Lección 47: Oasis

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Youth, Happy Little Pill, Wild, For Him, Heaven por Troye Sivan

🔞🍋+18

Eran cerca de la una de la mañana y hacía más de dos horas que todos se habían ido a dormir. Sin embargo yo no podía arrancarme esa maldita sensación que lograba a veces obnubilarme del todo.

Ya lo había comprobado y si tenía dudas esta semana se encargó de restregármelo en la cara. Era enfermiza la manera en que la deseaba, la forma en que mi cuerpo reaccionaba cuando estaba cerca de ella o simplemente el hecho de pensar en su piel o en la curva sensual de sus labios.

Había intentado ocultarlo en la piscina, incluso esconderme detrás de la guitarra, pero lo cierto es que seguía ahí. Quizás Jimin tuviera razón y solo se me pasaría cuando lo hiciéramos, o al menos yo me consolaba con eso y horas interminables en el gimnasio a fin de canalizar la energía contenida.

Esta noche era el de la casa de hyung en el que pagaba mis frustraciones. No quería presionarla, no quería, pero me estaba muriendo en silencio. Había despertado solo en mi cama empapado en sudor y con un dolor atroz entre las piernas por haber fantaseado con ella.

Sentí que los besos que nos dábamos rayaban la línea de la cordura y aunque los demás se las arreglaban para boicotear los pequeños ratos que teníamos juntos, era casi insostenible.

Después del desastre de Suga, casi no había podido visitarla y eso que era el único con agallas para evadir la vigilancia a la que aún tenían sometida a la casa. Angie estaba demasiado ocupada entre sus prácticas en la empresa y el nuevo departamento que se proponía remodelar ella misma.

Solo habíamos quedado para comer en un pequeño restaurante cerca del edificio y las otras veces estaba tan cansada que se había dormido sobre mí en el sofá sitiado de cajas que habíamos logrado poner en la pequeña sala.

En fin, no podía culparla y no podía culparme a mí por sentir más que amor platónico por ella. Abrí los ventanales del gimnasio. Había parado de llover y ahora una brisa húmeda se dejaba mecer desde el invernadero.

Aspiré esa humedad y me dispuse a quitarme la sudadera. Hoy me tocaba hacer bíceps. Cielos, había llegado a planificar cada sesión mejor que un entrenador personal. Puse música solo para no escuchar mis pensamientos.

***

Tenía sed y las demás estaban más allá de la tierra de los sueños. Había sido un buen día y por lo visto el cansancio se había encargado de diluir cualquier vestigio de nerviosismo. Me froté los ojos con el dorso de la mano y sin hacer ruido abandoné la calidez de las mantas.

El pasillo estaba a oscuras por eso tuve que alumbrarme con el celular mientras localizaba la barandilla de la escalera. En algún momento de la noche había parado de llover y por eso ahora la temperatura en la cocina era más agradable.

Tomé una botella de agua y ya me disponía a regresar a la habitación cuando una música lejana, llamó mi atención.

¿Quién podía estar despierto a esta hora?

Me pregunté mientras caminaba en busca de la melodía. La sala de estar se terminó y aparecieron las puertas dobles que daban al invernadero. Había querido estar allí en la mañana pero habíamos estado tan ocupados desempacando y luego con lo de la barbacoa que lo había olvidado.

La fresca humedad que hablaba del verde se pegó a mi rostro y casi hubiera entrado de no ser por la pequeña puerta que quedaba justo al otro lado. Era una especie de luneta que daba paso a un gimnasio donde alguien de espaldas a mí luchaba con el Hércules por tonificar sus brazos.

•FIT ME•© JK #2BSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora