- ¡manzanas, naranjas, mandarinas y todas sus frutas por aquí las traigo yo! ¡frescas y jugosas! - se escuchaba su voz infantil por aquella plaza -A aquel niño que caminaba con cierta molestia por aquella plaza le llamó la atención el llamado del otro y lo observó. Era de una estatura baja, no parecía tener ropa de muy buena calidad, su cabello estaba un poco cuidado salgo por unas pequeñas hojitas que tenía y parecía que no se había dado cuenta, eso le causó cierta ternura al otro y al ver su carita inocente con pequeñas manchitas sobre sus mejillas, su cara se volvió de un color carmesí y decidió acercarse
- Hey niñato - le tocó el hombro con una pose la cual transmitía confianza
- ¡oh! ¡Hola! ¿Desea alguna fruta en especial? - oh mierda, cuando escucho su dulce voz, su corazón empezó a latir muy rápido, lo sentía tan fuerte que pensaba que se le iba a salir e ir a abrazar al otro chico
- ¿tienes manzanas? ¿verdad? - el otro asintió con la cabeza - bueno niñato, dame una que ni tiempo de desayunar me dio - el otro busco una manzana
- ¡es la mejor manzana! Ah por cierto, ya las he lavado - le sonrió y soltó una pequeña risa, para luego cobrarle
- ten, quédate con lo que sobra- le dio un poco de dinero de más y empezó a caminar pensando en el hasta que sintió como le tocaban el hombro y giro a ver a ¿el niño que vende frutas?
- uh!, esto de correr no es lo mío - le dio dinero - no puedo aceptarte la propina, muchas gracias igualmente - le sonrió
- Esta bien niñato - fingió guardar el dinero - o ¿como te llamas? - lo observo de pies a cabeza como si antes no lo hubiera hecho
- Mi nombre es Tomás, Tomás Arbillaga, un gusto ¿cuál es el suyo? - parecía tener buenos modales
- Ivan, Ivan Buhajeruk - Tomás.. le parecía lindo nombre - te pega el nombre "niñato" - soltó una risa burlona
- ¡deberías ser más amable! - le subió el tono de voz, se dio vuelta para irse y rápidamente Iván metió el dinero que le devolvió en su canasta
- lo que digas - sonrió de mejilla a mejilla con ternura, ese chico hizo milagros..
- adiós- se retiró para seguir vendiendo
- chao - soltó una risa y fue hacia su colegio
Aquel chico bajo veía a su amigo muy pensativo- Che uva - le ponía ese apodo de cariño - ¿qué chica te gusta? Te veo re pensativo y eso te pasa cuando te gusta una minita, yo te conozco - lo miro
- ¿Mh? Ay boludo - se recostó en la mesa y mordió la manzana - había un chico vendiendo frutas en la plaza, es - no habían palabras para describir lo que sentía, al menos para él, soltó un pequeño suspiro y sus mejillas se pintaron de un carmesí suave
- Te trae loquito uva - lo miro sonriendo, le parecía tierno que su amigo este enamorado
- Ay si, es muy amable y lindo - dijo para luego morder su manzana
- ¿Lo trataste bien? ¿Verdad? - Ivan no pronunció una palabra - ¡Yo sabía! ¡eres un estupido! - golpeo suavemente a su amigo - ¿¡cómo lo vas a tratar mal!? Por Dios
- ¡Estupido! No grites, recuerda que esta mal visto que me guste alguien de mi mismo sexo - él sabía que el problema no era él, si no la sociedad
- Tienes razón, pero ¿cómo lo vas a tratar mal? ¿Eres estupido? - le pregunto entre susurros que solo Ivan entendía
- es que tengo ese problema, trato mal a la gente que amo - mordió la manzana
- yo te voy a ayudar a enamorarlo - le sonrió - pero primero lo quiero ver como es
- esta bien...
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- ¡una manzana! -
Hayran KurguUn pequeño niño vendía frutas en una plaza donde muchas mujeres, niños y hombres con buena estabilidad económica pasan frecuentemente, le iba medianamente bien. Ese otro niño el cual tomaba ese camino para llegar más rápido a la escuela no había des...