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Ya era lunes, 7 a.m. para ser exactos. Suspire y me pare frente al espejo de mi baño, joder, me veía fatal.

Tome un baño para luego, vestirme lindo, pero que luciera despreocupado.

No paso mucho tiempo después de que desayune para que alguien tocara la puerta. No esperaba a nadie más que a Bai... Mi estomago se revolvió, sentí que tenía mariposas ahí dentro y tomé agua. Bueno, dicen que, si sientes mariposas en el estómago, tomes agua y la ahogues. Es malo, chicos, no maten mariposas, pero ajá, estas eran imaginarias.

Me golpee la cara después de analizar las babosadas en las que estaba pensando. Concéntrate, Win, concéntrate.

Caminé cuidadosamente hacia la puerta y la abrí.

Ahí estaba, ese chico antes misterioso con mirada profunda. Mirándome y sonriéndome. Dios, él era perfecto. 

—¡Win! —gritó y extendió sus brazos para abrazarme, pero me quite antes de que me golpeara.

Quería reírme de su expresión de decepción. Pff, no lo hice y me disculpé.

—Lo siento, lo siento —hice una reverencia y suspiré.

Caminé hacia él y lo abracé suavemente.

—Mis costillas están en mal estado. Si me abrazas fuerte, podrías lastimarme, es eso —expliqué y sobé su espalda en el abrazo.

Él simplemente asintió, sabía que lo entendería. Lo había extrañado mucho y claro, era mi culpa. Yo era el que no le contestaba los mensajes, pero se entiende.

Bai termino por sacarme algo del por qué estaba mal de las costillas. Obviamente evadí las partes en donde aparecía P'Korn.

En resumen, le dije a Bai que me había caído de las escaleras, golpeándome con la punta de una de ellas y así terminé en ese estado. Fácilmente me creyó, digo, logre que mentirle al doctor, Bai no sería un problema. 

El mencionado me abrazo nuevamente después de escucharme atentamente en todo momento, él era lo máximo, sabia ser emisor y también se le daba bien ser receptor.

—Debiste dejar que estuviera contigo en el proceso de recuperación estás primeras semanas —me reprendió.

—Ash, creí que no me reclamarias —hice un puchero.

—Bueno, cambiando el tema de mis reclamos... ¿puedes y quieres salir un rato? —preguntó sonriéndome de oreja a oreja.

No lo evite y también le sonreí.

—Sí, anda. Vayamos a algún lado no muy lejos, ¿quieres? —respondí.

—Me parece perfecto. No muy lejos de aquí abrieron una cafetería. Yo invito —dijo y volvió a sonreírme.




Nos pusimos en marcha hacia la cafetería. Bai no quería que me lastimara y nos fuimos en su coche.

Era ridículamente protector, la cafetería literalmente quedaba a tres cuadras y aun así, insistió en no dejarme caminar hasta ahí. 

Cuando llegamos, nos atendieron rápidamente. 

—Y bueno, ¿ya regresaras a estudiar? —preguntó Bai.

—Sí, debería, ya me perdí muchas clases. Dios, me costara muchísimo reponer los trabajos de las últimas tres semanas —me quejé. Literalmente, me estresaba con la tarea de un día y ahora tenía que hacer la de tres semanas. 

Charlamos y reímos un rato, mientras bebiamos café sin parar. No me había sentido así de feliz con alguien desde hace mucho tiempo. 


Chocamos En El Trayecto • BrightWin • (ADAPTACIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora