Supe en ese mismo instante lo que era arder súbitamente.
Tenía la sensación de que Joe siempre tenía el control. En todo momento, en cada situación, lograba avasallarme. Me pedía que lo besara, lo hacía. Me decía cosas bonitas, me derretía en sus brazos. Me pedía que me desvistiera y yo…
¿Lo haría?
Lo observé con una ceja levantada.
—¿Quieres que yo…? —pregunté, patidifusa—. ¿Quieres que haga un striptease para ti?
Se encogió de hombros mientras me arrojaba una mirada casi inocente, alzando ambas cejas.
Asentí lentamente con la cabeza al tiempo que planeaba mi dulce venganza.
—Lo haré exclusivamente por ti, pero... —respondí con voz suave y un toque de altivez, enfatizando la última palabra—, ¿por qué no le damos un giro más interesante?
Su sonrisa se extendió hasta alcanzar sus traviesos ojos, y se acarició la barbilla en un gesto pensativo.
—De acuerdo, ¿qué tienes en mente?
Mordí mis labios, mi sonrisa destilando malicia.
—Quiero que también te desvistas para mí —propuse. Sin borrar esa sonrisa bosquejada en sus labios, sacudió la cabeza en señal de negación. En respuesta, saqué mi as bajo la manga—: No voy a hacerte un striptease personal sin recibir nada a cambio.
Lo oí suspirar con resignación.
—Está bien —accedió finalmente—. Comienza tú.
Largué una risita discreta antes de arrojar la toalla sobre la cama. Imaginé en mi mente una sensual melodía antes de comenzar mi acto. Nunca antes había hecho algo parecido. Joe fue el primero en tener el privilegio de ver mi cuerpo íntegramente desnudo. El primero en tocarme con lujuria, en hacerme el amor… Y ahora el primero en tener derecho a un striptease privado.
Al principio me sentí llena de inseguridad. Vacilé antes de comenzar a moverme. No obstante, después de contemplar a Joe e imaginarme su delicioso cuerpo debajo de la ropa, mi sangre se encendió de tal forma que lo único que deseaba desesperadamente era despojarme de mi indumentaria.
Empecé a danzar al ritmo de una música ilusoria. De manera sensual, recorrí mi cuerpo con mis manos, descansé mis dedos en el escote en "V" de mi camisa y jugueteé con los botones antes de desabrocharlos.
Esperé a que Joe hiciera algún movimiento antes de continuar con mi función.
Mantuvimos una distancia de al menos un metro entre nosotros. Sonreí al ver que comenzaba a arrancarse de forma precipitada el primer botón del cuello de su camisa.
—Hazlo lentamente —lo interrumpí mientras danzaba.
Cuando abrí el primer botón de mi propia camisa, sentí que su mirada de deseo dejaba quemaduras sobre mi piel.
—¿Cómo pretendes que lo haga lentamente cuando bailas de esa forma? —rezongó.
Uno a uno, fui desabrochando los botones de mi camisa hasta que estuvo totalmente abierta. Acaricié mi abdomen desnudo que se asomaba a través de la tela mientras bajaba en un paso de baile sensual.
Con las manos temblorosas y casi con desesperación, Joe deslizó su camisa fuera de sus hombros antes de lanzarla al suelo. Para mi desdicha, llevaba debajo otra camiseta sin mangas de color negro. Sin embargo, la visión de sus rígidos brazos hacía que mi cuerpo trepidara y se estremeciera. El simple hecho de contemplarlo y deleitarme con su cuerpo, me hacía gemir. Batallé para controlar mis arrebatados impulsos, me costaba trabajo respirar. Sentía mi corazón golpear mis costillas con violencia.
ESTÁS LEYENDO
Tentación (More explicit version)
Fantasy¿Qué sucedería si de un momento a otro, en cuestión de segundos, tu vida cambiara para siempre? Si así como si nada, todo lo que conoces se fuera a la basura. Si una noche despertaras siendo diferente, con una sed y hambre que necesita ser saciada y...