Lección 8: Disparo al corazón

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Todos nos quedamos a cuadros cuando el maknae subió las escaleras. Sinceramente, esto tenía que detenerse de una vez y por todas. Era obvio que en esta ocasión, Jungkook maduraría de una forma u otra. Por eso no dije nada mientras los demás trataban de impresionar a su nueva amiga. Ahora...

—¿Adónde van ustedes dos?

Dijo Rapmon señalando a Jimin y Tae. Hobi ya estaba sentado intentando probar el desayuno. Jin seguía metido hasta las orejas entre cajas de harina y libros de recetas. ¿En serio ahora le había dado por la repostería compulsiva?

—Vamos...a...—Jimin miró a Tae y este le devolvió el gesto como si fuera muy obvio-a...buscar unas cosas arriba...sí, eso exactamente.

Reprimí las ganas de golpearme en la frente. Sería posible.

—Y por cosas, asumimos que se pegarán a la puerta de Jungkook para escuchar hasta la más mísera palabra por parte de su nueva amiga.

—No, que va a ser eso...nosotros...Vamos, Tae, ayúdame sí...

El aludido estaba rojo hasta las orejas mientras podía ver los engranajes de su cerebro moviéndose a toda velocidad para salir de tan embarazosa situación.

—Chicos, todos lo sabemos. Nadie quiere ver a Jungkook con el corazón roto otra vez, pero meterse en su vida a nivel acosador desesperado solo lo empeorará más.

—Todos estamos de acuerdo contigo Yoong's, y es innegable que ahora te convertiste en la biblia de las relaciones amorosas. Pero no puedes negar que ese de arriba es un idiota total y si podemos hacer algo para ayudar pues no nos importará meternos hasta el cuello en lo que sea que suceda.

Concluyó Tae con solemnidad a lo que yo torcí el gesto. Tarde o temprano explotaría y conociendo a Jungkook la herida sería más difícil de reparar. Decidí declararme fuera por completo mientras terminaba de masticar mi panqueque.

—Bueno, cada quién es libre de tomar sus propias decisiones y como siempre, creo que eso incluye el campo sentimental, de todas formas es hora de dejarlo crecer. No será nuestro bebé para siempre ¿No crees Moni?

El aludido asintió distraídamente. Jin volvió a concentrase en su receta y Hobi le dedicó una mirada avergonzada a Tae. Esta vez los mayores de la casa no se mezclarían.

—Dicho eso, es obvio que ustedes han decidido su lado del dominio. Jimin y yo nos encargaremos.

Los pisotones que siguieron a eso nos hicieron reprimir una carcajada colectiva. Pequeños mocosos.

Angie tenía algunos mechones en medio de su rostro, por lo que apenas podía ver el reflejo de sus largas pestañas mientras hacía correcciones al informe que tuve que presentar para el trabajo

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Angie tenía algunos mechones en medio de su rostro, por lo que apenas podía ver el reflejo de sus largas pestañas mientras hacía correcciones al informe que tuve que presentar para el trabajo. Sí que la había liado y no sabía por dónde emparejar. Evidentemente, ella ya casi lo tenía resuelto, así que no podía quedar peor parado frente a la pelirroja.

•FIT ME•© JK #2BSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora