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Cómo en cada año, está vez me tocó ser guía de los niños más grandes, me encantaba poder jugar y cuidar niños.

Los trato como me hubiera gustado que me trataran a mí.

Nos encontramos en la entrada de la iglesia para revivir a todos los niños.

— Hola, bienvenidos chicos— saludo la pastora.

— Roby— la llamo Lily— Annie y yo, los estaremos llevando de estación a estación.

— ¿Te emociona?— dice Annie con emoción.

— Buenos días familia Townsend.

— Hola— saluda Tyler.

— Katie ¿te emociona la escuela bíblica?— le pregunto la pastora, mientras la menor nos abrazaba a Annie y a mí.

— Annie, quiero estar en tu grupo.

— Eres muy grande, pero te toca con Emily.

— Habrá muchas manualidades— le digo a la menor.

— ¿Y los bocadillos?

— Mi mamá los hizo— le responde mi amiga.

La pastora se llevó a Katie, dejándonos a con Kyle y Tyler, se hizo presente el silencio incómodo hasta que se marcharon.

— Nos vemos luego— dicen Annie y Lily al mismo tiempo de manera divertida.

— Tus amigas son encantadoras— escuché a mis espaldas.

Al girar vi a Orión con una gran sonrisa— Hola.

— Espero que esté bien que viniera aunque no sea mi iglesia— dice un tanto preocupado— escuché por ahí que todos son bienvenidos.

— Es como el lema de la iglesia—le digo con una amplia sonrisa— me alegra que estés aquí.

— Me alegra que te alegre el que yo esté aquí— lo mire con los ojos entrecerrados y una pequeña sonrisa.

— Es por aquí.

El "receso" por así decirlo, se llegó demasiado rápido, todos los niños salieron corriendo directo a la mesa de comida.

— Tu tía si que se lució con la comida, parece un festín.

— Bueno, Danna Sue siempre da su ciento diez porciento cuando se trata de alimentar a las personas.

— ¿Ayudaste a preparar algo?— curiocio.

— Noup, pero prueba los sandwiches, Annie los hizo. Confía en mí, son muy buenos.

Los días había pasado muy rápido y me la eh estado pasando muy divertido con mis amigos, para mí gran gusto el día había terminado y los adultos nos dejaron irnos antes. Según la pastora June hicimos un gran trabajo así que los adultos recogerían todo.

- ¿Ya viste que día es hoy?- preguntó Orión. Estaba sonriendo y sus hoyuelos eran muy notables.

- Si, sábado... duh.

Orión me dio un golpe en la frente, el cual trate de regresarle pero quitó su cabeza con rapidez.

- ¡¿Es una broma?!- exclamó— ¿olvidaste algo importante?- dijo para luego tomar un poco de su soda. Fruncí el ceño pero no protesté.

Era sábado... ¡SÁBADO!

Oh, no...

Lo voltee a ver con los ojos abiertos, el hecho de que se me haya olvidado nuestra salida.

- ¡No, no, no se me olvido!- mentí, por supuesto que se me había olvidó.

- Tengo cara de tonto, pero no lo soy- ambos compartimos miradas- ¡Eso es bullying a mi persona!

My own magnoliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora