Como dije, faltaban solo unos minutos para el receso y Mew aún no regresaba de su juntita con el profesor y a mí aún me hervía la sangre.
Pronto pasó el tiempo y tocaron el timbre. Salí tan furioso del salón que ni siquiera miré a mis amigos y me dirigí a la cafetería por una malteada.
Al cabo de unos minutos me senté en una de las mesas de la cafetería y unos segundos después ya estaba Bai junto a mí y detrás de él venían Cherreen y Build.
—Oye, lamento no haberte dicho que el profesor Chadok nombró a Mew jefe de grupo —lamentó Bai.
No lo miré, solo seguía bebiendo mi malteada mientras mi mirada se perdía en cualquier cosa.
—El profesor preguntó por ti varias veces y ninguno de nosotros sabía qué tenías, así que no teníamos respuestas y él dedujo que simplemente ya no vendrías —añadió Build.
—Mew sin dudarlo, tomó tu lugar —añadió Cherreen.
—¿Pregunté? —fue lo único que dije antes de azotar la malteada contra la mesa, haciendo que el vaso que la contenía se rompiera, para luego levantarme e irme del sitio.
Tal vez eso fue muy infantil de mi parte, pero realmente estaba enojado. No porque mis amigos no hayan podido hacer nada para que no me retiraran el cargo, pero sí porque los mencionados no se habían dignado a contarme nada de eso, ¿acaso no merecía saber?
Terminé en el baño, sentado junto al retrete de uno de los muchos cubículos espaciosos y limpios que tenía la institución.
No quería llorar, pero lo hice.
Lágrimas corrían por mis mejillas y no las podía controlar. No sabía cuánto tiempo llevaba ahí, pero era bastante, pues ya habían tocado el timbre para ingresar al salón.
Escuché que alguien llegó agitado al baño y me tapé la boca para que no me escucharan llorar.
—¿Win? —alguien dijo mi nombre y claramente reconocí la voz. No quería hablar con él, así que seguí intentando no hacer ruido— Oye, sé que estás aquí, te vi entrar después de que te retiraste de la cafetería... Te di tu espacio, pero no lo tolero más. Déjame verte, ¿quieres? Anda, vayamos a clases y arreglemos los problemas después.
Estaba a nada de que Bai se fuera, cuando sorbí mis mocos. Concha mi cara, lo arruiné.
—Ahí está el bonito sonido de mi novio siendo él.
Me levanté y comencé a limpiar mis ojos, ya estaba a nada de salir.
—Bright, regresa a clases. Has tardado mucho y no te veo haciendo lo que la gente viene a hacer al baño —reclamó Mew.
Joder, qué mal día.
Sabía que Bai estaba siendo supervisado en conducta desde hace mucho tiempo, así que deduje que se retiró solo por eso.
Salí del cubículo y ahí estaba Mew, recargado sobre el marco de la puerta.
—¿Llorando Opas-iamkajorn? —preguntó y sonrió maliciosamente al final.
—No es de tu incumbencia —respondí.
—Tienes razón. Tu vida dejó de ser de mi incumbencia hace mucho tiempo.
—¿Entonces?
—Que no me importes, no significa que no quiera verte en el suelo para siempre gracias a mí. Ya te quité el cargo en la asociación de la disciplina, dejarte fuera no fue difícil y no hay nada que puedas hacer.
—Claro que no fue difícil, porque no fuiste tú el que me sacó —apreté mis puños.
—Ay, Win, no me hagas reír. Sé que tus costillas están rotas, el profesor Chadok lo sabe, todos lo saben. ¿Y sabes por qué?
Me paralicé, tenía razón. Yo informé al profesor Chadok y no obtuve respuesta ante mi solicitud de faltas, pero nadie más que Bai sabía de esto.
—Porque Win sigue siendo el mismo niño maltratado al que conocí hace unos años. Ser tu soporte no me afectaba, solo no pude soportar que, aunque te conté sobre mi sueño de ser encargado de disciplina, lo hayas pasado por encima a tu gusto. Te odio por eso.
—No puedo creer que algún día te llamé "mejor amigo", eras casi mi hermano... Dormías conmigo, mi mamá te llevaba con nosotros de paseo —recordé lo lindo que había sido llevarme bien con Mew.
—No todo era bueno, Opas-iamkajorn. Sí, tu mamá me apreciaba mucho, al igual que tú, pero siempre te dejaban solo; llorabas por todo, me enfadaba tener que escucharte llorar todas las noches —contestó rodando los ojos.
—Eres una mala persona —susurré.
—Lo sé, joder. Win, madura, madura ya, ¿quieres? No todo es algodón de azúcar y colores pasteles, la vida es dura y hay personas a las que no les vas a importar. Algún día me importaste y mucho, tanto que llegué a sentir atracción por ti —caminó hacia mí e inconscientemente, yo retrocedí a su paso.
—Aléjate —lo empujé sin éxito, su confesión me sacó de onda.
—Y si te odio, también es por eso, porque sabía que nunca sería correspondido, ¿sabes por qué? —me pegó a la pared y me acorraló entre uno de sus brazos— Siempre me dijiste que andar con un chico no era lo que querías, que terminarías la universidad sin relación alguna, ¿y sabes qué jodidos hiciste? —dejó caer unas lágrimas— ¡Comenzaste a salir con Bright! Joder, ¿por qué con Bright y no conmigo? ¡Conmigo lo tenías todo, Win! Piensas que nadie sabe nada sobre ustedes, pero lo hacen tan obvio.
Me pasmé. No sabía qué hacer ni qué decir, no sabía si me estaban tomando el pelo o si simplemente era real. Me sentí mal, Mew tenía razón, siempre dije que no saldría con nadie y terminé saliendo con Bai, a quien conocía hace no mucho tiempo.
Salí de mis pensamientos cuando Mew comenzó a acercar su rostro al mío. No podía moverme, no sabía qué estaba pasando y no reaccioné a tiempo cuando Bai llegó corriendo y me miró con decepción.
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Chocamos En El Trayecto • BrightWin • (ADAPTACIÓN)
FanfictionWin es un reconocido estudiante en su salón, su buena conducta acompañada de sus buenas calificaciones lo han llevado a ser un estudiante ejemplar. Líder del grupo asociado con la buena conducta. Al inicio del quinto semestre todo dará vuelta para e...