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No pasó mucho tiempo y la señorita Criss abrió la puerta, abrazándome al verme.

—Pasa, pequeño —sonrió dulcemente y yo pase, mientras ella hablaba con mi madre, se supone o al menos, de lo que alcance a escuchar, pasaría todo el día aquí, excepto para bañarme, podía hacer eso en mi casa, estaría aquí 5 días y pues, bañarme era inevitable. 

Unos minutos después, mi mamá se despidió de mí y la puerta se cerró. Escuche unos pasos viniendo del segundo piso y ay, por Dios, quede pasmo al ver qun bajaba las escaleras.

—Madre, ¿quién lleg-? —el chico misterioso de la preparatoria era el hijo de la señorita Criss y ni siquiera logro terminar la pregunta cuando me vio parado en su sala.

—Hijito, él es Win, nuestro vecino —me presento la señorita Criss y volvió a sonreír al decir mi nombre. 

—Sé quién es, pero ¿qué rayos hace aquí? —pregunto entre dientes, mirándome de abajo a arriba.

—Oh, ¿se conocen? Bueno, él se quedará aquí hasta el fin de semana.

—Va-vamos en el mismo salón, señorita Criss —respondí, aún con una expresión pasma, todavía no me podía creer que este chico misterioso y extraño sea el hijo de la señorita Criss, sus personalidades ni siquiera topaban. ¿Su padre lo educo así? Vaya.

—Sí, vamos en el mismo salón y no entiendo por qué estás aquí, si tú tienes tu propia casa —sonaba enojado.

—Su madre está de viaje, trátalo bien, Win es un buen chico, ha sido como un hermano mayor para tu hermana. Por cierto, Win dormirá contigo estos días, así que suban a acomodarse en lo que preparo la cena.

El chico iba a decir algo, haciendo puchero acerca del porqué debía yo dormir con él, pero su madre le dio una mirada amenazante y lo único que pudo hacer fue llevarme a su habitación. 

—Vaya, tu habitación es linda —dije con sinceridad, era espaciosa y su cama era increíblemente grande, me encantaba. El piso tenía alfombra encima de los tablones de madera fina. Su casa era realmente moderna, ya había estado en esa habitación hace un tiempo, pero solo había una cama donde dormía cada que mi madre me encargaba ahí, ahora ya tenía un sofá y un mueble de libros, sin mencionar que tenía una gran televisión y varios videojuegos en una estantería. 

—Ajá, lo sé. Dormirás en el suelo —respondió sin interés.

—¿Ah?, tienes una gran cama blandita y, ¿quieres que duerma en el suelo? Jamás —respondí y me tiré en su cama, vaya colchón, era riquísimo estar ahí. 

—Hey, aléjate —el chico misterioso me empujo de su cama, haciéndome caer al suelo y me queje al sentir el mismo. 

—¡Oye!, ¿tienes algún problema? —me levanté del suelo y subí a la cama empujándolo para que cayera también, no lo lograba y no lo lograba, pero al final, lo logre. El chico golpeo el suelo bastante fuerte y se levantó algo enfadado. 

—Te dije que, si me golpeabas una vez, te besaría una vez —el mencionado dijo eso, subiéndose sobre mí mientras se acercaba a mi rostro lentamente. 

—Oh, déjame, déjame —más que intimidarme me hacía cosquillas, sus manos rozaban con mi abdomen y con eso de que soy cosquilludo, no paraba de reír.

—Maldito seas, ¿te estás burlando de mí?, ahora verás.

No podía creerlo, el chico con apariencia sombría me beso tan rápidamente que ni me dio tiempo para reaccionar. 

—Ahora a un lado, voy a jugar Mario Kart —se quitó de encima y acomodo el videojuego mientras yo seguía procesando lo ocurrido.

Cuando logre pasar la impresión, me levante y lo empuje mientras se sentaba nuevamente en la cama para ponerse a jugar. 

—¿Por qué hiciste eso? Bastardo —normalmente no decía palabras así, pero estaba realmente indignado, había sido mi primer beso, yo no quería que fuera así y mucho menos con él.

—Tranquilízate, ¿quieres? Ni siquiera es que tus labios sean ricos —siguió acomodando su juego, mientras yo seguía de brazos cruzados reclamándole por lo ocurrido. 

—Ush, no sé por qué discuto contigo, nunca entiendes, ni das razones. Me voy a dormir, buenas noches.

—Ridículo, son las 9:00 p.m.

—Sí, supertarde —me acomode para dormir, mientras él seguía jugando y me quede dormido rápidamente. 

No estaba seguro de cuantas horas habían pasado, pero sabía que era de madrugada, me desperté y el chico misterioso estaba sentado en la esquina de su cama. Era extraño, parecía estar llorando.

—Vachirawit... ¿estás bien? —me senté, mirándolo desde atrás. Rápidamente volteo a mirarme y limpio sus ojos.

—N-no vi cuando te despertaste, perdón si te levanté.

—¿Estabas llorando? 

—No, no es nada, vuelve a dormir —se acomodó para dormir y no me quedo de otra que hacer lo mismo.


Chocamos En El Trayecto • BrightWin • (ADAPTACIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora