Shiva sonríe, asomándose por el borde del árbol y dejando que su melena oscura le tape los ojos cuando Rudra gira y le devuelve la sonrisa. El adolescente de piel morada sale de su escondite solo después de que el otro le invita con la mano, sentándose con las piernas cruzadas en el suelo junto a una fogata que hace tiempo se ha apagado.
— Buenos días, Shiva. — Menciona Rudra con simpleza, tomando lo que parece ser un saco de tela y poniendo dentro ropa, algún objeto relativamente sentimental y un par de frutas.
Quiere responder al saludo, pero no puede. Shiva se concentra en el equipaje de su amigo, una pequeña puntada de traición en el pecho cuando las piezas hacen clic dentro de su cabeza.
Un clic ruidoso.
— ¿Te vas?
Rudra sonríe, tiene esa cosa que le hace ver adorable a pesar de ser un tanto más grande y un poco hosco. Amarra el borde de la bolsa con cuidado, dejándola a un lado. Shiva atraviesa con los ojos la bolsa, apuñalandola con la mirada cientos de veces.
— Quiero ver más que esto. Quiero verlo todo. Y... — El joven sonríe, echándose el cabello suelto hacia atrás y acomodandolo para darle su forma típica. — Tal vez conseguir un propósito, un sueño. Algo por lo que vivir que traspase todo lo que hecho.
El ceño de Shiva se hunde de inmediato mientras se estira hacia atrás, dos de sus brazos sosteniendolo y los otros dos cruzados a la altura del pecho. Se aclara la garganta intentando sonar distinto... A lo que podría sonar.
— ¿Y yo?
— Creo que puedes conseguir a alguien más con quien bailar. Yo...
— Tú.
— Shiva.
Hay silencio entre ellos dos, no es incómodo porque nunca puede serlo cuando comparten espacio, pero a Shiva no le gusta en lo absoluto. Rudra se acerca, revolviendole el cabello con diversión antes de que pueda defenderse por completo. No sabe estar enojado por mucho tiempo.
Tampoco a estado mucho tiempo sin Rudra, lo conoce desde hace tanto tiempo que se siente como un "siempre". Los animales que los rodean también parecen triste y Shiva no puede evitar ser impulsivo, más como un instinto.
Se pone de pie de un salto, sorprendiendo al otro por completo cuando sale corriendo hacia el árbol bajo el que suele dormir. No tarda mucho, no tiene mucho que empacar y vuelve.
El dios le mira con cierta impresión grabada, como si no se esperará esto.
— Uh ¿Qué haces?
Shiva le sonríe, alzando un pulgar hacia arriba.
— ¡Voy contigo, amigo! — Una pequeña vaca y un tigre se acercan al dios de piel morada, chocando sus cabezas contra las palmas de sus manos y en el caso del felino, restregandose amorosamente contra él. — ¡Y pareces que ellos vienen con nosotros!
El otro dios tarda un par de segundos en procesar la escena, abriendo la boca y cerrandola una vez antes de parecer pensar seriamente en el asunto, con una pose bastante seria también.
Rudra mira a Shiva, y Shiva le devuelve la mirada con una sonrisa. Ambos sonríen al final.
— ¿Saben que esto no es un viaje de un par de días? — Empieza Rudra, sonando serio. — No es algo fugaz a lo que van a poder renunciar mañana.
Shiva no puede evitar interrumpirlo, riéndose suavemente.
— Vamos, Rudra, todo pasa muy rápido cuando estamos juntos. Fugaz, duradero, ¿no dijiste una vez que lo que importa son los recuerdos?
— Los sueños. — Corrige el otro. — Lo importante son los sueños...
— Ajá, eso. Bueno, mi sueño. Nuestro sueño, es tener este viaje contigo. Juntos. — Shiva mira a los animales para tener cierto valor. — Haremos cualquier cosa fugaz. Incluso este viaje.
Hay duda, pero no dura demasiado. Rudra se tira la bolsa donde a empacado sus cosas al hombro antes de darse la vuelta y empezar a caminar. Dedica una mirada sobre el hombro a Shiva.
— Entonces has este viaje fugaz conmigo, Shiva, hasta que encuentre un sueño e incluso allí, quédate conmigo.
ESTÁS LEYENDO
Love in... [One-shots]
De TodoUn libro con la intención de escribir sobre todas las parejas posibles dentro del fandom de Shuumatsu no Valkyrie. [Peticiones cerradas temporalmente]