Angirū (Onigo x Okita Souji)

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Cuando Onigo fue consciente de si mismo, también fue consciente de Okita Souji.

No como un huésped o un anfitrión, ambos son uno mismo, una parte de una moneda rota y el demonio se dio cuenta de que no importaba. Él amaba cada fragmento de si mismo y como extensiones, amaba cada parte del joven Souji.

No tenía memorias aparte de las del joven, no tenía deseos que no fueran de sangre, pero si había algo que tenía, que poseía y que no podía perder.

Por eso, mientras tiene el control y sus manos se deslizan por su cuerpo (el cuerpo que comparte con Okita) la sensación le manda escalofríos. No tiene idea de si es bueno, incorrecto, enfermizo o una combinación de todas las cosas malas, pero no se siente mal.

Admirar el rostro del chico, frente al agua del lago, no se siente mal.

Acariciar al gato que lo ha confundido con el joven, no es desagradable.

Incluso trazar con los dedos las curvas de los músculos, el borde de la mandíbula, la línea del cabello y el contorno del abdomen le hacen sentir satisfecho por completo.

Hay algo en la manera en que sus músculos se flexionan, se doblan y actúan, la fuerza de Okita Souji es por si misma doblegante y tener el placer de estar debajo de ella es tan extraño.

Tan agradablemente extraño que... Algo se mueve en su interior, le mueve el estómago y le hace sentir raro sin que pueda hacer nada para evitar incluso si trata.

Con cosquilleo que le revuelve el estómago, igual a si tuviera una mariposa atrapada dentro de su estómago se queda mientras se observa, fascinado por la anatomía, por las facciones, y por todas las desde cosas.

Suspira, sabiendo que se le acaba el tiempo, pero la imagen de Okita se le queda pegada después de todo... Comparten una misma alma.

Love in... [One-shots]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora