Capítulo 22

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Capítulo 22

Las aguas se han calmado tanto, que siento una paz impresionante. Me llega un nuevo correo mientras me preparo para ir hacia la consulta prenatal, la doctora Marino desea verme antes de Navidad para verificar que todo este correcto y ver el avance de los bebés y si se dignan a verse sus partes íntimas.

Alex, espero que estés muy bien, soy el dueño del centro en el cual se te contactó hace poco por la suspensión del evento. Resulta que todo fue un malentendido, mi equipo cometió un gravísimo error en mandarte ese email. Como sabemos tu situación, no es necesario que viajes. Hemos decidido programar el evento para junio del próximo año, y será en la ciudad de New York.

¿Existen los milagros navideños? ¡Claro que sí!

No dejes que nadie opaque tu talento, eres muy buena en lo que haces. Piensa si de verdad deseas dedicarte a este maravilloso arte.

¡Feliz Navidad!

Luc.

—¿Lista? —pregunta Nick poniéndose un abrigo largo. Asiento con la cabeza con una enorme sonrisa—. No te digo que ames la Navidad, pero siempre suceden cosas mágicas, ¿no?

—Claro, señor Claus.

Con las expectativas bajas, llegamos a la clínica nerviosos. Lo bueno es que no hay casi gente, y nadie se los queda mirando. Nos llaman a los cinco minutos y vamos al consultorio 7. Abrimos la puerta y nos espera la doctora. Mismo procedimiento: ponerme una bata, pesarme, medirme la barriga, tomar mi presión arterial y acostarme en la camilla para que me examine. Haremos por quincuagésima vez el eco, ella pasa el aparato por mi barriga y vamos viendo a los dos bebés más grandes. La doctora asiente, y ya anotando algo en la ficha médica que no logro ver. Nick se encuentra a mi lado tomándome la mano, se nota que anda temblando como yo y que también quería chismosear.

—Allí se ven —dice ella. Yo no veo nada—. Tendrán dos hombrecitos. —Señala sus partes y caigo en cuenta. Si no fuera porque apunta el bolígrafo hacia donde se perciben, ni los hubiese visto—. Estás muy bien, Alex. Sigue con las vitaminas, el calcio, y la buena alimentación. Te mandaré nuevamente exámenes de sangre, y de orina y heces. Sé que los odias, pero es vital.

—De acuerdo.

—Y para Nick igual. —Él asiente obedeciendo a la doctora—. ¡Felicidades por sus pequeños!

Después de todas las veces intentando ver el sexo, finalmente lo sabemos. Ahora si puedo comenzar a comprar sus ropitas y combinadas, me volveré muy insoportable. Salimos de la clínica, lo persuado para ir al Polo, ya que los elfos y los chicos prepararon una sorpresa especial por su cumpleaños. Al llegar, se prenden las luces en el lugar especial para ver el cielo estrellado y todos gritan "sorpresa"

—Y si tienes mejores amigos —le susurro y sonríe.

Este grupo de personas es más íntimo, Nick se siente muy a gusto y les dice a todos que tendremos dos pequeños varoncitos. Lo dejo que se divierta, y atiendo la llamada de mis papás quienes andan intrigados, dirigiéndome a la esquina donde hay unos puffs muy cómodos y que puedo escuchar mejor, porque hay puntos en donde no hay nada de señal. Me quedo hablando con ellos una media hora contándoles todo, ambos sugieren dos nombres (Anton e Iván), pero que al final la decisión es nuestra.

—Ya sabemos que regalarle a nuestros nietos, bueno pequeña, te dejamos, ya nuestro vuelo va a salir. Tus hermanos deberían llamarte pronto para otras buenas noticias, te amamos —hablan los dos otra vez al mismo tiempo. Nunca se les quitará esa maña, pero no puedo hacer nada al respecto.

Mis papás van hacia Italia a pasar unas lindas vacaciones después de mucho tiempo, además es su aniversario, lo cual puede ser muy especial para ellos.

Embarazada de Santa Claus  © (BORRADOR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora