Capítulo 18
Finalmente, noviembre llega a su fin, y viene diciembre con mucha potencia. Tengo muchas cosas por hacer: primera parada el Polo Norte hasta el 18, segunda parada viaje a París del 20 al 22, para luego regresar e ir donde mis papás en Texas y estar justo antes de Nochebuena, aunque si llego después no importará, porque no celebro Navidad desde que tengo uso de razón; igual mi familia siempre se reúne, ellos saben que evado todo para no decorar la casa, ni tampoco para ver como encienden el árbol en el centro de Texas.
El primer día aprovecho de contemplar el paisaje y tomar fotos solo para mi, no puedo compartirlas por nada del mundo y aunque quisiera, quedaran en mis recuerdos. Como ando muy cansada, dejo el trabajo para mañana. Pude recuperar una parte de los postres y la producción que había hecho negocié con varias locales antes de haber partido hacia el Polo Norte. Y conseguí un trabajo online donde edito fotos y videos, la paga no es la mejor, pero puedo ahorrar y pagar cuentas.
—Mi Grinch favorita que frunce el ceño cuando ve un árbol de Navidad o escucha un villancico —me dice Nick abrazándome por la espalda, para luego sentarse en el banquito y contemplar la belleza que hay a nuestros ojos—. ¿Algún día me dirás quién te hizo daño para odiarla?
—No me gusta y ya. Soy como un cubito de hielo, pero cuando estoy contigo haces que el frío se convierta en agua evaporada. ¿Y tú porque amas esta época?
—Más allá del marketing que la gente pueda crear, es la ilusión de los niños, es poder hacerlos felices. Ver sus rostros sonriendo cuando ven el regalo, y también como comparten con su familia. Crean esa burbuja que al escuchar un cascabel se emocionan, el ho ho ho de Santa, como pueden agradecer por los alimentos, y tener esa inocencia brillante. Sé que sonara demasiado cursi, pero como dices que yo hago que el hielo se convierta en agua evaporada, para mi así es la Navidad y el estar contigo. Lo será también cuando nazca nuestros pequeños bebés, todo lo gris se convierte en algún momento en un lienzo de colores, solo debemos verlo y creerlo. No basta con comprar cosas, es creer que la vida es magia y hermosa.
Al estar en el hombro de Nick, gruesas gotas de lágrimas caen sin parar. Él me soba las mejillas con la mano libre y nos quedamos así por un buen rato. Lo que dice no es ajeno a la realidad, es la verdad, y de solo pensar que yo como persona estoy cambiando internamente, no sé si algún día apreciaré este mes como él lo hace.
Lo acompaño al día siguiente hacia una tienda donde venden calzoncillos. Según ellos, la tradición es llevarlos puestos hasta que termine el año para la buena energía y suerte, este año han escogido por decisión unánime, de color violeta. La chica de la tienda no deja de mirarlo, y entiendo que cualquiera puede tener nervios, pero ella no finge para nada y quiere pegarse a él como chicle. No vale la pena tener que estar preocupándome por ella, así que hago caso omiso. De forma instintiva, Nick toma mi mano y no digo nada.
—Bueno, creo que eso es todo —dice Nick eligiendo otras cosas además de los calzoncillos—. Gracias. —Paga y nos retiramos del lugar—. Mi pequeña celosita, te ves muy linda.
—¿Se me notó?, realmente no le hice mucho caso. —Él sonríe y asiente—. Eres hermoso, sexy, toda mujer te desea, y no puedo taparte por más que quisiera, yo lo dije, me tendrán envidia por estar contigo.
—Y tú no te quedas atrás, cuando te pones esas cosas sexys. Igual que tengan celos, eres la mujer más hermosa de la faz de todas las galaxias enteras, y eres la única persona que me tiene a sus pies, jamás me había enamorado de esa forma. Lo más lindo es que vamos a tener dos bebés y eso muestra el amor que nos tenemos. Los demás que soporten nuestra melosidad. —Me besa los labios delante de todos. Mi rubor se nota demasiado cuando nos separamos—. Tengo que ver a unos colegas antes de volver, vamos.
Me conduce hasta el tercer piso del centro comercial y llegamos a Hard Rock Cafe, dice sobre una reservación al nombre de Ethan Matts y la mesera nos guia hacia una mesa al final del local.
Recuerdo haber ido hacia acá en tiempos anteriores, cumpleaños de Megan, cuando finalmente nos dieron el título. El lugar me encanta, todo el estilo vintage es espectacular, además los asientos son muy cómodos.
—Ella es Alex, el amor de mi vida, la madre de mis hermosos bebés —me presenta y quiero reírme de lo cursi que suena, pero me reconforta que lo diga todo orgulloso—. Ellos son: Ethan —Es el chico de la esquina con una vestimenta muy formal—, Jack—un chico de aspecto rockero—y Andreas—un chico que es igual que Jack así todo rockero.
No digo nada y solo doy un asentamiento con la cabeza. Ellos piden sus comidas, Nick me pregunta si deseo algo y un helado de vainilla estaría bien sin sirope ni nada, él asienta y le pide a la mesera eso y él pide una hamburguesa y otra para llevar para mi, dos milkshakes.
—No le pongan mucha salsa, y puedes añadir papas extras, creo que dos raciones está bien.
El resto de su reunión es amena, intento no decir nada por qué no me siento en confianza.
—¿Qué harás en tu cumpleaños, Nick? —pregunta Jack.
—Trabajar, nunca lo celebro, la verdad. —¿Qué día cumple Nick?
Me dan ganas de vomitar y voy corriendo hacia el baño. Es vergonzoso, pero no puedo hacer mucho. La cabeza me arde demasiado y estoy mareada. Le paso un mensaje a Nick que me siento muy mal.
"Voy, amor "-me responde a los segundos.
—Sí, es mi pareja, sí, se siente muy mal, es que está embarazada —se oye la voz de Nick, luego la puerta del baño. Ando agachada que no puedo ni moverme, todo me duele—. Amor, vamos a casa, ya pedí todo para llevar, ¿sí?
La vista se me nubla de todo el dolor tan horrible que tengo. Para luego despertar en una cama grande. Afortunadamente, ya no me duele la cabeza, observo que Nick anda al lado mío con la laptop encima de sus piernas.
—Hola, princesa, ¿cómo te sientes? —me pregunta apartando la laptop y abrazándome—. Me dirán exagerado, pero casi llamo a una ambulancia, pero Ethan es médico y supo qué hacer.
—Mejor —le respondo con un hilo de voz. Él me sonríe y me besa la mejilla—. ¿Cuándo cumples años?
—El 20 de diciembre.
—¿Qué? ¿Y por qué no me dijiste? Justo esa semana me voy, pero...
—No lo celebro, Gorilita. Además, ya tengo un regalo anticipado de por vida, y no necesito más.
—Pero tus amigos quieren celebrarlo, deberías hacerlo, así yo no este, aunque puedo retrasarme un poco.
—No hace falta.
—Deberías hacerlo. Sabes que confío en ti. Te alejas un poco de la rutina, de mi, de todo lo de Santa por un día.
—¿Qué dices? ¿Por qué dices eso? No quiero que te alejes de mi, y tú eres la persona más importante de mi vida, princesa. Jamás lo dudes.
—No lo digo por eso, sino que ambos tenemos amigos y podemos disfrutar, no pasa nada con eso. Al menos un pastel, no sé.
—Eso lo entiendo, princesa. Pero mejor quiero pasarla contigo, mis hermanos. Ellos no son mis amigos, solo hacemos negocios. Mi mejor amigo es Nicolas, soy una persona que si bien conozco mucha gente, soy bastante solitario y tímido.
—Ya veo, ¿entonces, te hago un pastel?
—Sí, la señorita quiere, lo adoraré. Pero hoy descansa y no trabajes, debes recuperarte. Te traeré el desayuno. —Me besa antes de irse. Regresa a los minutos con una bandeja llena de cosas—. Por cierto, estaba pensando en comprar algunas cosas en Francia, de los bebés, que esos dos días sean para nosotros, lejos de todo.
—¿Quieres ir conmigo?
—Por supuesto. Ya adelante todo.
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Embarazada de Santa Claus © (BORRADOR)
RomanceCreemos en Santa Claus como un gordito, con barba blanca y traje peculiar. ¿Y si cambiamos la historia y ahora resulta que el nuevo Santa Claus es irresistiblemente sexy y está dispuesto a darte un buen regalo de navidad? Alex Chambers estará invo...