Alguna veces.

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Algunas veces.

- Entiendo que quieras hacer esto para tu boda. - Puso ambas manos sobre el mantel que previamente había intentado doblar hacía más de una hora y ahora por el nerviosismo de su mejor amiga, todo su avance se había ido por la borda.

- Te apoyo. Es algo bello y espero que lo logres para bien. - La mirada de la rubia estaba llena de ilusión. - Pero si sigues haciéndome perder la concentración, cuando esté doblando estos manteles. - Señaló de forma molesta una montaña de manteles a lado suyo.

- Me iré y te dejará con toda la organización de la boda a ti sola. Al final de todo, mi boda no es.

Al menos 3 organizadores habían renunciado a la boda, después de que la temática, detalles, comida, locaciones y música, abrían sido cambiados al menos 4 veces durante el desempeño de cada uno.

Era una boda costosa y habían muchos detalles que no podían fallar en un momento tan especial entre Nashetania y su futuro marido. El cual jamás pudo aprenderse su nombre y lo más probable es que no lo vaya ser nunca.

- Esta bien, Adlet. No te vuelvo a interrumpir en lo que estes haciendo. Pero ocupo que me ayudes a decorar esa habitación en verdad y no se lo puedo encargar a nadie más.

El pelirrojo puso los ojos en blanco. La última chica, Bella Ford, la había textualmente mandado al diablo cuando comenzó a poner detalles sobre detalles cuando el trabajo había estado muy avanzado y a meterse directamente en las desiciones que tomaban a tal grado de hacer mejor el trabajo ella.

- Sabes perfectamente que Bella te renuncio, por que no la dejabas hacer su trabajo y si me vas a hacer lo mismo, no pienso hacerlo. ¿Me entiendes?

Asintió sin más visiblemente emocionada.

Habría sido una tarea titánica llegar hasta donde estaban, no se dejaría vencer por tan poco camino faltante.

1 mes después las ideas caducaron y los ánimos se fueron a pique.

- Mira rubia oxigenada. Vuélveme a gritar y te voy a romper toda la decoración que ya pagaste.

Había decorado la habitación de la luna de miel local, alrededor de 6 veces, cambiando desde detalles mínimos relacionados al Feng Shui, como inclusive contrabandear un mueve específico desde la República de Serbia en donde por motivos que no quería saber ni mucho menos estar relacionado, no querían dejar pasar dicho mueble por la aduana.

Ahora decía la novia, que dicho mueble no combina con al decoración del salón.

- No te estaría gritando si hicieras bien tu trabajo.

Un Goldov serio detuvo lo que en su momento podría ser considerado un crimen de odio, de parte de su marido quien tenía un florero entre sus manos listo para lo que aconteciera.

- Primero bruja maldita, ni me estás pagando y segundo cásate como quieras, te ves gorda con el dorado.

Ambos se miraron fijamente listos para cuando los golpes llegaran, ningún fuera a perder.

Ambos sujetados de sus respectivas parejas.

2 semanas después la boda se dio como estaba lista para ser.

Un beso sello dicha ceremonia. Ambos se veían con una dicha enorme, aunado que la decoración al fin había quedado perfecta.

- Los declaró, marido y mujer. Puede besar a la novia.

Adlet sonrió, su mejor amiga por fin había contraído matrimonio con la persona que más amaba y aún no podía aprenderse su bendito nombre.

Fin.

La neta si quería poner algo bonito. Sentí que cerré esta historia bien tríate y fue antes de la reunión con Nashetania en su casa, con su marido e hija.

La Llama y el Gato.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora