Capítulo 6

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Capítulo 6

"Y la aventura amorosa apenas comienza...."

Honestamente, nunca en mi vida había estado tan nerviosa. Mi familia dice que soy una roca llena de hielo, que no lloro cuando me lastimo, que ni siquiera al ver videos sensibles, y justamente me vengo a poner con Nick de esa manera. Mi tía se ríe de mí, y entra a la habitación con algo entre las manos.

—Es un vestido como regalo de cumpleaños y de graduación —me dice ella con voz emocionada—. ¡Disfruta, cariño!, así como tu amiga, que no ha parado de divertirse. Además, ya pronto te vas, que mejores recuerdos que tener una cita romántica con el chico.

—Es hermoso, tía. ¡Gracias! —sé que ella comprende mi entusiasmo, y sonríe. El vestido tiene estampados de flores, es realmente mi estilo. Ella sale de la habitación y de inmediato cambio el outfit, y me pongo unas botas para combinarlo. Tengo muchísimos nervios por salir con Nick, más de lo normal, y necesito relajarme, respiro hondo y profundo una vez que me estoy maquillando.

Le mando una foto a las chicas, no sé si Megan estará despierta, pero para que sepan que no miento con la cita y se emocionen un ratico. Nanny es la primera en responderme:

"DIOSSSSSS, TE VES HERMOSA,

MÁS DE LO QUE ERES.

¡VAMOS Y CONQUISTA

A ESE HOMBRE, ALE!"

"JUSTO ME IBA A DORMIR,

CONQUISTARÁS, ALEEE, VAMOS"

-escribe Megan. Luego manda una nota de voz

para relajarme de los nervios y todo lo que debería hacer

en una cita.

Una vez lista, les escribo diciéndoles que después les contaré con detalles. Suena la bocina de Nick y mentalizo en no dejarme llevar por sus hermosos ojos. Bajo las escaleras y mi tía finge que está pelando las papas, si claro, ella quiere saber todo, y quiere asomarse para verlo. La conozco, es como mi papá de chismosos y emocionados. No pueden ver algo en mi que sea diferente porque se vuelven locos, fuera de mi personalidad, porque creen que por fin tengo emociones vividas. Mi papá ayer me escribió tan emocionado que pensé que le daría algo, pero no, y mi otro papá me daba consejos de como abordarlo cuando quisiera saber más información, que no me precipitara a nada y que mantuviera la calma.

Abro la puerta, observo a mi tía dando chillidos y niego con la cabeza, cierro y quiero reírme, pero no me sale la risa. Nick anda allí con su auto, baja para abrirme la puerta por cortesía. Luce un pantalón muy cómodo y una franela ajustada a su cuerpo. Trago saliva y me concentro en otra cosa que no sea verle su outfit todo sexy. Una vez dentro vuelvo a respirar hondo y él entra y se queda paralizado por unos breves segundos. ¿Estará nervioso como yo?

Pone una música para amenizar el ambiente, y tararea bajito. Al observarlo más detallado, es realmente irreal, es como si fuese un holograma, no parece que fuera un ser humano común y corriente. Su perfil concuerda con todo, la nariz perfilada, sus manos varoniles, sus cejas pobladas, el cabello marrón.

—Si me sigues viendo, mi belleza se va a desperdiciar, y no quedará más nadie que me vea, aunque no me molestaría que no me vean, con tal de que solo seas tú quien lo haga, puedo modelar para ti cuando quieras —su comentario me hace reír—. Pero, debo tener cuidado, hay competencia por ahí.

—No hay —digo con sinceridad—. ¿Pero, yo sí debo preocuparme?

—Si me miran, pues estoy agradecido, pero hasta ahí. —¡Qué modesto! ¡El señor narcisista!

—Tienes mucha confianza en ti mismo —hago el comentario, luego de haberme arrepentido de decirlo. ¿Qué clase de cosa dije? ¿Estoy loca o qué?

—Pues, un poco, aunque generalmente soy tímido.

