Seven.

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Seven.

" Lo lamento, señor Mayer. Pero no podemos hacer nada más por usted.". - En ese momento sintió como todo caía al suelo, rompiéndose sin problema.

" Esperó que siga estudiando. Quizás no ahora, pero creemos que puede tener un futuro brillante.". - Quiso reírse en su cara, molesto, pero se calló por educación y por coherencia.

" Gracias.". - Asintió un par de veces. Con el alma en sus manos, marchita y adolorida. Mientras veía a los ojos a la Directora de la escuela, por primera vez llena de pena y conmovida por todo lo que le había estado sucediendo a aquél pelirrojo.

Quién había defendido por mucho tiempo el nombre de su escuela, como uno de los mejores alumnos.

Era sin dudas una pérdida importante y le hubiera gustado ayudarlo más, pero no todo se podía en la vida.

- ¿Vas a desayunar?. - Preguntó sonriente Shetra, mientras apoyaba una mano en el marco de la puerta y sonreía con gusto, iluminando su rostro.

- No. Quiero llegar temprano. Es mi primer día y no quiero atrasarme demasiado. - Contestó energético, después de meses de estar cansando y sin energías.

Ya había pasado lo peor. Todo ese año se le había ido de las manos. Pero no podía quedarse tirado en el suelo llorando, cuando la vida misma no se detenía por nadie.

- Sé que te ira bien. - Sonrió inconscientemente. - Te preparé algo para que comas cuando tengas tiempo. - Sin más, salió corriendo el pelirroja, por el pasillo de aquella nueva casa. Feliz.

Adoraban ver a su hermano volviendo a tomar las riendas de su vida una vez más. Odiaba verlo mal.

Había sido duro. Se habían tenido que separar por el bien de todos, de sus padres, quiénes luchaban por estar bien y llevar lo mejor posible su divorcio.

Tratando de estar lejos sanamente de sus dos hijos, quiénes ya se habían mezclado lo suficiente de sus propios problemas.

- Lo lograré. - Se dijo sonriente, viéndose al espejo de su recámara.

Ya habían pasado 7 meses desde que había fallado horriblemente el graduarse la primera vez de la preparatoria.

Ahora lo volvería a intentar de nuevo, desde el inicio del último año y saldría mejor, mucho mejor.

- Adlet. Date prisa. Estás llegando tarde. - Asintió con nerviosismo, mientras metía sus últimos libros en su mochila y trataba de concentrarse.

Nashetania ya se había graduado junto a Rolonia y... Hans. Había ido a la graduación y todos se veían tan bien, contentos y llenos de vitalidad que se sintió mal por no compartir eso con ellos, pero pronto tendría su oportunidad y quizás los alcanzaría.

Al menos a Nashetania. Ya no hablaba con Hans... Él como el propio pelirrojo, aún se sentía mal por todo lo que sucedió.

Quizás más adelante podrían hablar. O saludarse.

6:30 a.m.

Nash Princess: ¡Adlet! ¡Date prisa! ¡Vas a llegar tarde!

Sonrió emocionado, mientras ataba su cabello en una coleta baja y tomaba su mochila, ante la insistencia de los mensajes de la rubia.

Ese día sería el mejor de todos o al menos eso quería creer. Quería creer que si ley de atracción era cierta, las buenas experiencias al final llegarían a él.

La Llama y el Gato.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora