Capítulo 4
"Cada latido de mi corazón anuncia tu llegada"
Nos despedimos a las chicas en el aeropuerto, haciendo la promesa de vernos en diciembre para festejar y divertirnos un rato. Con Megan, pues nos mantendrá informada sobre su situación familiar y estaremos atentas a cualquier detalle, y si podemos ayudarla cuando regresemos.
Nos vamos hacia el supermercado para comprar unas cosas que mi tía necesita para una cena especial con unas personas que desean invertir en su negocio. Ella es especialista en arte, le encanta pintar y dibujar, y además ama la cocina; quiere tener su propia galería en conjunto con un café donde las personas puedan ir y pasar un rato agradable. ¿Cómo hace para hacer todo con un hijo pequeño? ¡No lo sé!, pero es admirable.
Ingresamos en el super para armar la lista en el carrito, mi tía quiere hacer una especie de biffet, por lo que hay un popurrí de cosas: filetes, vegetales, huevos, jamón, salsa bechamel, salmón, harina, frutas y demás. Encontramos todo rápidamente y hacemos nuestra cola esperando ser atendidas. Hay mucha gente y se nota que las cajeras están en colapso.
—Bien, creo que esta disco pudiese ser, queda cerca y no tenemos que caminar demasiado —dice Rosa mirando el Instagram de la disco que iremos esta noche. Se nota que el ambiente es agradable y divertido. No soy de estar mucho tiempo en lugares como estos, pero debo complacerla a ella y que la última vez nos quedamos con las ganas de seguir cantando. Cosa que amo son los karaokes, lo amo, mis papás me compraron un micrófono que se ajusta a mi televisor y así poder disfrutar horas y horas.
—No vayas a voltear sin armar escándalo, pero Justin te está observando —le advierto a mi amiga y ella se sonroja de inmediato, metiéndose el celular en el bolsillo y mirando fijamente a su crush.
Justin le hace una seña a ella para que vaya hacia donde está, ver a Rosa caminando sumisa hacia él, me da risa.
—¿Qué harás con todo eso? —es Nick y me mantengo firme. De no ser por mi modo zen, y la manera de poder esquivar su mirada, hubiese sido igual que Rosa—. Pensé que te habías ido.
—Es para mi tía —respondo con sequedad.
—¿Quieres que las lleve? Todos cabemos en el auto —dice con voz gruesa. Trago saliva sin mirarlo.
—No, gracias. Nos vienen a buscar.
¡No caeré en sus redes, por más que quiera! Ni siquiera sé cuáles son sus intenciones. Y no quiero hacerme ilusiones con nadie, ya tuve malas experiencias y no deseo que me pase lo mismo. Él se retira hacia donde están sus hermanos y viene Rosa con las mejillas rosadas.
—¿Qué te dijo? —pregunto. No sé qué tanto habrán hablado, pero me intriga saberlo, por si necesita consolación o simplemente paso algo genial luego de muchos años.
—Harán un tour y pregunto si quería ir con él hacia varios lugares naturales o algo así entendí, pero no le di respuesta, como quieres hacer lo de la pintura en el centro cultural, no estaba segura.
—Puedes ir, necesitas divertirte y yo entenderé, además veré si paso por un café legendario que mis papás me recomendaron. —Quiero animarla a que se suelte, si bien entiendo que Justin no es un santo, y que lo voy a vigilar desde lejos, Rosa tiene que decirle sus sentimientos si tanto desea estar con él y este acepte su compañía.
—¿EN SERIO? —sus gritos aturden a medio supermercado, y la gente se nos queda viendo—. Espera, eso es raro en ti, ¿qué planeas Alex?
—No planeo nada, y estuve pensando anoche que he sido muy ruda con ustedes últimamente, no es que voy a cambiar, pero estamos de vacaciones, no puedo ser aguafiestas siempre. Y pues si te gusta, no puedo cambiarte, solo ten cuidado y no siempre digas que sí a todo lo que te dice.
—Como cierta persona que no podía verle la cara a su hermano sexy, pero mi Justin es más lindo. Nick es más de tu gusto. —Sale corriendo hacia donde está Justin mientras da saltitos. ¿Así es cuando uno se enamora?
»«
Todos estábamos coreando la canción, el ambiente es caliente y divertido, mala idea usar la blusa transparente, pero Rosa me hizo ponérmela, creo que será la última vez, estoy empanada de sudor y me quisiera cambiar, pero no traje ropa de cambio, así que me toca soportar, aunque no le estoy prestando mucha atención. Las luces tenues, todo el mundo bailando, de verdad que nunca imagine que esto pudiese pasar, y a pesar que somos dos, pues ni modo.
