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🌟 Capítulo 6: La irracional felicidad por estar enamorado🌟
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"Así son tus ojos, tan puros en un pestañeo, que Dios después de crearlos te juró volverse ateo"

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Las cosas no iban para nada bien. Tras haber perdido el ferry, y sin realmente la esperanza de una respuesta afirmativa por parte de Ash, Iono no había preparado ningún plan para su viaje a la región de Sinnoh, por lo que ahora estaban atorados en ese aspecto.

Como era sabido por todos, los aviones aún eran usados solo para el traslado de mercancías, y ninguno de los presentes tenía la influencia para cambiar esto en cuestión de minutos. Viajar por mar también era imposible, nadie tenía a Pokémon de tipo agua lo suficientemente capaces de andar tal distancia y menos en el tiempo que tenían como límite.

Los dos entrenadores cayeron en la desesperación, una por haber perdido la oportunidad de seguir avanzando en la clasificación, y el otro porque sus esfuerzos por participar iban a ser en vano. Ambos se sentaron en la playa, contemplando el atardecer que se podía observar a la distancia. Estaban tan lejos de él como de sus intenciones de cruzar el océano.

Lillie: "Supongo que tendremos que usar eso..."

La rubia dio un largo suspiro y antes de que alguien pudiera preguntarle algo, utilizó su celular para hacer una llamada, aparentemente importante. Mientras hablaba, su rostro cambiaba de expresión bastante fácil, pasando de la desesperación a la tranquilidad de una joven acomodada y de ahí a la felicidad de una niña pequeña.

Ash: "¿A quién llamaste?"

Lillie no dijo respondió a la pregunta y se sentó junto al resto del grupo. El sonido de las olas rompiendo en la playa siempre hizo que su cuerpo entrara en un estado de Hiatus que permitía una completa relajación en todos sus músculos.

Y relajarse era una parte fundamental para lo que estaba a punto de hacer.

Pese a los intentos de sus amigos de hacerla reaccionar, la chica simplemente se perdió en un mundo de paz y tranquilidad. Unos minutos después, dejaron de intentarlo y solo confiaron en que la llamada que realizó les ayudara en su situación.

Lillie salió de su mundo cuando la paz de las olas se vio interrumpida y el viento cambió de dirección. Miró al cielo esperando algo y pronto se escuchó un fuerte ruido que provenía del oeste. Se levantó y comenzó a hacer señales con ambos brazos, como si estuviera en una isla desierta esperando a ser rescatada.

Lillie: "Por fin ha llegado"

Una vez más, los chicos estuvieron perdidos con el comentario de su amiga, pero ese estado de confusión fue reemplazado por el de incredulidad cuando un Jet aterrizó en la solitaria playa. Hobbes, el mayordomo de Lillie, descendió de la nave y le entregó las llaves del vehículo.

Lillie: "¿Nos vamos?"

Los tres chicos querían retirarse del lugar. De pronto la idea de esperar otra oportunidad para competir se hizo bastante atractiva. Pero, como era obvio, Lillie no los dejó escapar y los obligó a subir, haciendo que se tragaran por completo sus nervios.

Cuando el jet se encendió, sintieron un tirón que les hizo perder el equilibrio, pero fuera de eso se sentía como si estuvieran en un avión común y corriente, por lo que pudieron relajarse un poco con el paso de los minutos. Al menos se veía que Lillie tenía bastante experiencia manejando estas cosas.

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