IV

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🌟 Capítulo 4: Acompañante🌟
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"Llegaste... Tarde a mi vida pero a tiempo para mi desastre"

🌑🌒🌓🌔🌕

Como era una costumbre en su día a día escolar, Ash se encontraba en la sala de simulación de batallas de la universidad. Pese a que estaba tratando de pensar en un nuevo tema para las próximas clases, lo cierto era que su mente no le estaba dando un segundo de descanso de sus pensamientos.

Había pasado una semana desde aquella competición organizada por Lusamine y desde ese momento, Ash no había podido dejar de pensar en todo lo que ocurrió ese día. Ese día le reveló a sus amigos parte de su pasado como entrenador y, lo más importante, conoció a una chica llamada Iono que era bastante a su forma de ver.

Y aún así, con todas las extrañezas que giraban sobre su persona, su mente no pudo hacer otra cosa que estar pensando constantemente en la chica del cabello de colores. Pero no solo era en ella como persona, sino como entrenadora pokémon. Cada uno de sus movimientos era una representación totalmente acertada de como era ella fuera de su faceta como entrenadora.

Tampoco podía negar que fuera bastante linda físicamente. Era algunos centímetros más baja que él, pero eso solo la hacía verse más adorable. Y ni hablar de todas sus delicadas facciones que inspiran alegría a todo el que las ve.

Ash: "¡Ahhhhhhh!... Cualquiera que me
escuche va a pensar que estoy enamorado"

Sophocles: "¿Ash enamorado?,
eso es una primicia"

Ash se resbaló de la silla donde estaba recostado y fue a dar contra el piso, provocando una gran carcajada de parte del chico más bajo. Cuando su risa terminó le ayudó a levantarse y acomodar los papeles que había tirado con la sacudida.

El peli-naranja sacó varias bolsas de papitas y las compartieron mientras hablaban de lo que estaba sucediendo. Ash siempre se sintió cómodo hablando con el chico. Era una persona que prefería centrarse en muchas otras cosas antes que en los problemas por lo que siempre buscaba una forma sencilla de resolver todo. En muchas ocasiones pudo hablar con él de sus problemas y ambos hallaron una respuesta para ellos.

El azabache se sentía feliz de tener en su vida a alguien como Sophocles, por su honestidad, actitud y, sobretodo, porque siempre le brindaba un hombro en el cuál apoyarse sin la necesidad de contarle todo lo que afligía. En muchas ocasiones el solo debía llorar en su compañía y al día siguiente ninguno de los dos hablaría sobre el tema.

Sophocles: "¿Entonces no paras de pensar en una chica?"

Ash le comenzó a platicar lo poco que sabía sobre Iono, lo mucho que lo había cautivado en el breve tiempo que compartieron juntos. Además de lo que pensaba de ella en el aspecto físico y de un aspecto encaminado más a tener una relación

Otra de las ventajas que tenía hablar con el chico era que, su normal falta de respuesta, hacía que él llegara a sus propias conclusiones y buscara una respuesta por si mismo, como lo estaba haciendo justo ahora. 

Pensándolo bien, era un problema que estuviera pensando de esa forma sobre ella. Sabía que estaba de vacaciones en la isla y que estaría algunas cuantas semanas más, pero llegaría un momento donde ella tendría que irse y era muy improbable que se volvieran a ver. 

Sophocles: "¿Por qué no solo le pides que tengan una relación?"

Ash casi se ahoga con la inesperada respuesta del chico. La mención de empezar una relación con Iono ni siquiera se le había pasado por la cabeza y la propuesta fue más de lo que él podía soportar. Incluso ni siquiera sabía si eso era lo que quería. 

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