Chocamos En El Trayecto • BrightWin • (ADAPTACIÓN)

★30

Win

Y bueno, estamos de vuelta.

Hace días me encontraba en casa de Bai. No me lo tomé a mal porque sabía que él solo quería protegerme. Siempre fue así; nunca debí de hacerle dramitas, aunque se lo merecía.

Realmente no me preocupaba nada en este momento. Korn estaba en casa haciendo no sé qué cosa de vago. Mi madre había salido el día que Korn me corrió de la casa y según yo, aun no volvía. Lo sabía porque, aunque ella quisiera más al vago de mi hermano, se preocuparía por donde me encontraba yo.

Mientras tanto la señorita Criss apoyaba el que me quedara ahí y a veces me consentía con dulces. Jane me hacía sonreír y Bai me dejaba dormir en su habitación, nada romántico, obviamente. No nos tratamos amorosamente desde hace mucho tiempo. Claro que quería volver a eso, pero a mí me gustan las declaraciones; yo no iba a dar el paso, que lo haga Bai otra vez.

A todo esto, nunca hablé con Nanon ni Cherreen, no quería preocuparlos también. No quería ser una carga para ellos. 

En fin, todo estaba bien para mí.

O eso creí por un momento. Las cosas malas no esperan a que pases la pesadilla en la que vives para regresar a joder.

♪

Sonó la puerta varias veces antes de que la madre de Bai bajara a abrir la puerta.

—Hola, señorita Opas-iamkajorn, ¿necesita algo?

Escuché como la mamá de Bai le hablaba amablemente a mi madre. ¿Qué rayos hace aquí cuando ya soy feliz jugando con Jane? Fue lo único que pensé en ese momento antes de seguir escuchando su conversación. 

—Creo que es muy claro el motivo de mi presencia —contestó mi madre.

—Si no me lo dice, no me queda claro.

—¿Por qué cree entonces?

—Pues no sé qué cree usted que es lo que yo creo o quiere que crea. Usted diga y yo respondo.

—Mira, Criss, agradezco muchísimo todo lo que has hecho por mi hijo y por mí, pero quiero que me lo regreses sin rodeos —aclaró mi madre.

—Por ahí hubieras empezado entonces —contestó la mamá de Bai.

Suspiré, me comenzó a doler el estómago solo de pensar que debía regresar a casa.

—Señorito Metawin, siendo jefe de disciplina creo yo, que usted está consciente de que escuchar conversaciones ajenas no está bien —habló Bai detrás mío con un tono burlón, asustándome por un momento.

—Solo cállate, ¿quieres? Escucho lo que me incluye y esto obviamente me incluye —dije.

—Oh, ¿ahora te atreves a callarme cuando duermes en mi cama todas las noches pateándome hasta caer?

—Pff, no es mi culpa que seas un debilucho —me defendí y le saqué la lengua. 

—¿Debilucho? ¿Yo? Ahora verás quién es el débil. —Bai me picó abajo de las costillas y mí reacción. siendo tan cosquilludo, fue reírme muy fuerte. 

—B-bai, déjame. —Supliqué piedad, mientras reía acostado en el sola, con Bai a mi lado haciéndome cosquillas. 

—Shh, basta, basta. Deja de quejarte o nos escucharan. —Bai pedía algo muy tonto cuando seguía con su ataque de cosquillas. 

No podía parar de reírme y Bai notó que me faltaba un poco el aire, así que me dejó. Mi respiración estaba agitada y la de él también, por batallar ante mis bruscos movimientos de liberación. Mi pecho subía y bajaba rápido y Bai estaba muy cerca de mí. 

—Joder, ya basta de rodeítos y bésame —me quejé y tomé a Bai del cuello para besarlo bruscamente. Joder, que gran beso. 

Bai quedó pasmado y su cara me daba risa.

—Gracias por cuidar de mí siempre —dije sonriendo y me levanté del sofá. 

Sabía que mientras yo me besaba a Bai, mi madre terminada de hablar con la señorita Criss para que me fuera con ella y así fue. Bajé las escaleras rumbo al lado de mi mamá, porque de igual forma terminaría yéndome con ella.

Bai bajó corriendo las escaleras para buscarme, pero al verme con mi madre ya no dijo nada, todo era obvio.

—Gracias por dejarme quedarme aquí, señorita Criss, la visitare pronto —agradecí, mientras mi madre salía y me esperaba afuera—. Bai, tu labio sangra como si alguien lo hubiera mordido demasiado fuerte —añadí y salí riéndome de la casa.

—Maldito Win. —Escuché el gruñido de Bai entre su risa, ya estando fuera de la casa.

Pasar tiempo con él realmente me hacía olvidar todo, había olvidado que estaba a unos pasos de ver a Korn otra vez.