Poemario

Ego

Tiendo a hablar seguido con mi reflejo, me agrada sentirme fuerte, me encanta escuchar mis pensamientos en voz alta, tiendo a decir lo que quiero oír, es que me gusta sentir que tengo la razón, que mi opinión es perfecta. No me gusta escuchar a mi razón, odio que me lleven la contraria, por eso deseche mi conciencia, no me gusta salir herido. Nada fuera de mi entorno me da tranquilidad, odio y aborrezco la naturaleza, no suelo hablar con otros ser humano con conciencia, todos están por debajo de mis estándares, los veo a todos por detrás de mi hombro, no quiero que respiren mi aire, no merecen mi presencia, mi ego es del tamaño del sol. Detesto caminar, no quiero pisar los pasos de otra persona patética, no me gusta sonreír, detesto escuchar sus opiniones incorrectas, me molesta que esten frente ami. Como se atreven a verme a los ojos, como si fuéramos iguales. Ni mi sombra puede dejar de estar debajo de mis pies, mi único igual es mi reflejo. Detesto tener que aprender sus nombre, me parecen tan molestos, nadie me entrega la altura de mi exigencia, nadie que iguale mi inteligencia. Suelo ser muy sigiloso para que no noten mi presencia ya que si lo hacen no pueden evitar voltear a verme, y es que se que impongo pero me molesta, no me tiene al alcance, entiende que tu voz no puede pronunciar mi nombre, las cosas comunes me aburren, la excentricidad me harta, las personas son huecas, nadie llena los zapatos. La soledad se a vuelto mi aliado ya que mi luz encandila demasiado, la oscuridad me molesta, hasta los animales deberían de doblegarse ante mi, parece que no pueden reconocer a una deidad, no se dan cuenta que el protagonista aquí soy yo. Los reflectores siempre me buscan, debo ocultar bien mi cara para que no me reconozcan, aunque mi aura me señala, soy demasiado perfecto,  solo me falta cambiar sobre  el agua, pero convierto el silencio en ruido, a las voces les encanta murmurar ante mi, aman orime, aman tenerme, odian temerme, pero no entienden que me aburren.