Capítulo 5

1K 134 16
                                    

Stella

Últimamente tengo sueños extraños. Estrujo mis ojos mientras me incorporo en la cama. Me toma un segundo recordar dónde estoy, recordar que esa parte es verdad. Ahora vivo con una mujer un tanto excéntrica que destila sensualidad. Las imágenes de las enormes alas llegan a mi mente.

— ¿Cómo te sientes? —escucho una voz a mi derecha y me giro.

Sobre la silla al lado del buró, allí está ella sentada. Aún lleva los pantalones de mezclilla, pero la sudadera ha sido reemplazada por una camisa de seda que está abierta, dejando ver el inicio de sus senos. Por un momento se me seca la boca. Jamás me había sentido de esta forma por nadie que no fuera un personaje de ficción de algún programa de la televisión. En sus labios se dibuja una sonrisa y tengo la sensación de que sabe lo que pienso. Me fijo en sus ojos y parecen brillar.

—Mejor. —contesto con simpleza.

—Me alegra escuchar eso. —por su tono puedo decir que es sincera — ¿Quieres seguir hablando?

Se levanta y se sienta ahora en el borde de la cama junto a mí. Una de sus manos va sobre mi rostro, del que mueve algún mechón rebelde que seguía sobre él.

—No fue un sueño, ¿cierto? —pregunto, observándola — ¿Qué eres?

—Es una historia larga y complicada, cariño.

—Me parece que tengo ahora toda una vida junto a ti, así que el tiempo es lo que menos importa. Comienza.

Kathleen empieza contando una historia sobre la creación, sobre lo que, según ella, son los Seres de Luz o Ángeles, como los humanos les llaman, y los Infraseres o demonios.

—Tú, mi Ángel, eres una Intramundana, un Ser de Luz, un Ángel.

—Es imposible —me defiendo —. Mi tío no lo es, así que no puedo serlo. —es una lógica simple.

— ¿Recuerdas a Nicolás? —pregunta, yo solo asiento —Según él, posiblemente tu madre sería una humana y tu padre un Ser de Luz. Los Seres de Luz son, por así decirlo, elitistas. No les gusta que sus miembros se apareen con otros que no sean de su clase. Si tu padre era un Ser de Luz y se enamoró de una humana, debió ser de las peores cosas para ellos. Supongo que le cortaron las alas y lo desterraron.

La idea me parece descabellada y horrible.

— ¿Eso qué tiene que ver conmigo?

—Los Infraseres podemos tener hijos híbridos. Pero los Inframundanos... —comenta, señalándose a sí misma —... en su mayoría todos nacemos siendo Inframundanos, mientras que los Intramundanos nacen casi todos siendo híbridos. Solo un muy bajo porcentaje nace siendo un Ser de Luz puro. Creo que eres de esos raros casos. Cuando un hijo de una relación híbrida nace siendo Intramundano puro, los Concejales, los líderes de los Intramundanos, prefieren matar a esos niños.

Llevo mis manos a mi boca ante el horror del relato. ¿Quién puede tener el alma tan negra para asesinar niños?

»Tanto Nicolás como yo pensamos que tus padres cortaron tus alas de bebé para evitar que te encuentren. Creo que todavía te buscan y por eso tu tío te protegía. Si eso es así, también debo hacerlo. —sentencia con tanta seguridad y fuerza que sé que es cierto, que me protegerá con todo su ser.

— ¿Esas criaturas me quieren matar? —pregunto, aun sorprendida.

—Eso estoy tratando de averiguar — toma mi mano y deja una leve caricia en ella —. Déjame asegurarme de que estás segura, que nada te pasará. Si todo es seguro y te quieres ir, las puertas están abiertas.

Crónicas de Inframundanos - El ángel  para el ángel OscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora