Por alguna estúpida razón no podía concentrarme en otra cosa que no fuera Joe. Entre todos los sonidos a mi alrededor, mi atención se centraba únicamente en su respiración. Observaba detenidamente cada ridículo movimiento que hacía, cada gesto y cada sutil roce con mi piel.
Discretamente, intentaba ver a través de sus anteojos o ponía mi atención en sus dedos entrelazados, o en el roce de su musculoso hombro contra el mío, lo cual me erizaba la piel. Seguía con la mirada el movimiento de su pecho al respirar y quedaba embelesada cuando su lengua humedecía sus labios resquebrajados. Su fragancia paradisiaca era hipnotizante. El rubor en su rostro lo hacía parecer acalorado, provocando que mi mente imaginara escenarios calientes.
El sólo hecho de observarlo, me hacía desear poner mis manos en esos robustos brazos, besar su cuello y tener sus labios entre mis dientes.
Ahí estaba, tan perfecto y provocativo. Tentándome con su sola existencia.
Angelique, deja de pensar en él, me reprendí. Me preocupaba estar obsesionada con un hombre que tenía tanto ego como descaro, únicamente porque poseía un físico impresionante.
¡No! Me negué. Debía apartar esos sentimientos. Joe era ridículo e insoportable. Un mujeriego, charlatán, sin cerebro.
Al ver a Nina alcanzar los labios de Alan en un lento y apasionado beso, mi deseo de besar a Joseph se intensificó. Cerré los ojos por un instante, tratando de alejar esos pensamientos ansiosos.
Afortunadamente, Joe no podía leer mi mente. Además, mientras lo contemplaba, todo lo que el vampiro hacía era visualizar las avenidas nocturnas.
El cielo comenzaba a teñirse de azul oscuro y la luna brillaba con intensidad.
Cuando Adolph giró repentinamente hacia una carretera desierta, salí de mi ensoñación. Joe se quitó las gafas oscuras, apoyándolas sobre su cabello.
De pronto, escuché el chirrido de los neumáticos haciendo fricción contra el asfalto. Mi corazón dio un respingo en el momento en el que el vehículo se detuvo de forma súbita.
Jadeé por la sorpresa antes de levantar la vista. Mis ojos hallaron al Zephyr del bar de Jacob de pie frente a nuestro auto, bloqueándonos el camino. Sonreía y nos observaba despiadadamente.
—¡Genial! —exclamó Joe con falsa emoción—. El ligue de Angelique ha venido por nosotros.
De acuerdo, tal vez era el momento de permitirme tener miedo.
Había un poderoso demonio de colmillos afilados cazándonos.
Antes de siquiera poder parpadear, vi cómo el vampiro exhibía sus dientes y se precipitaba a toda velocidad hacia nosotros. En menos de medio segundo, lo teníamos frente al parabrisas, amenazándonos con una pérfida mirada.
Sobresaltada, dejé escapar el aire de mis pulmones de golpe.
—¡Adolph, pisa el acelerador! —gritó Nina con urgencia.
Nuestro líder obedeció y aceleró tan rápidamente que su cabello rizado se alborotó ligeramente con la brisa. Escuchamos un estruendo metálico y, cuando miré hacia atrás, nuestro atacante vampiro permanecía impasible en medio de la avenida.
Debía admitir que desde la perspectiva de una víctima asustada, ya no parecía tan atractivo.
—Va a seguirnos, está interesado en Angelique —aseveró Alan, como si estuviera haciendo conjeturas, aunque estaba segura de que era un hecho. Probablemente lo había visto en la mente del vampiro.
¡¿En que me he metido?! Me dije a mí misma.
Nota mental: "Nunca devolver el saludo a un Zephyr que te ha enviado un helado".
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Tentación (More explicit version)
Fantasy¿Qué sucedería si de un momento a otro, en cuestión de segundos, tu vida cambiara para siempre? Si así como si nada, todo lo que conoces se fuera a la basura. Si una noche despertaras siendo diferente, con una sed y hambre que necesita ser saciada y...