Poemario

el loquito del centro

No entiendo de dónde viene el sentimiento de extrañar, tal vez soy un robot, por momentos tal vez soy una mosca, me siento perdido, e nacido en el lugar equivocado, busco un camino que recuerdo pero no encuentro, tal vez solo nací para ser viajero, quizá me siento muerto, extrañando un suelo ajeno, buscando un pretexto para no sentirme lejos, quisiera encontrar un camino amarillo que prometiera arreglar todos mis problemas, quizá estoy perdiendo la cabeza, sueño en desollar mi piel, descubrír mi carne y mis huesos, cubrir mi cuerpo de sangre y cenizas, buscar tener un nuevo cuerpo, ser un fantasma que va cambiando, atrapado en un ciclo de renacimiento y muerte. No sé si comprendes, el deseo común de no reconocer mi brazo izquierdo y sujetarlo fuerte hasta desprenderlo, pero entonces pienso, no tendria problemas para quitarme las piernas con una sola mano, y veo la mano de alguien fuerte y la deseo, desarmarle como un legó y ser la mejor versión de mi sin ser yo, es que yo soy aburrido, esa voz que me dice que debería hacerlo, es que veo diario rostros tan hermosos que al ver el mío en el espejo siento vergüenza, quisiera tener una nueva piel cada tarde, y como un camaleón adaptarme al color correcto para que los depredadores no puedan devorarme, siento paz cada vez que veo mi sangre corre cuando intento despojarme de mis imperfecciones pero el dolor me detiene, ¿No es asombroso como el dolor ajeno no puede herirte? Tal vez si volviera a nacer no tendría este problema, pero necesito ser una nueva persona, lo que ellos han dicho, mi mejor versión de mi, dejar de ser una mosca e intentar ser una mariposa, no extraño al viejo yo, cada día veo el avance, tal vez deberías intentar arrancar tu piel, cambiar el color de tus ojos, ser un nuevo tu en una piel nueva, ¿Nunca has sentido ese impuso de detener una conversación a golpes?, quizá si lo intentamos más seguido el dolor se esfumaria. Quiero arrancarme los dientes, me estorban mis dedos, no siento que mi cabello tenga conexión con mi cuerpo, quiero una nueva piel y tal vez si volviera a nacer no tendría este problema otra vez, pero por ahora no siento mis pies, debería intentar quitarme los otra vez. No sé si es culpa del suelo que no me deja sentirme en casa, o es que no pertenezco al cuerpo que me asignaron, ese tipo de problemas se resuelven fácil, solo tengo que ser libre de nuevo, buscar el disfraz correcto en el armario y volver a nacer.