CAP 19

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Cuando Park Jimin tenía una edad adolescente, no era muy inteligente, solo era un niño más de la sociedad, alguien que se dejaba llevar por las apariencias; él solo quería ser visto de buena manera por los demás. Era alguien imprudente.

Una persona desorientada de la vida, eso era; Park Jimin no solo tenía las hormonas revoloteadas, sino también las neuronas. Los adolescentes tienden a actuar impulsivamente, y él era uno de esos. Su cerebro no estaba totalmente desarrollado y por lo tanto no era lo suficiente maduro como para pensar con prudencia.

Después de muchos años, Jimin aún recordaba como solía pensar en aquel entonces. Para su yo actual era ilógico su pensamiento adolescente.

Park Jimin vio de nuevo a su compañero que se había quedado dormido a su lado, luego observó el torniquete casero en la pierna de este, solo tuvo que buscar un palo y ajustarlo a la tela para evitar que más sangre saliera de la hemorragia.

Su garganta dolía y pedía por un poco de agua, sus ojos pesaban un tormento; estuvo aguantando sus ojos abierto por un buen tiempo, pero ya no podía más. Lo único en lo que se había centrado era en su pasado, en como su vida nunca mejoraría.

La noche nunca tuvo ningún significado para él, ni esos puntos resplandecientes en el cielo azul eran hermosos ante sus ojos, eran solo puntos blancos, unos simples astros. Se relamió sus resecos labios al acordarse de esa noche donde entró a un circo a hurtadillas para robar sus ganancias.

Recuerda muy bien lo que tenía en mente. Era entrar, robar dinero e ir al día siguiente con sus amigos y novia al cine. No tenía dinero y eso fue su impulso para robar. Un chiquillo que definitivamente era inexperto en esas cosas, obvio que iba a ser capturado.

El agente Park cerró los ojos recordando cómo fue que entró a escabullidas a la parte privada del circo, pero antes de salir con el dinero el guardia lo había descubierto.

Esa noche se la pasó durmiendo bajo rejas en la estación de policía, mientras que a su mamá le estaba dando un ataque al corazón después de fumar, inhalar aquel humo nunca le hacía bien, empeoraba su salud, pero los malos hábitos eran difíciles de quitar.

En la actualidad, Jimin tenía en cuenta que un adolescente no piensa con el cerebro, piensa con la amígdala cerebral, una nuez que se centra solo en las emociones y hace actuar con imprudencias en ciertas ocasiones. En ese entonces Jimin no era adulto y no entendía lo que era pensar con madurez.

Ahora se arrepentía de no estar esa noche para su mamá, al menos hubiera escuchado sus últimas palabras, pero ni eso pudo hacer. Su vida estaba llena de muchos arrepentimientos.

Haberse enlistado en el ejército fue su mejor decisión, conoció la parte oscura del mundo y no se dejó vencer solo porque quería algo más, nunca se detuvo; fama, lo tuvo, lo disfrutó; poder, lo tuvo, lo disfrutó; ascenso, lo tubo, lo disfrutó; dinero, lo tuvo y lo disfruto. Pero su vida parecía plana y vacía, siempre estaba ese sentimiento de que le faltaba algo, mas no sabía que era.

Un último suspiro salió de sus labios para dejarse vencer por el sueño. Él no le temía a la muerte, la verdad, siempre pidió su ayuda, siempre pidió libertad de este mundo cruel, no era capaz de colocar un cuchillo en su corazón con su propia mano, pero si era capaz de dejar que la guadaña de la muerte traspasase su corazón y desparramara hasta la última gota de vida que le quedaba.

[...]

Kim Taehyung miró la mesa pequeña que estaba en el centro, estiró sus piernas hasta tocar una pata de madera de esta. Bostezó y observó a su alrededor, quedando su mirada en el demonio de piel blanquecina. Min Yoongi.

DARK HOME / KookV Donde viven las historias. Descúbrelo ahora