In Front Of Me - FreenBecky

Capítulo 29. Buena chica.

Les recomiendo que se salteen este capítulo entero si no les gusta el smut. No se perderán de nada!!

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Freen no podía quitarle los ojos de encima. Becky estaba sentada de manera incómoda a su lado, sus piernas cerradas con fuerza, las manos cruzadas en su regazo. No había girado la cabeza desde que Freen le había ordenado que se alejara, sus ojos clavados en la salida de aire de la puerta del auto. Cuando Freen intentó apoyar su mano en la pierna de Becky, la cantante ni siquiera la miró, simplemente alejó su mano con un golpe y un gruñido frustrado. Le dio a Freen una rara sensación de poder, ver a Becky de esa manera, y le encantó.

Al segundo en el que la camioneta se detuvo en el garage de la casa de Nueva York de Becky, Freen se inclinó sobre ella, sonriendo cuando escuchó un gruñido, y abrió la puerta para que pudiera salir.

-Sal, mi amor- Freen le indicó, besando suavemente sus labios antes de volver a recostarse en su asiento-. Llama el elevador.

Becky dudó por un momento, girándose a verla, y tragando con fuerza cuando Freen no se movió para también salir del auto. Cuando Becky finalmente encontró la fuerza suficiente para moverse, salió, cerró la puerta detrás de sí, y prácticamente corrió hacia el elevador que las llevaría hasta su penthouse. Lo último que quería hacer era ver la cara de cualquiera de los miembros de su equipo de seguridad.

Freen se mantuvo allí, apenas saliendo del auto cuando Becky estuvo frente al elevador. Cuando Heng bajó del asiento delantero, Freen le ofreció una sonrisa incómoda.

-Lo siento- le ofreció apenada, sabiendo muy bien que él y Rick probablemente habían escuchado por lo menos algo de lo que había sucedido-. Eh... Yo me encargo desde aquí. Pueden volver a sus posiciones, no necesitamos que nos acompañen.

-¿Estás segura?- Heng preguntó, de alguna manera comportándose mayormente profesional, incluso con una sonrisa en su rostro-. No me importa pedirle a alguno de los chicos que las acompañen... Es su trabajo... Sin importar las circunstancias- añadió, aclarándose la garganta mientras intentaba encontrar las palabras adecuadas. Freen sabía que esa iba a ser su respuesta, seguía siendo igual de protector a como lo recordaba. Becky había tomado una gran decisión al incluirlo en su equipo como el encargado de su seguridad.

-Sí, no te preocupes- Freen le aseguró-. Eh... Quizás tomen el siguiente elevador.

Sin una palabra más, cerró la puerta del auto detrás de ella y dio algunas zancadas a través de la zona de estacionamiento hacia donde Becky estaba parada en el elevador abierto, mirándola como si estuviera a punto de explotar.

-Lo siento...- Freen intentó decir, pero antes de que pudiera musitar una palabra más, Becky había tomado el frente de su vestido y había tirado de ella, chocando sus labios mientras la puerta se cerraba.

Becky empujó a Freen contra la pared del elevador y presionó con fuerza el botón de su piso. Freen gimió contra sus labios y, repentinamente, Becky se sintió incapaz de controlarse a sí misma. Empujó hacia atrás las caderas de Freen, recorriendo con sus manos una y otra vez su cuerpo, admirando la manera en la que la tela del vestido se aferraba a su piel.

-Rebecca- Freen gimió con fuerza cuando los labios de Becky comenzaron a bajar hacia su cuello-. Cariño, aquí no.

-Por favor- Becky imploró, acercando más a Freen-. Te... Te necesito.

Entrelazó los dedos de su mano izquierda con el pelo de Freen, moviendo su cabeza para tener un mejor acceso a su cuello. Siempre le había parecido sorprendente la capacidad que tenía Freen de mantenerse en calma cuando estaba alcoholizada; algo que ella nunca había sido capaz de hacer. Todavía estaba mareada por el vino durante la cena, y Freen sólo había vuelto a su vida hacía quince días, veintitres horas, y doce minutos. No había tenido el tiempo suficiente como para recuperar los tres años, cinco meses y seis días que había pasado sin ella. No le importaba estar haciendo una escena.