Lo dice convincente, pero no le creo. ¿Con ese físico tímido?, si bien las apariencias engañan, pero si tiene tanta confianza para amarse a sí mismo, me sorprende que sea así.

De tanta charla, llegamos a un lugar donde se miran paisajes irreales, hermosos y se nota que es muy callado y muchas personas no frecuentan por ahí. No sé donde estamos, pero quedo anonadada con eso. Es como pinturas que ves en los museos y piensas que es algo que no existe, pero no es así, si existen, o bien dentro de nosotros mismos como parte de la imaginación o cuando lo percibes y sientes esa calidez que te brinda la naturaleza.

—Haremos un pícnic, luego montaremos a caballo y después vamos a un viñedo —cuenta el plan de hoy, y simplemente asiento. Veo que tiene una cesta de mimbre, una manta y una cava, más dos cojines redondos—. No hace falta, se van a lastimar tus manos, además pesa muchísimo. —Rechaza mi ayuda para cargar una de las cosas.

Nos dirigimos hacia una parte de la montaña donde hay una pequeña cabaña y alrededor un hermoso jardín lleno de rosas blancas y rojas. Extiende la manta, toma un cojín y lo pone, para luego poner el otro, me invita a sentarme.

—No quería llevarte a lo típico, he estado demasiado tiempo en la ciudad, y pues este lugar es increíble —comenta y me quedo callada. Él se sienta en el cojín y en la cesta saca varias cosas—. Traje postres, sándwich, y ensaladas. Todo lo preparé, mis hermanos se burlaron de mi. Nunca cocino, y tenía mucho tiempo sin hacerlo, espero que te guste, si le falta algo me disculpo.

¿Qué? Nada más el olor me hace querer comerlo, pero no quiero adularlo ni decirle algo, porque capaz si se pasó de sal, o le quedo crudo el pie de limón que veo, pero solo te queda crudo si usas harina, pero sí es con galleta imposible. Finn (mi otro papá) estaría orgulloso de mí por saber tanto de repostería.

Me da un sándwich envuelto en papel transparente, creo que anda nervioso, pues piensa que quizás no me va a gustar. Le doy un mordisco y percibo todos los ingredientes: rodajas de roast beef, tomate, cebolla, salsas.

—Bien, ¿te gustó? —me pregunta en tono de preocupación.

—Sí, está bueno —le respondo una vez tragado el bocado.

Para que no haya cocinado por un tiempo, está decente su comida, el pie es lo que le quedo increíble, y trajo demasiado, pero no me quejo, amo los postres a morir. Luego de un breve descanso y silencio, nos levantamos para ir hacia donde están los caballos. Con animales soy la persona más sensible del mundo, puedo hablarles bebecito sin problema. Los veo y me llama la atención uno que es negro completamente, y hay otro que es marrón claro con las patas blancas.

—Son demasiado hermosos —comento con voz alegre.

—No más que los re... —se detiene en la oración—. Sí, concuerdo contigo —dice finalmente.

Nos acercamos, y puedo acariciarlos, según la indicación de la persona. Se nota que son muy libres en esta zona, hay bastante pasto y el lugar es seguro para andar sin cuerdas ni nada que los ate.

La primera cita ha sido muy relajante y dentro de mis gustos, igual si fuese el gusto de él, pues no me quejaría porque apenas es que nos estamos conociendo, indiferentemente si tendremos algo más adelante o no, solo quiero disfrutar y vivir los momentos. La última parada es un viñedo, no soy muy experta en vinos, he probado algunos por mi padre, pero, Nick se ve que le apasiona, porque habla con tanta pasión que te contagia. Finalmente, nos vamos del lugar.

—Ojalá todos los días fueran así —comenta cuando da en reversa para ingresar en la carretera—. ¿Cuándo te vas?

—Bueno, regresaré mañana —respondo con voz triste—. La próxima vez que venga, quiero quedarme más tiempo.

—Así será —Nick habla en tono serio—. Y no te vas a deshacer de mí tan rápido, por si tenías dudas. 

Embarazada de Santa Claus  © (BORRADOR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora