Lección 7: Segundas oportunidades

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Respiro profundo como si estuviera a punto de caminar sobre fuego. No sé qué pasará una vez se abra la puerta. Le he llamado a Jungkook antes de venir. Dijo que él mismo me abriría pero…

—¿Tú vives aquí?

La intervención repentina de otra persona me hace casi gritar del susto. Logro controlarme de milagro. Es un repartidor de pizza. ¿Pizza para el desayuno?

—No, yo…no vivo aquí…

—Bueno…

El chico me mira de arriba abajo y maldigo haber escogido un pichi de mezclilla tan corto. Toca el timbre y mi ansiedad crece cuando avisan por el interfono de que ya van a abrir.

Intento revisar el WhatsApp para que Kookie sepa que he llegado y me salve del escrutinio de este chico, pero mi suerte empeora cuando Kim Tae Hyung aparece del otro de la puerta.

—Te retrasaste un poco…

Dice el peli fresa mientras le paga al muchacho de la pizza. Por ahora no ha captado mi presencia pero estoy segura de que eso no durará mucho tiempo, por eso intento decir algo antes de quedar como una completa idiota.

—Disculpa, ¿Sabes si Jungkook está en casa?

Inmediatamente sus grandes ojos castaños me enfocan con curiosidad. Mis nervios aumentan y retuerzo mis dedos detrás de mi espalda casi con compulsión…

—Ah…tú debes ser la nueva amiga del maknae. ¡Claro, que tonto soy! Yo soy Taehyung, pero prefiero que me llames Tae o V. Bienvenida. Oye tú deja de ver a la chica raro y llévate la propina.

Eso era para el insistente repartidor de la gorra amarilla. Gracias Tae, te debo una.

—Acosadores, vamos entremos antes de que suceda otra cosa. Últimamente no paramos en situaciones raras. ¿Y cómo te llamas?

Por lo visto Tae no tiene un filtro para pensar lo que habla o cuanto habla. Lo sigo sin dejar de fijarme en el pasillo que da entrada a la verdadera casa. Son dos pisos acogedores llenos de chicos Bangtan. Dios, qué cursi sueno.

—Angie Smith, pero prefiero solo Angie…

—Vale, no te quedes atrás y cámbiate los zapatos aquí…Kook, las separó para ti. Disculpa voy a llamar a ese inconsciente…

Taehyung desaparece camino a lo que parece una cocina. Desde aquí se oyen murmullos y una tele encendida. Miro las pantuflas color amarillo dorado y una inconveniente sonrisa se queda en mi rostro. Ha sido extraño hasta ahora, pero por lo visto ha pensado en mí. Me encojo de hombros y decido dejar de preocuparme.

 Me encojo de hombros y decido dejar de preocuparme

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Termino de empujar la ropa dentro del armario. Bien si no lo abro no se notará nada que mi cuarto es una desastre total.

—Ufff…sí que te lo tomas en serio esta vez. Por cierto, muy bonita la pelirroja…

Abro los ojos como platos. Taehyung sonríe maliciosamente desde el umbral de mi puerta. Dios, Angie ya llegó y yo sigo retrasado. Me golpeo en la frente y salgo corriendo escalera abajo. La risa del alíen me acompaña por el pasillo. Los otros están desayunando aun, pero que importa.

Algo palpita dentro de mi pecho y la ansiedad y la frustración de los últimos días se disuelve cuando encuentro una figura pálida y menuda en medio del pasillo. Aun no me ha descubierto y me quedo absorto en mis propios pensamientos mientras ella se cambia los converse azules por las pantuflas que ayer le había escogido.

Tae es metiche, pero esta vez se ha portado muy bien. Finalmente sucede y esos ojos avellana me atrapan infraganti.

—Hola—digo mientras me voy acercando a ella.

Desde este ángulo luce más pequeña e indefensa, como un pequeño ángel de cristal, aunque sé que no es cierto. Es mucho más valiente que yo cuando se trata de salvar personas.

—Disculpa, por no bajar antes, estaba… (Luchando contra el desorden de mi habitación pues me da terror que te decepciones) arreglando unas cosas arriba ¿Ya desayunaste?

Otra vez tiene las mejillas sonrosadas y reparo en el hecho de que lleva el cabello peinado hacia atrás, como esa mañana en su habitación. Angie, decide hablarme finalmente aunque su mirada se va a otro lugar. Eso me duele y recuerda que no será tan fácil.

—Estoy bien…no quiero molestar…

Mis manos se unen en los bolsillos de mi pantalón. Me he quedado en blanco y ella me ha vuelto a rechazar educadamente. No cuento con que Taehyung aparezca en medio del pasillo.

—Quién te dijo que molestabas. De hecho, es hora que conozcas al resto de la tropa. Hobi está deseando ponerle una cara a la nueva amiga de este tonto. Vamos.

Tae es muy efusivo cuando se lo propone y contra todo pronóstico tira de la mano de Angie y yo solo puedo sonreír patéticamente. Dios, qué me pasa, tengo que reaccionar. Cuando alcanzamos la cocina el espectáculo es rocambolesco. Todos están de pie, hasta Hobi que aun lleva la venda en la cabeza. Genial, seré diseccionado nuevamente.

—Bien, gente, esta es la nueva amiga de Jungkook—dice Tae soltando a Angie en medio de la improvisada sala de estar.

Por alguna razón he comenzado a enfadarme, pero es como si mi cuerpo se hubiera conformado con estar petrificado y no pudiera hacer nada más que observar como un espectador más.

—Hola, Angie, yo soy Hoseok, pero puedes llamarme Hobi. Kookie me ha hablado mucho de ti…

Oh, no. Lo que faltaba. Por qué siento que esto huele a conspiración.

—Gracias, por cierto, te traje algo, no sé si te gustará pero es lo que me calma cuando me siento mal…

Angie rebusca en su mochila hasta que una caja de chocolate es ofrecida a mi mejor amigo. Tae vuele adelantarse. Maldita celestina entrometida. Ya pienso como Suga.

—Claro que le gusta, pero a Kookie le gusta más. De hecho tanto como…

—Hola, yo soy Jimin…

—Su…ultime...Ji…Jo…

El platinado logra taparle la boca por completo a Taehyung de lo que seguro habría sido una confesión embarazosa. Tendremos que hablar seriamente cuando Angie se vaya. Esto tiene que parar de una vez. No necesito niñera para que ella me acepte, si es que eso puede ser posible después del ridículo que estoy pasando…

—Estos niños…no les hagas caso…y sé bienvenida. Yo soy Rap Monster…

—Tenemos panqueques y cereal, también pastel de fresas. Vamos, estoy seguro que te gustará.

Era una invasión, donde hasta Jin hyung parecía ser cómplice. El único al margen era Yoongi, y en serio temía más a su reacción que a la de los demás. Pero qué estaba pensando. Fue un impulso y mi mano se unió a la de ella.

Estaba fría y en ese momento comprendí cuanto nerviosismo guardaba. Me aclaré la garganta para que el circo se detuviera finalmente.

—Chicos, gracias, pero nos espera un interminable trabajo de fin de semestre y ya han abrumado a Angie más de lo normal. Vamos…

No me detuve a pensar en lo que hacía mientras la sacaba de allí. El camino escalera arriba estuvo aderezado por los murmullos de mis hyungs pero con un poco de suerte cerré la puerta de mi habitación con un suspiro de alivio…

—¿Qué fue todo eso?

La voz de ella me hizo regresar a la realidad. Miré nuestras manos unidas y no pude evitar una sonrisa avergonzada. Angie también estaba ruborizada.

—Bienvenida oficialmente al dominio Bangtan.

•FIT ME•© JK #2BSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora