XIX

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 🌟 Capítulo 19:  Charlas pendientes 🌟
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"Tal vez la vida es esto."

El teléfono de Iono sonó de imprevisto. En este momento, la chica se encontraba caminando por las empedradas calles de Ciudad Luminalia. Ya habían pasado unos días desde que se reunió con sus padres nuevamente, pero tampoco pasó tanto tiempo como para que se preocuparan por ella. Por eso mismo, que su madre fuera quien llamaba, le tomó por sorpresa.

Aunque, en realidad, tenía todo el sentido del mundo esta llamada, en este momento.

Rechazó la llamada, pero inmediatamente le mandó un mensaje a su madre diciéndole que se la devolvería apenas encontrara un lugar para poder conversar tranquilas.

No tenía mucho que hacer hoy. Era bastante temprano por la mañana y había salido a dar un pequeño paseo por la ciudad. En estos momentos, Ash seguía durmiendo cómodamente en su habitación del hotel.

No lo culpaba, pues han sido días muy difíciles para él. No difíciles en el sentido de que algo haya salido mal, pero si en que la situación ha sido bastante desgastante mentalmente hablando. No cualquier día tenías que afrontar el pasado y hablar con los fantasmas de los errores cometidos.

El día en que se reencontraron con Bonnie, ella misma los dejó solos durante el resto de la tarde para que pudieran hablar cómodamente, pedirse perdón y expresar los sentimientos que se han estado guardando durante tantos años.

Al día siguiente, es decir ayer, los tres salieron a caminar y disfrutar de las cosas que Ciudad Luminalia ofrecía tanto a los locales como a los extranjeros. Estando junto a ellos, Iono pudo conocer diferentes historias de todo lo que los chicos pasaron durante su recorrido por Kalos; esto incluía a sus dos compañeros fallecidos.

Iono podía decir que se divirtió escuchando estas anécdotas, pero simplemente no podría asegurar que ese sentimiento aflorara en los otros dos. Al final de cuentas, quienes sufrieron por la pérdida de sus compañeros fueron ellos y no ella.

Incluso, si aún con todo el dolor que conllevaba recordar esos momentos, ambos dicen que se divirtieron charlando y poniéndose al día, era completamente normal que sufrieran secuelas posteriores cuando el ánimo decayera un poco.

Iono dejó que Ash descansara más de lo habitual para que, cuando ese momento llegara, no fuera tan extremo como para tener una recaída al dolor.

Pero, a pesar de entender los sentimientos de su amigo, aún quería explorar las calles de Ciudad Luminalia, incluso si no compartiera la vista con nadie más.

Habían pasado varios meses desde que arribó en las playas de Alola para unas vacaciones, en teoría, cortas. Pero después de diferentes sucesos, dicho periodo vacacional se extendió por varios meses más, hasta llegar a este punto.

Su viaje, en un principio, se debía a la información y la posibilidad de encontrar a Ash en ese lugar, pero incluso si no lo hubiera llegado a encontrar, tenía muchos otros planes.

Quería disfrutar en soledad, solo con la compañía de Liko; sin preocuparse de los problemas cotidianos de la fama con la que gozaba. Claro estaba que los planes de soledad fueron desechados cuando conoció a su grupo de amigos. Incluso ahora que Liko se fue, desde hace unos pocos meses, ella seguía en este lugar.

Dejó de pensar en esto cuando encontró una bonita cafetería en los limites de la ciudad. Tomó asiento en una mesa en la terraza y ordenó un pequeño desayuno para no quedarse más tiempo con el estómago vacío.

SálvameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora