Un Detalle Olvidado

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Loryann

La situación se puso algo incómoda cuando James y yo fuimos por mi madre y Katie a mi habitación de hotel; en donde pasaron ambas la noche para que James y yo tuviéramos una cita a solas.

—Disculpen la tardanza —me excusé—. Me tardé mucho en prepararme, aunque James llegó temprano por mí.

Me quedé tiesa frente a ellas con una nerviosa sonrisa, mientras que mi madre y la joven a su lado nos miraban con los brazos cruzados y la misma expresión en sus rostros. Esa expresión de: «¿Y te vamos a creer que durmieron separados?».

—Dudo mucho que papá haya tenido que ir por Lory —dijo Katie con sarcasmo—. ¿Les crees lo que dicen abuela?

—Ni una sola palabra, mi niña —contestó mi madre.

James y yo nos miramos sorprendidos. «¿Cuándo fue que estas dos se volvieron tan unidas?» Realmente parecían nieta y abuela mirándonos con reproche en sus rostros. James perdió la compostura, me abrazó y luego susurra en mi oído: «Estamos en problemas, cariño». Comenzamos a reír, aunque era una risa nerviosa.

—Basta —replicó mi madre—. ¿Cuál es el plan?

—Pues yo debo estar en el centro de convenciones ya. Pero James las llevará a desayunar y luego podrán ir a la actividad. Recuerden que comienza a las diez.

Media hora más tarde estaba, en el centro de convenciones frente a mi amigo Phillipe, y no me contuve de llenarlo de agradecimientos. Después de la entrevista de ayer, me sentía libre de todo lo que me molestaba, el futuro se veía espléndido y así se lo hice saber.

—¡Me alegro muchísimo, mon amie! —exclamó Phillipe tomando mis manos entre las suyas—. Ahora. Deslumbremos a todos con nuestros talentos.

—Así será —respondí tirando de él para darle un gran abrazo.

Si hay alguien que hubiera preferido tener en mi vida, desde hace mucho, ese era Jean Phillipe Rousant, mejor conocido como Phillipe Saint Jean. Era el tío que necesité, un gran amigo.

Desde que entré en su grupo, me acogió como su protegida y siempre me dio los mejores consejos. Se podría decir que todo mi éxito como modelo, se lo debía a este hombre que pudo encontrar en mí, la forma de aprovechar mi talento al máximo.

En ese tierno momento estábamos cuando escucho la voz de mi otra persona favorita. Marie llegaba acompañada de su hija mayor. Vestida con unos leggins negros y una hermosa blusa rosada. A diferencia de su acostumbrado maletín, arrastraba una especie de baúl con ruedas y gavetas.

—¿Lista para verte más bella de lo que eres? —preguntó con entusiasmo.

—¿Qué traes ahí? —pregunté por curiosidad, aunque ya lo imaginaba.

—No pude evitarlo amiga —respondió con cierto sentido de culpa —. Encontré esta belleza en el centro comercial de Paris. No me pidas que diga su nombre y creo que gasté el fondo universitario de las niñas para llenarlo.

Westfield Les 4 Temps & cnit —explicó Phillipe.

Abrió la tapa superior y desplegó tres espejos. Las gavetas mostraban toda clase de maquillajes. Tan solo dos de estas estaban llenas de brochas y parecía tener cientos de colores en sombras, rímel, rubores, bases, cremas y muchas, muchas toallitas y algodones.

—¡Marie, enloqueciste! —exclamé impresionada.

—Lo sé. ¡Me siento culpable y feliz a la vez!

—¿Y qué dijo Randy de esto?

—Pues me quiso reclamar —respondió ella­—, pero le recordé sus desmanes por el Dodge Charger que compró sin decirme una palabra. Prepárate querida, así es el matrimonio.

Ladrón de Besos(Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora