Love in... [One-shots]

The call [Zeus x Odín]

Tomen que esto sucede cuando Zeus esta apenas tomando control de Grecia, no tiene importancia, no más imagínense al Zeus joven XD.

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Odín extendió la mano tomando otro paquete de papeles y poniéndolo delante de él. Le toma un minuto el encontrar la concentración suficiente para poder leer las primeras palabras del enunciado y cuando lo hace, el teléfono a un lado suena.

Dejó pasar un timbre, luego dos, porque no estaba esperando ninguna llamada, pero el teléfono continuo sonando frente a él. Al final, resignado, decidió contestar.

— ¡Hola, Odín, amigo! ¿Estás ocupado? — La voz de Zeus golpeo desde el otro lado, eufórico como siempre, y casi se lo pudo imaginar saltando sobre el escrito.

El chico nuevo de los griegos era un pequeño dolor de cabeza.

Odín admitiría que se compadeció de Zeus al inicio, razón por la que lo ayudó demás, pero este se había convertido rápidamente en su karma intentando fastidiarle o distraerle constantemente.

— ¿¡Hola!? ¿¡Estás allí!?

Y era persistente.

Odín se aclaró la garganta.

— Sí, Zeus. ¿Qué quieres? Estoy ocupado.

— Qué actitud tan fría. — Casi pudo imaginar el puchero que Zeus hizo. — ¿Podemos hablar?

— Estoy ocupado trabajando. ¿No tienes trabajo? El Olimpo es una de las administraciones más grandes.

— Uhm… Bueno, sí, pero estoy estresado y no trabajo bien estresado. Tú también por lo que oigo y quiero…

Odín colgó el teléfono. Volvió la atención a su trabajo, que, amontonado frente a él, no iba a resolverse solo. Tomó una pluma firmando la hoja que tenía al frente.

El teléfono volvió a sonar. Dejó que sonara tanto como quisiera, intentando trabajar con todas sus fuerzas sin prestar atención al sonido constante que se volvió parte del ambiente, pero cuando la llamada se perdió y otras tres entraron… Definitivamente, se estaba quedando sin paciencia.

Contestó de nuevo, frustrado.

— ¿¡Que quieres!?

— Hablar. ¿Qué tiene de malo? — Un tono meloso se extendió por las palabras de Zeus. — Solo quiero hablar contigo.

La cosa estaba, que Zeus nunca quería “solo hablar”, exigía demasiado siempre. El bastardo pedía y pedía, era un dolor de cabeza recurrente del que Odín por simples modales no podía rechazar o responder de mala manera.

El dios nórdico se frotó las sienes dejando caer la pluma sobre el escritorio y empujó la silla fuera del escritorio, dejando el papeleo por un momento. Suspiro cansando y estuvo seguro de que Zeus sonrió del otro lado de la línea. En estos momentos solo podía capitular por la paz, más tarde encontraría la manera de continuar con su propio trabajo.

— Está bien. ¿De qué quieres hablar?

— Uhm. No lo sé, no lo había pensado.

Cerró un poco los ojos, frustrado.

— Zeus…

— ¿Cómo vas vestido hoy?

La pregunta le tomó por sorpresa haciendo que no pronunciará palabra por un largo rato. Escuchó que Zeus habló del otro lado, preguntando la misma línea de cosas una y otra vez. Parpadeo medio perplejo dedicando un momento para verse a sí mismo.

— Mi ropa. ¿Eso a que venir?

Una estridente risa salió de la garganta del griego y Odín se separó un poco del teléfono.

— ¿Es todo? Me refiero. ¿Qué llevas puesto exactamente?

El tono que el dios griego usó no le agrado en lo absoluto.

— Mi túnica. Mi sobretodo.

Zeus hizo un sonido evaluativo del otro lado de la línea, como si se estuviera imaginando a Odín vestido de la manera en que siempre iba vestido… Lo que debería ser fácil, ya lo había visto así, Odín tenía cientos de ropajes idénticos.

— ¿Y llevas algo debajo? ¿De qué color es-

Odín cortó. Sus mejillas ardieron de inmediato pintadas con la vergüenza de oír esas palabras.

Ese era el problema con Zeus, el dios griego siempre traspasaba las líneas de lo permitido, de lo decente, sin importarle en lo más mínimo lo que podría significar…

El teléfono volvió a sonar.

… Y Odín no sabía ponerle un alto.

Contesto de nuevo. Tragando con fuerza al escuchar la risa desesperante del otro.

— Vete al demonio.

— Eres muy fácil de pinchar. Amigo.

— Eres un imbécil.