Ayuno

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Una noche más sumergido en esta pesadilla, veo el reloj de la pared estático ya que no tiene baterías, veo la luna llegar y se que el tormento comienza, no quiero que llegue la noche  porque he aprendido a temerle, y el sonido de mis tripas hambrientas armoniza este castigo, siendo honesto no se si duele más el cuerpo por el arduo trabajo o por el hambre que está matando, es duro ver qué llegó el día en que todos los concientes racionamos la comida. Tienen los ojos hinchados y cansados de llorar, tienen en la piel heridas que no podemos tratar, tienen la panza vacía y la mirada fija en un viejo trozo de pan.

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