—¡TODOS CON LAS MANOS ARRIBA! ¡LA NOCHE ES LARGA EN PARÍS! —dice el Dj con voz potente, y nos volvemos locos—. Luego, les tendremos una música más suave, más íntima, esa persona que te llama la atención es el momento.
—No importa si no estás conmigo, te bailaré en mis sueños y no te vas a arrepentir —todos cantamos la canción de Michael Jay, a todo pulmón—. Nada te hará sentir mejor que mis besos mojados sobre tu cuerpo, necesito que estés a mi lado cuanto antes. ¡BESOS MOJADOS, NENA! ¡NO IMPORTA LA DISTANCIA! ¡SI ESTÁS CON ÉL, NO IMPORTA, YO TE QUIERO SOLO A TÍ!
—¡SI ME PERMITES SER EL CAPITÁN DE TUS MARES, DIME, DIME, QUE NO! ¡PORQUE IGUAL TE BUSCARÉ HASTA EL FIN DEL MUNDO!
Termina la canción y ya me quedo sin voz, es impresionante como todos nos la sabemos y eso qué salió hace poco, pero es muy buena. Luego ponen canciones suaves y cada quien toma a su pareja, veo a Rosa con Justin, y mis ojos no pueden creerlo, es irreal lo que está pasando, pero me alegro por ella. Mañana me contará después, porque su paseo sale temprano y estará todo el día con su amorcito.
Salgo un momento para respirar aire fresco, y me siento en uno de los banquitos que dan hacia la ciudad entera. Tomo agua y me quedo mirando el paisaje a mi alrededor. Mi sueño era París desde que mis papás me decían que era hermoso y ahora que estoy aquí, es un sueño.
—No, claro, es que estoy pendiente de ellos, aishh, cállate, Nicolas, eres insoportable. Te veo mañana. No, están bailando, sí, pues, eso, idiota —la voz cerca me estremece, pero finjo que no oigo nada. Es mejor no verlo, no ahora. Y le doy gracias al universo que está en la esquina y no más cerca, porque, sino mi cuerpo se vuelve gelatina y no quiero.
Ingreso en mi celular y tengo varios mensajes de mis padres diciéndome que estarán visitándome la próxima semana por mi cumpleaños. Sonrío ante la noticia, será mañana que les responda, aun es temprano allá. Guardo el cel en la cartera y me levanto, porque la canción que está sonando me encanta y así sea sola la cantaré ni modo, mi amiga anda enamorada y pendiente del trasero de Justin.
Pido un trago en la barra de esos que no son tan fuertes, no soporto las bebidas fuertes que te queman la garganta. El bartender me da uno y me dirijo hacia la mesa donde está Zack y Mathias sorpresivamente y me pregunto si ellos no tenían una mesa para ellos solos, pero no les digo nada al llegar.
—Justin se gano veinte puntos, jamás lo creí posible...
Dejo mi cartera, para irme a la pista y disfrutar de mi canción favorita. Ellos se me quedan mirando, pero no dicen nada cuando me voy de nuevo. Hay un bullicio de personas solas, y me uno a ellas, no las conozco, pero se notan agradables.
—¡Son demasiado hermosos! —comenta una de ellas mirando hacia donde están los hermanos Claus—. Yo me sacrifico para bailar con uno y luego les comento. —La chica se va hacia allá y la verdad le tengo admiración por su atrevimiento.
Tres de la mañana y ya mis pies no dan para más. Busco a Rosa y no la encuentro, así que le repico el celular a ver si me responde, pero nada. Tampoco veo a los hermanos Claus, no sé si se fueron juntos o qué, y me preocupa. No tengo el número...espera, no... tendré que llamarlo. Respiro y trazo en mi mente lo que voy a decir para suene convincente.
Marco su número con nerviosismo, escucho que repica unas dos veces y una voz sale en el celular:
—¿Sí? —con voz adormilada. ¡AH!
Tranco el teléfono de la vergüenza. Recibo un mensaje de Rosa diciendo que estará con Justin y pues que nos veremos más tarde. Ahora debo caminar sola con estos tacones horribles, porque olvide los zapatos deportivos. Con pasos rápidos, llego en diez minutos a la casa de mi tía. La luz de la sala la ha dejado encendida por si acaso, y se lo agradezco, porque, tengo nervios de haber llamado a Nick, de haberme ido caminando como loca.
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Embarazada de Santa Claus © (BORRADOR)
RomanceCreemos en Santa Claus como un gordito, con barba blanca y traje peculiar. ¿Y si cambiamos la historia y ahora resulta que el nuevo Santa Claus es irresistiblemente sexy y está dispuesto a darte un buen regalo de navidad? Alex Chambers estará invo...