Darek pestañeaba cansadamente- tus ojitos de luz el llanto no ha de nublar. Ven aquí mi dulce amor nadie nos ha de separar- veía como su pequeño apoyaba su cabeza sobre su pecho con ojos cerrados queriendo dormir, Aleia sentía el mismo cansancio por lo que continúo haciendo la acción con ojos cerrados al igual que su hijo- hijo mío, mi amor no me importa el sufrir. Como un sol, tú me das luz y das calor a mi vivir. Ven mi amor, ven mi amor- termino para abrir sus ojos y notar que su bebé ya dormía profundamente, sonrió por su inocente y dulce carita, se dirigió directo a su cuna en dónde lo acomodo para verlo durante largos segundos, no podía amarlo más, estaba enamorada de él, lo amaba como una madre puede amar a su primer hijo.

Se alejo de el para darse vuelta y ver a su cama en dónde veía el cuerpo de Neteyam acostado, fue directo hasta su lugar para notar que no solo había hecho dormir a su hijo sino también al padre de este, se había demorado bastante y apagó las llamas que por fin se habían encendido en su marido. Bajo sus orejas levemente haciendo una mueca.

-Quizás en otra oportunidad- dijo antes de besar su mejilla para luego acomodarse para dormir

Una semana había pasado desde lo sucedido, todo iba igual, Neteyam se iba temprano por la mañana regresaba a la hora de almuerzo para volver a irse y llegar a dormir en las noches. Eso era algo que en verdad le molestaba, no pasaba tanto tiempo con ella ni con su bebe, los dos tenían una responsabilidad como padres y todo eso se lo estaba llevando ella, no era justo. Lo único positivo que podría destacar de su semana sería que no ha oído ni visto a Nasha, ni siquiera cuando salía a hablar con su vecina.

Ya era casi la hora en que Neteyam volvería al hogar y Aleia seguía hablando animadamente con la anciana quien le contaba como había sido su romántica historia con su marido.

-¿Y qué pasó después?- pregunto Aleia curiosa meneando a su hijo entre sus brazos

-Me pidió matrimonio- dijo sonriente- antes de hacer la unión me pidió que me casará con el e incluso estaba dispuesto a hablar con mi padre que solo lo quería matar

-¿Y lo hizo?- cuestionaba Aleia emocionada por saber más

-Lo hizo- respondió emocionada recordando el momento- mi padre termino aceptándolo por mí, después se llevaron bien

-Y ahora son felices

-Muy felices- confirmo la anciana- nuestros hijos ya son grandes, tienen su propia familia, cumplen con sus labores en el clan y nosotros hacemos lo que podemos juntos

-Es muy lindo verlos a ustedes dos- dijo Aleia mirando de reojo el interior de la carpa en dónde estaba el hombre tratando de arreglar una mesa- se nota que aún se aman

-Con la persona correcta el amor perdura en el tiempo- decía con una gran sonrisa mirando a la chica, sonrisa que desapareció al mirar hacia un costado de ella- hablando de personas correctas- Aleia arrugó levemente su frente confundida

-¡Aleia!- escucho la voz de su esposo quien se acercaba a ellos

-Hola mi amor ¿Cómo te f...?

-¿Qué haces aquí? Ya es tarde- la interrumpió- hace frío, no debes tener a nuestro hijo afuera a estas horas- dijo para cargar a su bebé entre sus brazos apartándolo de su madre, este rápidamente comenzó a llorar- ya tranquilo, papá está aquí

La Nueva Na'vi 2 | Neteyam SullyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora