Capítulo 4: Segundo atardecer

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Al final, lograron evacuar a todos con tiempo de sobra. Cuando el último conjunto de ropa cayó al suelo, Katsuki exhaló un suspiro de alivio y tomó asiento en el altar. Izuku observó, haciendo una mueca, mientras el demonio se recostaba sobre sus manos y apoyaba un pie en el borde, sus botas de combate embarradas dejaban marcas sucias en la prístina tela blanca.

-¿No puedes al menos intentar mostrar un poco de respeto?- Él refunfuñó.

-No tengo nada para dar.- Katsuki respondió, mirando fijamente al techo.

Por un momento, Izuku quedó desconcertado, apretando la mandíbula mientras miraba al irreverente demonio, con la ira burbujeando dentro de él. Abrió la boca para replicar, pero las palabras murieron en su lengua.

-Está bien, eso fue un poco duro.- dijo Katsuki, haciendo una mueca, como si el acto de admitirlo le causara dolor físico.- Es... No es a ti a quien odio. Es simplemente, ya sabes, lo que representas.

La ira de Izuku se calmó, pero sólo ligeramente.

-¿No es funcionalmente lo mismo que odiarme?

Katsuki se rió, finalmente apartando los ojos del techo y mirándolo.

-Dímelo tú, Deku. Después de todo, estoy sacando una página de tu libro. ¿La frase "ama al pecador, odia el pecado" te suena?- Preguntó.- Puedo ver por qué piensas eso, pero no, en realidad no lo es.

Izuku lo miró fijamente por un momento, entrecerrando los ojos.

-¿Bueno...?

-Mira, digámoslo así.- Dijo, suspirando de nuevo.- Odio la mierda que te hacen hacer, Deku. Odio que ayudes a apuntalar sus tonterías, y odio que te laven el cerebro para que pienses que tiene sentido.- Dijo, deteniéndose por un momento.- Pero no te odio.- Finalmente continuó.- Si realmente te odiara, no querría que cayeras.

Izuku mantuvo contacto visual con él por un rato.

-Entonces lo que estás diciendo es...- bajó ligeramente la barbilla y entrecerró los ojos.- ¿Quieres que Caiga porque... te agrado?- Él levantó una ceja.

Katsuki resopló.

-No, no particularmente.- Respondió, inclinándose un poco hacia adelante.- En realidad eres jodidamente molesto, sinceramente. Pero es como tratar con un niño, ¿sabes? Haces tonterías porque no sabes nada mejor.- Él se encogió de hombros.- Es irritante, pero no estoy enojado contigo por eso.

Izuku apretó la mandíbula.

-Realmente no veo cómo insultarme se presta a tu objetivo.

Katsuki se rió de nuevo, poniéndose de pie.

-Sí, tal vez no sea así.- Dio unos pasos por el pasillo, hasta que se paró a sólo unos metros de él, sonriendo.- Por otra parte, el último ángel al que estuve tan cerca no salió con vida, así que, ya sabes...- se encogió de hombros nuevamente.- En comparación con mis interacciones pasadas con ustedes, cabrones, bien podría estar chupando tu maldita polla ahora mismo.

-¡Oh, por..!- exclamó Izuku con sus manos tapando su cara y sus mejillas calentándose.- ¿Te mataría bajar el tono de la vulgaridad?

-Mmm.- Katsuki hizo una pausa, frunciendo los labios, como si lo contemplara.- No, tal vez no.- finalmente respondió.- Pero eres tú quien quería ser tentado. Te apuntaste a esta mierda, Deku.- Dijo, resoplando.

Izuku gimió, desviando la mirada y asintiendo. Un acuerdo a regañadientes.

Después de unos segundos, Katsuki volvió a hablar.

-En serio, Deku, piensa muy detenidamente si esto es lo que realmente quieres.- Él dijo.- Porque, francamente, si termino teniendo que limpiar mi jodida agenda sólo para que tu culo indeciso y tonto se eche atrás, te juro que romperé tu estúpido halo sobre mi rodilla. ¿Estás realmente, realmente seguro?

∆ Lirio de Fuego ∆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora