9 | Inoportuna visita

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9 | Inoportuna visita.

—¿Ya me lo vas a decir o seguirás mordisqueándote el labio mientras tu cerebro continua dando vueltas?—mi amiga me señala con el tenedor antes de pinchar un trozo de panqueque y llevárselo a la boca. Enarca una ceja, esperando una respuesta.

Inhalo una dramática bocanada de aire y salto de mi asiento para moverme por la cocina y buscar un vaso de agua.

—Ayer me besé con Jazz.—murmuro mientras finjo que busco algo en la nevera. Al final termino por cerrar la puerta y volver a mi lugar sin ningún vaso de agua en la mano.

Wendy me muestra una sonrisita cómplice.

—Lo veía venir—su sonrisa se mantiene, pero algo debe de notar en mi expresión porque su sonrisa es reemplazada por seriedad—. ¿Qué sucede? ¿Te arrepientes? ¿Te hizo algo y...? ¡Ese hijo de...!

—No, no.—niego rápidamente con la cabeza—. No me arrepiento y tampoco me hizo algo, aparte de besarme y dejarme con ganas de otro beso, claro.

Se ríe con eso último.

—¿Entonces?

Suspiro.

—Es que... No sé qué es lo que empieza a suceder, pero debo admitir que me agrada—formo una mueca—. Pero, ¿y si yo termino confundiendo todo? Ya sé que un beso puede que no signifique demasiado, pero, siento que no sólo fue un simple beso, ¿sabes? Y quiero saber lo que sucede, no sólo besarnos las veces que queramos sin antes tener claridad de lo que pasa—sacudo la cabeza, sintiéndome tonta por ese vómito verbal—. No me hagas caso, seguramente me estoy haciendo una película y ese beso no signifique nada. Fin.

Niega con la cabeza casi al instante.

—Es válido que tengas millones de preguntas en la cabeza si ese beso removió cosas en ti, Heather. Es válido que no estés dispuesta a que sólo te besen las veces que quieran y omitan la conversación. Es válido que quieras hablar.—habla con firmeza y a la vez con suavidad, toma mi mano por encima del mesón y le da un ligero apretón—. Pero, creo que deberías hacerle todas esas preguntas a él, no sólo a mí.

Suspiro, otra vez.

—No lo sé. Jazz es...complicado con las palabras. ¿Y si sólo recibo silencio de su parte? ¿Y si para él las miradas que compartimos ni siquiera significan nada? ¿Y si...?

—¿Y si, en lugar de seguir adelantándote a los hechos, le preguntas? Puede que en lugar de recibir silencio, recibas respuesta. Es mejor atreverse que quedarse con la duda.

Suspiro por tercera vez en la mañana. Wendy revolotea los ojos con diversión ante mi gesto.

—Tienes razón.—sopeso.

Se limpia una pelusa inexistente de su camisa a modo de burla.

—Oye, Heather.

—¿Sí?

—Sigo dándole vueltas a lo que me dijiste el otro día. Lo de darme el dinero para ayudar a mamá.

—Eso sigue en pie, que lo sepas.

Ahora la que suspira es ella.

—¿No estoy abusando de tu amistad? Si quieres que te lo pague, puedo empezar a buscar empleo.

Realizo un ademán para restarle importancia.

—Dije que utilizaría ese porcentaje que me dieron para ayudar a los que lo necesiten, y es lo que hice.—esbozo una media sonrisa—. Puedes estar tranquila, ¿de acuerdo?

El poder de una sonrisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora